Torre de Astronomía

[ Ron ]

El deseó que lo cambió todo

Caminó tocando con la punta de sus dedos la pared rumbo a la torre de astronomía. «Sigue siendo igual después de tantos años», pensó. Los recuerdos llegaron a él como si los hubiera vivido apenas el día anterior.

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Estaba en su cuarto año cuando una noche corrió por los pasillos hasta llegar a la torre de astronomía, conocía el camino mejor de lo que ninguno de sus compañeros lo hacían, lo usaba a menudo para llegar a su lugar especial. Ese lugar donde nunca se sentía juzgado, donde podía dejar salir todos los pensamientos o sentimientos que lo agobiaban, donde podía ver las estrellas y olvidarse del mundo.

La primera vez que llegó ahí fue en su primer año, solo había pretendido estar solo y llorar con tranquilidad. Su mejor amigo, Harry Potter, había sido elegido como buscador del equipo de Gryffindor cuando a los de primero ni siquiera se les permitía participar en las pruebas, no era que no se sintiera feliz por él, pero también se sentía desdichado. Su amigo era una excepción por ser excelente en quidditch, él no y eso era demasiado doloroso. Después de ese día la Torre de Astronomía se volvió su lugar especial cada vez que algo lo sobrepasaba o simplemente quiera está solo y observar el hermoso cielo.

Esa noche en particular fue porque su corazón dolía. Le gustaba un chico, así que hizo lo más lógico del mundo, se declaró, pero este lo rechazó gentilmente. Eso no lo hizo menos doloroso. Sabía que dentro de poco lo olvidaría y se interesaría o conocería a alguien más. Mientras tanto su corazón dolía, sus ojos se llenaban de lágrimas y el pensamiento «no eres suficiente» no paraba de rondar en su cabeza. Mismo pensamiento que tenía cada vez que veía cuan especiales eran sus hermanos, sus amigos y él no.

Lo primero que vio al entrar a la torre fue una estrella fugaz, sonrió tristemente y formuló un deseo en su mente -quiero ser especial, ser suficiente, ser más.

No se dio cuenta que lo había dicho en voz alta hasta que notó que no estaba solo. Se lamentó cuando descubrió quien estaba ahí con él, Draco Malfoy. Espero burlas de su parte, insultos quizás, nada de eso llegó nunca.

De alguna forma los dos terminaron en el suelo, cerca del barandal mirando el cielo y hablando de su mutua admiración por las estrellas, Ron agradeció que en ningún momento preguntó el porque de sus lágrimas o mencionara su particular deseó.

-¿Sabías que la leyenda sobre las estrellas fugaces se remonta hasta casi los orígenes de la humanidad? -le preguntó Draco

-No, -respondió -cuéntame más.

Se acomodo en una mejor posición para verlo al mismo tiempo que comenzaba a relatar -el cielo siempre han sido considerado mágico, símbolo de los dioses, incluso su hogar. Por lo tanto el cielo y todo lo que lo conforma, se volvieron símbolos sagrados. Una teoría dice que todo empezó con el astrónomo y astrólogo griego Claudio Ptolomeo y su creencia de que cada vez que una estrella fugaz caía, el reino de lo cielos se abría para los mortales. Las personas de esa época aprovechaban para lanzar sus deseos a las estrellas fugaces con el fin de que sus plegarias fueran escuchadas, lo pedían antes de que las estrella desapareciera o creían que ya no se les cumpliría.

-Es impresionante que todo empezará solo porque una persona lo creyó.

-El hombre también creía que la tierra no giraba y era el centro del universo, pero esa es otra historia. El punto es que solo es una de las muchas teorías que existen.

-¿Conoces más teorías?

-Algunas. No hay forma de saber cuál de todas originó el mito, cada cultura tiene sus propias creencias respecto al cielo y las estrellas. Por ejemplo para los cíngaros (un pueblo gitano del subcontinente Indio), pensaban que la aparición de las estrellas traía luz a la oscuridad, que eran de la buena suerte y facilitaban mantener a los seres de las tinieblas lejos de sus campamentos. Además no les pedían deseos ya que creían que estás eran hacedoras de milagros.