🍂 TRES

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Era la quinta noche seguida que su esposa llegaba tarde.

Se había vuelto una costumbre que luego de que él llegara del trabajo ella se vistiera de esa forma provocadora y sexy, se vestía delante de él, como si quisiera mostrarle lo bien formada que estaba o lo increíblemente caliente que lo podía poner sólo viéndola ponerse unas medias de seda.

Desde hace cinco días no había tenido algún encuentro con Paloma.

Su amante.

Y es que no se le antojaba estar con otra que no fuera su esposa.

Cada vez que cerraba los ojos podía imaginarla desnuda, debajo de su cuerpo, jadeando por aire y rogándole que le diera más, más fuerte, más profundo, la imagen hacía que su entrepierna doliera, poniéndose tan dura como nunca antes.

No podía sacársela de la cabeza.

Había procurado llegar temprano a la casa con alguna vaga excusa, pero siempre era lo mismo, ahora ella ni siquiera le preparaba la cena, sólo le repetía las mismas palabras antes de irse "pide algo para cenar", no tenía ni idea de cuantas veces le había dicho él mismo aquellas hirientes palabras a ella, pero se dió cuenta de que después de tres veces comenzaban a sonar diferentes y se sentían diferentes.

Se quitó el saco y la corbata de camino a la recámara, pensaba invitarla a cenar y que así pudieran pasar tiempo juntos.

Pero todas las palabras que iba a decirle murieron en su boca, ella estaba de espaldas a él, ya estaba completamente arreglada pero eso no le evitó la erección que se formó en sus pantalones cuando la vió vestirse delante de él.

Ella estaba increíblemente sensual con esa ropa, no pudo evitar que sus ojos la recorrieran completa. Desde los pies qué lucían unos botines negros de tacón alto, hasta las hermosas piernas solo medio cubiertas por una diminuta falda negra, hasta la espalda totalmente descubierta por esa seductora blusa azul marino y terminando en su pelo totalmente liso y libre bailando justamente en su espalda.

Ella se giró dejándole ver que el escote de su espalda no era el único, había un espacio en blanco que dejaba ver la piel de Nahomi entre sus bien formados pechos y además, NamJoon pudo percibir qué ella no llevaba sostén.

Estaba hablándole, tal vez le decía la misma excusa de cada noche, que pidiera comida y no la esperara temprano.

Frustrado e irritado porque su mujer había salido de nuevo y él se había quedado como tonto mirándola sin decir nada, tomó su teléfono celular y llamó a Paloma.

Si su esposa podía salir y llegar a la hora que le diera la gana, él también podía.

Una hora después, tocaba la puerta del apartamento de la rubia.

Nunca había ido allí, ya que le parecía demasiado íntimo y lo que compartía con ella era solo sexo, nada importante y sin compromisos.

Pero ella lo invitó a cenar y no pudo negarse.

Paloma abrió la puerta usando un conjunto color vino, era profesional pero de alguna forma se encargaba de mostrarse sexy y cautivadora.

-Pasa querido, la cena estará lista dentro de poco -NamJoon asintió y dió un paso dentro del departamento, en cuanto fijó su atención en el vestíbulo, supo que era un error haber ido.

Había fotos familiares y de Paloma por toda la pared, llegaron a la sala y lo recibió un ambiente cálido y acogedor.

Eso no era lo que quería, él no buscaba eso en Paloma, quería pasión y sexo, de modo que apenas se dio la vuelta y la vió tan cerca, la tomó en sus brazos y la besó.

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⏰ Última actualización: Mar 08, 2022 ⏰

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