Que hubiera pasado si... // The Walten Files 3 / 3.5

Capítulo único

"FELIX"

"CONTESTA EL PUTO TÉLEFONO"
"MALDITA PERRA"
"DONDE MIERDA ESTÁN MIS HIJOS!?!??!"
"DONDE ESTÁN!?!??!"
"FELIX SÉ QUE ESCUCHAS ESTO"
"CONTESTA EL TELÉFONO"

Los minutos parecían horas, y las horas parecían años, la desesperación de la pareja era enorme, la mujer no paraba de llorar, asumiendo ya lo peor, su esposo solo podía seguir gritando en sus llamadas que iban directo a la grabadora, y la ya adolescente no salía de la habitación de sus hermanos, sintiéndose culpable de haber estado con su madre, en vez de insistir que fuera ella quien los llevara al evento. 

Los Walten estaban ya destrozados.

O al menos eso se creía.

Media hora después de aquellos gritos, el teléfono sonó, y la madre no dudó en contestar, al inicio, escuchó atentamente, intentando aguantar sus lágrimas, para al final responder un "vamos enseguida", y colgar el teléfono, y dirigiéndose a su marido, intenta hablar antes de echarse a llorar completamente:

"Hubo un accidente, y el auto de Felix volcó, pero alguien que los vió fue a ayudarlos y los llevaron al hospital, dijeron que estaban todos bien"

Y así, como si hubieran sido mil palabras, soltó un grito y lloró, pero de un alivio inexplicable para ella, su alma había regresado al cuerpo, y junto a él, su marido se sentó para disipar la ira que antes lo había controlado, pensando que probablemente tendría que disculparse con su mejor amigo, pero por ahora, tocaba ir al hospital, llamaron a su hija para tomar el auto y conducir al lugar.

Ya en el hospital, vieron a Felix recibiendo curación en una sala abierta, y fueron directo a él, preguntando por sus hijos, una de las enfermeras responde: 

- Sus hijos están bien, tienen una pequeña contusión, pero no es tan grave como se oye, podrán salir de aquí en un día o dos - Y dicho esto, se retira del lugar para dejarlos solos.

Los padres miraban a aquel adulto en silencio, se nota que había llorado, sin embargo, apenas hace contacto visual con Jack, cubre su cara con sus manos para ocultar su llanto y vergüenza, se sentía un amigo y tío horrible.

- Lo siento, de verdad, esto fue mi culpa, no debí haber aceptado llevarlos, o peor aún, no debí haber bebido, pueden colocarme una demanda si quieren, o una orden de restricción - Su voz temblaba y la culpa lo invadía cada vez más, esperaba un golpe, o muchos gritos, pero no un abrazo por parte de ambos.

- Lo siento yo, Felix - Su amigo habló - no sabía que estabas tan mal, debí haber insistido cuando dijiste que estabas bien por lo de Linda, debí apoyarte y estar a tu lado, no dejarte de lado y pedirte que hagas cosas cuando estás en tu peor momento - Su agarre se intensificaba, y las lágrimas amenazaban con salir - Al menos están bien, están todos bien, no sé que hubiera sido de mi si perdía a mis hijos, si perdía a mi mejor amigo - Finalmente no aguantó más, y echó a llorar, su esposa, sin decir una sola palabra, se aferró al agarre de ambos, y los acompañó, el susto finalmente había pasado.

6 meses después

Un hombre va saliendo de un edificio parecido a un hospital, y quienes lo esperaban en la entrada, no eran nada más y nada menos que los Walten, aplaudiendo y gritando un "felicidades", los dos menores se habían acercado antes, sonriendo y abrazando, entregaron una carta hecha con sus propias manos.

- ¡Felicidades tío por salir de...!, ¿Cómo era papi? - La menor hablaba en un tono curioso, mientras se escuchaban risas por parte de los demás.

- Rehabilitación, Molly - respondió Felix, mientras se agachaba para acariciar su cabeza, y segundos después, volver a levantarse, caminando un poco, se encontró frente a frente con su amigo - Gracias...Jack, y Rose, por quedarse aquí - intentaba contener sus lágrimas, pero era difícil, la emoción sobresalía, y aquella pareja lo notaba, así que rieron en conjunto.

- Jamás te hubiéramos dejado solo Félix, en especial Jack, son mejores amigos después de todo - mencionó la mujer de finos rizos, volteando a ver a su esposo, como buscando una confirmación de su parte.

- Rose tiene razón, somos amigos, y los amigos se apoyan, en las buenas y en las malas - miraba con una sonrisa cálida, se sentía como la primera vez que pudieron apoyarse el uno en el otro - Te llevaremos a cada para que te arregles, porque no pienso inaugurar este restaurante sin ti - dijo para darse la vuelta y hacer que su familia lo siguiera.

Se quedó vagando en sus ideas por unos segundos, y se alegró de la suerte que tuvo al encontrar gente así, tomó sus maletas, y los siguió al auto, emocionado por poder abrir ese restaurante con su amigo, y feliz de estar en una familia perfecta.