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Advertencia, este capitulo tocara temas de baja autoestima, trastornos alimenticios, crisis mentales, entre otras cosas. 

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6 de mayo del 2021

El vestido que use para navidad, mi peor enemigo. No lo volví a usar, en el fondo esperaba adelgazar para poder usarlo una vez más.

Ahí estaba en el armario, no me atrevía a sacarlo, es verdad, estaba gorda, cada vez más.

-¿Emma? -Mamá entra en la habitación de repente-

-¿Que? -Sigo tratando de concentrar mi vista en aquel vestido-

-¿Bajaras a almorzar?

-No -Le respondo, ya llevaba semanas a dieta-

-Emma no te estas alimentando bien -Dijo ella y rode los ojos-

-Pues aun no me muero -Le respondo-

-Emma ven a comer, por favor -Insiste y asiento-

Lasaña ¿Cuántas calorías tenia la lasaña? Aproximadamente unas 350, no podía permitirme comer tal cantidad. 

Mi plato de comida favorito, podía romper la dieta no pasaba nada, luego volvería a comer ensaladas.

¡Estas gorda!

Su voz sonó en mi cabeza, trate de ignorarla pero cada vez la escuchaba más fuerte. 

¡Te veías gorda!

¡Dios! Quería que se callara, quería probar comida real, mi estomago pedía comida, pero él me gritaba que no.

¡Gorda!

-¡No puedo más! 

Corrí escaleras arriba, me derrumbe en mi habitación, me permití llorar mientras miraba la silueta en el espejo.

¡Que gorda! 

Todo mi esfuerzo era en vano, seguía viendo la misma silueta todos los putos días. Cada vez que media mi cintura no bajaba ni un puto centímetro, no sere suficiente jamás me dije a mi misma.

¡Eres gorda!

-¡Basta! 

Mis manos arañando mi cara, yo golpeando mi cuerpo mientras aun lloraba por ver esa silueta, la desesperación por no poder bajar de peso, tenia hambre.

¡Engordaras!

-¡Cállate joder!

Trate de golpear mi cabeza para que no siguiera hablando, para no escuchar su maldita voz, no quiera escucharlo. 

¡No vales la pena!

-¡Detente por favor! 

Le implore a mi subconsciente, mientras me agarraba el cabello y seguía golpeándome intentando callarlo.

-¡Emma, cariño!

Mamá corrió a abrazarme, quizás lo hizo para que dejara de golpearme, no lo se.

-¡Ya no quiero más mamá!

-¿Que es lo que pasa cariño?

-Quiero descansar -Lloré, lloré en los brazos de mamá-

-Dime que es lo que pasa, podemos buscar una solución juntas. 

-Estoy muy cansada.

-Estas muy delgada cariño.

-Es mentira, es que acaso no lo ves, mírame mamá -Me separe de ella mientras mis lagrimas seguían corriendo-

-¿De donde sacas esas ideas? Mírate Emma, hace menos de un mes fuimos de compras y esos jeans que te quedaban ajustados, ahora apenas te quedan de lo delgada que estas.

-Se ancharon con los lavados mamá, es imposible que este delgada, no paro de engordar y la maldita dieta no funciona.

-Me preocupas cariño, déjame ayudarte.

-Me tienes lastima mamá, lo odio.

-Acepta ir al medico por favor.

-No.

-No estas bien, vayamos por favor, solo te revisara.

-Y me pesara, me dirá que estoy obesa.

-No esta obesa, tienes grado de desnutrición.

-No seas ridícula mamá.

-Por favor.

-Vete de mi habitación.

***

La noche llego, era más difícil que el día. 

Llegaba la hora en donde me comparaba con ella, con Julia.

Era delgada, acinturada, tenia un cuerpo de modelo, ella tenia todo lo que yo quería. Incluyéndolo.

Su foto en mi teléfono, el cual sostenía mientras me miraba al espejo. Me demostraba lo lejos que estaba de parecerme. No era igual a ella, lo sabia, pero al menos quería intentar serlo.

Volví a llorar, porque no me parecía en lo absoluto, porque era tan difícil.

¡Vete a la mierda Emma!

-¡Ya no puedo más!

¡Eres patética!

-¡No!

¡No eres capaz!

-Si lo soy

¡Ya no te soporto!

-¡Ya basta!

¡Inútil!

-Déjenme en paz.

Voces, voces, voces.

Mi cabeza solo decía voces. 

Dolor.

¿Me estaba doliendo todo esto?

No lo suficiente

¿Quién soy?

Yo no soy la del espejo.

¿Quién soy?

No lo se

¿Quién soy?

Alguien completamente ordinaria.

¿Quién soy yo para él?

¿Quién soy?

¿Quién soy?

¿Quién soy?

¿Quién soy?

¿Quién soy?

-Suelta eso joder -Nick me arrebata el corta pluma de mis manos-

¿Cuándo lo tome?

-¿Que te pasaba por la cabeza Emma? ¡Reacciona!

Su mirada llena de preocupación, ¿Cuándo tome el corta pluma?

¿Que pensaba hacer?

-¿Quien eres? -Dice tomando mi rostro-

¿Quién soy?

-¿Que pretendías?

Mis rodillas y todo de mi se cansa, ya no tengo fuerzas, me rindo.

-Suéltenme por favor -Susurro-

-¿De que hablas?

No hay lagrimas, mis ojos arden de lo mucho que he llorado.

-Ya no quiero más -Digo con la mirada desorbitada-

-Me preocupas.

Al final de lo que queda de noche me preparo para el día siguiente, me espera más de lo mismo. 

Y ya no se si sere tan valiente...









¿Un ultimo intento?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora