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— Bien, creo que, por el momento, pueden tomarse un largo descanso. Seguimos en dos horas — Fueron las demandantes palabras de ONU que resonaron como un coro celestial en toda la sala.

Efectivamente, lo que habían hablado en toda la reunión era sinónimo de problemas y trabajo extra. ¿Cómo mierda se supone que traten de arreglar a sus países de un día para otro? ¡Era científicamente imposible! Pero para la organización la palabra 'imposible' o la expresión 'poco probable' no estaba en su diccionario mental. Venga, que ni entre ellos mismos viven en utopía, van hacer que cada país en ese maldito mundo lo vaya a estar, ¿acaso no ha visto como el ruso y el estadounidense están a nada de matarse de la forma más violenta posible? La sed de sangre se podía sentir a menos de diez kilómetros si estabas en la misma habitación que aquellos dos.

Aunque, los latinos estaban empezando a sospechar que los sobreexplotaban más a ellos que a otros países, ¿era porque eran latinos hispanohablantes y subdesarrollados, verdad? ¡Qué culpa tenían ellos de ser unos tontos atembados que no se avisparon en el pasado! No pueden culparlos, estaban chiquitos, solo había que cuidarlos, no estafarlos.

Todos soltaron un suspiro aliviado y como si se tratara de una solamente mente, se recostaron contra el respaldar de sus asientos, algunos aflojándose la corbata, otros mirando el techo y unos cuantos restregando sus manos contra su rostro para quitar la pesadez que tenían en ese instante. Hablar sobre la extensa brecha en las desigualdades, la inflación y la pobreza eran temas que se requerían tocar en varios puntos para poder hallar una buena solución, si tan solo tuvieran personas útiles en sus gobiernos podría haber una solución más factible así sea a largo plazo.

La mayoría de países no se hicieron esperar de más y salieron para aprovechar su tiempo libre en ese momento. Solo unos cuantos países se habían quedado atrás.

—Naño, ¿te esteramos afuera? Ya vi a Panamá en la puerta— Dijo Ecuador mirando hacia la puerta, notando a su pequeño angelito que estaba esperándolos.

—Hágale parce, yo los alcanzo— Respondió Colombia, quien se encontraba agachado en el suelo tanteando con sus manos el mismo, tratando de buscar lo que se le había caído—. Erda, ¿dónde estará esa maricada pues?

Venezuela y Ecuador se miraron fijamente, dudando si dejarlo solo, hasta que vieron como un país se le acercaba a su hermanita con una sonrisa coqueta en la punta de sus belfos. No pensaron mucho luego de eso, sabían que su hermano tenía la valía necesaria para defenderse solo y si llegara a necesitarlos, ellos los sabrían de inmediato. Se despidieron brevemente, apurándose para acercarse a su hermana y echar al puertorriqueño.

Colombia, por su parte, había por fin encontrado su bolígrafo que había dejado caer hace un par de horas atrás y se mantuvo rezando porque otros no lo patearan. Parece una tontería, pero últimamente todo estaba muy caro y no podía darse el lujo de perder el único objeto que lo ayudaba a entretenerse en las largas jornadas de habladurías sin que sospecharan de él. Con una sonrisa de victoria en sus labios, se irguió de su puesto, palmeándose las rodillas con el fin de limpiarse el polvo en estas, era un traje elegante y él sí era un poco chirrete, pero un chirrete elegante.

Puso el bolígrafo en su puesto y visualizó como una peruana estaba al acecho de dos miradas que, por lo que trasmitían, tenían la intención de interceptarla y hablar con ella. Rodó sus ojos, al notar como esa chica podría ser una completa descuidada total, era inútil, porque ni siquiera se había percatado de eso.

Soltó un pesado suspiro y fue a su rescate, caminó a paso tranquilo, fingiendo que no tenía cada acción premeditada.

—Perú— La voz de un argentino por fin hizo que la peruana prestara atención de su entorno. Ella, casi en automático, frunció su ceño con una molestia marcada en su rostro, algo que podía ver que le desagrado al chileno por su parte.

𝐍 𝐎 𝐂 𝐄 𝐍 𝐓 𝐄   |  𝑹𝒖𝒔𝑪𝒐𝒍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora