«002»

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Dedicado a: sunflowergo gracias por leer mi historia y quererla ❤️




Hace a penas un día estaba muy feliz,  ayudando a mi tío con las tareas de la manada,  y ahora me encuentro llorando porque mi Mate decidió decirme cosas terribles. No había querido decirle nada a mi tío por miedo a que comience una batalla con la manada vecina,  pero estaba más que claro que ya sospechaba algo. Me encontraba en mi habitación, con una horrorosa pijama en color azul que había comprado para ocasiones tristes. Cerré el libro que había comenzado a leer y lo dejé encima de mi almohada y caminé al espejo que se encontraba en la pared.  Le di una repasará rápida a mi cuerpo y me traté de convencer que no estaba pasada de peso.  Miré mi rostro, y aunque sabía que nadie me envidiaba nada, mis facciones no eran malas. No entendía que había de malo conmigo.



No me consideraba una chica débil, aunque tampoco una que esconde sus sentimientos, pero sin querer mis lágrimas volvían a salir.  Me dolía el corazón, se supone que cuando encuentras a tu mate todo gira en torno a él y no deben separarse jamás.  ¿Por qué yo no sentía esa alegría?  ¿Por qué mi mate me aborrecía?  No sabe todo el dolor que me está causando, el que haya dicho que la Diosa de la Luna lo odia por haberme puesto como su compañera. Me quedé viendo un momento más mi reflejo, y me di cuenta de que si quería que él me quisiera, debería de cambiar algunas cosas. Tal vez no le guste mi cabello, o el largo de éste. O quizás sea mi tono de piel. Estaba decidida a hacerme un cambio radical.



Por la tarde, ayudé a los demás Alfas de la manada de mi tío a llevar las provisiones de comida que habían comprado, ya que según el clima, se aproximaba una tormenta.  Somos criaturas que si podemos sobrevivir ante cualquier tormenta, pero mi tío, como el Alfa de la manada, prefería que nos quedaramos en casa para evitar riesgos. No éramos los únicos, ninguna manada seguía con sus labores cuando se avecinaba una tormenta. Mucho menos ahora, que algunas Betas y Omegas darán a luz dentro de poco. Fue una tarde agotadora, pero eso me sirvió para no pensar en mi mate, quien por cierto no me había dicho su nombre.



Recuerdo su exquisito aroma y me dan ganas de salir corriendo y buscarlo. Salí de la cocina y caminé hacia la sala donde estaban algunos de los pequeños de la manada. Anne, la cuidadora, se encontraba con uno de los más pequeños en brazos. Los demás jugaban con sus muñecos de acción encima de la alfombra.  Alce a una pequeña de dos años y la senté en mis piernas, en cuanto en miró comenzó a llorar. 


—Mire ¿podrías quedarte un momento con ellos?  Necesito ir al baño.  —me pidió y asentí con una sonrisa.  Se levantó rápidamente y me pasó al bebé en brazos.



Hazel bajó de mi regazo y siguió jugando.  El pequeño Lay tenía a penas 6 meses de nacido y era una cosa tan adorable.  Su madre había muerto en el parto,  por lo cual solo tenía a su padre, quien era uno de los Alfas más fuertes. Toqué la punta de su nariz con la mía, y me di cuenta de como trataba de abrir sus pequeños ojitos. Sonreí a tan hermoso gesto. Lo siguiente que escuché fue el timbre así que me paré a abrir. Sabía quien era con tan solo sentir su olor, se me aceleró el corazón de una forma impresionante y solté un gran suspiro. Con sumo cuidado abrí la puerta, lo miré con una gran sonrisa,  a lo cual el hizo una mueca y después observó a la pequeña personita que sostenía en mis brazos. Noté que después hizo una mueca de asco,  y allí estaba,  mi mate seguía romiendome el corazón.





—Hola ¿qué ha...? —me interrumpió.  Me hice a un lado para que pasara.  Una vez en la sala miró a los niños como si fueran la peor cosa del mundo.



—¿Podrías bajar eso?  Necesito hablar contigo de algo importante. 




—No lo llames "eso" es un bebé.  Ahora dime lo que tengas que decirme.  —me miró mal. —La persona que lo cuida está en el baño. —mecí un poco al niño en mis brazos. Hizo unos pequeños sonidos indicando que estaba por llorar.  Arrugó su pequeña nariz y abrió la boca y soltó un sollozo. Traté de que se calmara pero no podía. Gracias a la Diosa de la Luna, en ese momento llegó An y me lo quitó de los brazos.  Le hice una seña a mi Mate para que me siguiera a la cocina. En cuanto llegamos me tomó del brazo bruscamente y me miró fijamente.


—Que sea la última vez que no obedeces a una de mis órdenes. ¿Está claro?  —no dije palabra alguna y me solté de su agarre.




—No sé ni tu nombre y quieres que siga tus órdenes. Mira, tal vez empezamos con el pie izquierdo.  Soy Lee Mire Ya....




—No me interesa saber nada de ti,  ahórratelo. —hizo un ademán con su mano y miró hacia otro lado. —Bueno, a lo que venía.






—¿Qué te hice yo para que me trates de esta forma? Yo solamente quiero que las cosas estén bien,  no sabemos ni siquiera el nombre del otro.  Ayer me dijiste cosas terribles y hoy llegas y quieres darme órdenes. Estás mal, enserio.





—Soy un Alfa, es obvio que mis expectativas son altas. Siempre había estado soñando con mi Mate,  en que sería la más hermosa de la tierra, alguien que si obedeciera mis órdenes y fuera digana de ser mi esposa.  Y mira lo que recibo, solo mírate.





—Dime en que puedo cambiar y lo haré. Dímelo porque lo que más quiero es que dejes de sentir asco hacia mi, al menos que me tengas respeto. —casi supliqué.




—Escucha como hablas, pareces una jodida masoquista. Ni volviendo a nacer serías diferente.







Eso terminó por romperme. Le dio la espalda y cubrí mi rostro con ambas manos para lograr estabilizarme y no llorar. Desde este momento mandaba todo a la mierda, traté de hacerle ver que cambiaría por el,  pero el simplemente no quiere dar su brazo a torcer. Todo esto me dolía de una forma horrible. No iba a permitir que me hablará de esa forma y mucho menos en mi casa. Estaba cansada de que la gente se burlara de mi y pensara que soy débil. Eso se iba a acabar.





—No voy a seguir soportando esto, así que te pido de la mejor manera que te vayas de aquí.





—Si eso es lo que quieres. —no esperó ni un segundo más y se alejó de la cocina dando zancadas. Después de eso escuchó un portazo.






Era injusto que el actuara de esa forma. Se suponía que después de encontrarnos debíamos ser los más felices. Cubrí mi boca con una mano para evitar que mis sollozos se escucharan. Pero si eso era lo que él quería, así iba a ser. Lo único que me preocupaba era que ambos saldríamos heridos al separarnos,  y más él siendo un Alfa.









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Holaaaaaa,  espero que les haya gustado. Gracias por estar aquí, bbs

Olivia las ama.

24/05/18
20/02/22

Luna rechazada  「Kim Taehyung 」 BTS Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora