Tenten week 2022

Relicario

Día 1: Boceto/Destello

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Frunció el ceño al verse en un callejón sin salida sobre el caso que tenía entre manos. Múltiples robos en diferentes casas en una pequeña colonia de la ciudad, extrañas desapariciones en las casas donde no había aparente interrupción, pistas o alguna cosa que pudiera llevarla a una pronta resolución. Ella, siendo una de las policías que había asistido a cada una de las escenas del crimen se sentía en la obligación de atrapar al culpable de todo esto.

Las víctimas no le brindaban información relevante, por lo que ahora mismo caminaba por la colonia, días después del último incidente, con el afán de encontrar algo que no hubiera visto las veces anteriores. Fue que doblando en la esquina algo llamó su atención. Un recuerdo vino a su memoria, rebuscando entre sus bolsas hasta que sus manos sintieron el papel en la bolsa trasera. Extrajo la hoja perfectamente doblada que tenía ahí. Sus ojos castaños viajaron de aquel boceto a lo que ahora se encontraba a un par de metros agitando su cola con tranquilidad mientras se aseaba cuidadosamente.

En el último incidente la familia involucrada tenían una hija, mientras entrevistaba a los implicados la niña se acercó hasta ella entregándole el papel con una mirada intensa, como si fuera a decirle el mayor secreto del mundo. Había sido concreta al decir que aquella resolvería el caso y la llevaría con el ladrón.

Un gato negro con manchas blancas en su pelaje.

Cualquier otro oficial hubiera ignorado tajantemente aquellas palabras, porque era absurdo pensar que un gato podría ser a solución de esa serie de robos. Sin embargo, Tenten recordó la mirada intensa de la niña y tuvo un presentimiento al respecto. Por lo que cuando el gato comenzó a moverse entre las casas, decidió seguirlo. El espacio entre las edificaciones era algo estrecho pero se las arregló para poder alcanzarlas. Estuvo un largo rato siguiendo el rastro de felino y por un momento pensó que era una pérdida de tiempo. Fue en ese momento que lo vio adentrarse a una casa.

El área de patrullaje de Tenten era esa colonia por lo que estaba familiarizada con la gente que vivía ahí. Reconocía los domicilios, por eso mismo se había sorprendido bastante de que aquellos robos estuvieran pasando ahí. Todos parecían buenas personas pero como su profesión se lo había enseñado jamás debe tomarse algo por seguro. La gente solía tener otra cara que a veces uno no percibía.

Recordó aquel domicilio como el de Deidara, un hombre reservado. Recordó que lo había entrevistado aquella última vez. Él había mostrado gran fastidio con toda esa investigación, mientras un gato se le acercó. Eso pareció molestarle ya que casi lo pateaba para alejarlo, diciendo que estaba harto de los gatos de la colonia y que alguien debería hacer algo con ellos.

Había varios gatos que no tenían un solo dueño, que eran alimentados por todos. Los veías yendo de casa en casa, pero ese hombre parecía odiarlos por algo en específico. Por eso mismo Tenten se sorprendió de ver al gato entrar. Tal vez por eso Deidara estaba tan fastidiado porque se metían a su casa sin permiso para tomar un poco de comida.

La oficial Natto estaba por dar la vuelta para salir de ahí cuando un destello llamó su atención. Sus ojos castaños presenciaron como aquel gato negro salía de la casa algo destellando en su pelaje. Era un relicario, uno de los objetos perdidos de aquella serie de robos. Conmocionada estaba por sacar su radio para avisar a algún compañero cuando vio salir de la puerta trasera al hombre de interés con el rostro estoico y corriendo con la mirada fija en el gato.

―Maldito gato, regresa aquí, ese es mi botín.

Intentó atraparlo pero el felino fue más rápido y saltó subiendo al muro que dividía las propiedades. En ese movimiento brusco el relicario se soltó cayendo al suelo. Deidara se acercó para tomarlo con gran fastidio, ese gato ya se había llevado varias cosas. Su mano se estiró para recogerlo cuando visualizó como un pie se detenía a su lado. Su mirada azul se levantó encontrando a la oficial que había estado más interesada que los otros policías en el caso con una expresión divertida en el rostro.

― ¿Tú botín?

El hombre en un impulso intentó huir de la escena, pero la oficial lo siguió durante una calle hasta que pudo taclearlo en el suelo, llevando sus manos a la espalda y deteniéndolas con unas esposas.

Deidara con el rostro en el piso refunfuñó sintiéndose realmente idiota al ser descubierto de su crimen perfecto por culpa de un maldito gato. Ese mismo día estaba dispuesto a hacer un último robo antes de salir de ahí.

Pero sus planes habían sido frustrados de la peor forma posible. Si aquel gato no se hubiera metido a su casa cada día a tomar algo y en alguna de esas ocasiones sus joyas que parecía encantado por su brillo. O por esa maldita oficial que parecía rondar más la zona por los robos.

Tenten sonrió mientras subía al rubio a la patrulla para dirigirse a la comisaría. Neji, su supervisor, iba a enloquecer al decirle que aquel caso lo había resuelto con ayuda de una niña de ocho años y peor aún, con la colaboración de un gato. Aunque nadie que escuchara la historia podría terminar de creerse algo como eso. Iba a hacer que el Hyuga le invitara el almuerzo, siempre que ella lograba resolver un caso aun siendo un oficial era la tradición que solían tener. Considerando que si era una investigación grande siempre se direccionaba a los detectives de la unidad, ahora mismo ella se llevaría el crédito y ese era logro bastante grande.

Por eso aquella rutina no era algo que pasara con normalidad y ahora mismo se aprovecharía totalmente de la situación.

Aquella niña había tenido razón, aquel gato le había dado la solución al misterio de la serie de robos que había acontecido.

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¡He decidido participar en la actividad! Son solamente cinco días y la intención es hacer destacar a Tenten más que juntarla con Neji. Un trabajo duro para mi pero dejaré pequeños guiños en las historias.

Recuerden que Natto es el apellido fuera del universo canon que decidí darle a Tenten en mis historias.

Saludos!