Miedo y celos son mala combinación.
Metió una mano a su bolsillo y sacó la cajetilla de cigarros —un mal hábito que obtuvo en el último año — solo por hoy no fumaría, no quería oler a tabaco cuando él llegará, pero tener uno de los cigarrillos en sus manos esperaba lo ayudará a relajarse un poco.
Todas las emociones que sentía eran inevitables como los recuerdos amontonándose en su mente.
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Esa noche de cuarto año llegó a la torre de astronomía porque no solo necesitaba, quería estar en un lugar silencioso. Tenía una fuerte jaqueca y el hecho de que todos en su sala común estuvieran parloteando como locos (por el torneo y la llegada de los otros dos colegios) hacía que su dolor incrementará. Sería más sencillo si fuera al despacho de su padrino y le pidiera una posición, pero no estaba seguro de soportar el bullicio durante el camino.
Estaba seguro de que a esa hora de la noche la torre estaría desocupada. El lugar perfecto para tomar un poco de aire fresco y tener el silencio que tanto ansiaba. Mas no fue lo que sucedió, cuando llegó ya había a una persona ahí y no a cualquiera persona, era Ronald Weasley.
Draco pensó en darse la vuelta y regresar por dónde había llegado, podría encontrar otro lugar, entonces cuando estuvo a punto de hacerlo, escuchó el deseo de Weasley.
—Quiero ser especial, ser suficiente, ser más —había dicho el pelirrojo
Sabía que lo mejor era irse, fingir que no había escuchado nada, sin embargo no pudo hacerlo, porque podía entender perfectamente a Ron. Quizás su deseo era un poco diferente; ser especial por lo que en realidad era y que eso fuera suficiente, pero si, él entendía lo que era no sentirse suficiente, aunque nunca se lo diría en voz alta.
Él era un Malfoy y siempre se esperaba perfección de su parte sin importar lo que hiciera, los errores eran inaceptables para él, nunca se consideraban sus sentimientos, sus deseos o verdaderas opiniones, porque él era un sangre pura y la costumbre dictaba que solo deseaba poder, dinero y debía odiar a muggles y los hijos de estos.
Se quedó, no tenía idea de como consolar a Ron y lo único que se le ocurrió fue hacerle compañía, distraerlo hablando de las estrellas. Fue una grata sorpresa que la conversación fluyera de una forma natural entre los dos, Draco amaba poder compartir con alguien todos sus conocimientos y Ron estaba encantado de escucharlo.
Creyó que esa noche había sido única e irrepetible, se equivocó, los encuentros continuaron y dieron inicio a una amistad. Poder hablar de cualquier cosa y reír hasta que le doliera el estómago eran lo mejor que le había pasado ese año.
Sin embargo no todo era felicidad, para Draco era exasperante lo desordenado que podía llegar a ser Ron, no es que él fuera perfeccionista y esperará lo mismo de los demás, pero ver apuntes con manchas de comida y las páginas de los libros dobladas, ya eran cosas irritantes. Por supuesto que también Ron llegaba a molestarse con él, por lo general era cuando se comportaba como un “niño malcriado”(como Ron lo nombraba) y aunque intentará tener paciencia en esas ocasiones terminaban discutiendo.
Muy a su pesar Draco reconocía que Ron influía mucho sobre él, lo hacía una mejor persona, alguien más tolerante, alguien a quien ya no temían cuando veían caminando en los pasillos e incluso le sonreían amablemente de otras casas. Y con mucha felicidad descubrió que él también podía influir en Ron, lo ayudaba a tener más confianza en si mismo y ser más delicado en algunos aspectos.
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Torre de Astronomía
FanfictionTodo empezó con una estrella, una estrella fugaz para ser exactos. Todo empezó en una noche cualquiera o eso parecía en ese momento. Todo empezó con dos personas que creían eran completamente diferentes. Todo puede terminar tan rápido como empezó...