DI MI NOMBRE (+18)

2.2K 167 30
                                    

Un halo azul recorriendo el cielo carmesí bajo una luna roja como la sangre, como un tiburón enloquecido atravesando un océano granate, con las fauces abiertas desesperadas por desgarrar a su presa todavía inconsciente del peligro.

Se despeñó sin titubeo sobre el imponente edificio que coronaba la ciudad, donde los consejeros acababan de decidir forjar la paz entre Zaun y Piltover. La adrenalina provocada por el consenso se vio fuertemente interrumpida en el momento en el que el proyectil desquebrajó la cristalería de las ventanas, detonando sobre las cabezas de los consejeros, ocasionando una terrible explosión, que reventó los cimientos de la sala, destruyó las vigas del techo, y provocó un tembleque en el pavimento que rodeaba al inmueble, creando un falso terremoto que alarmó a toda la ciudad.

Caitlyn y Vi fueron testigos en primer plano de aquella atrocidad, del inicio de una guerra que ya había empezado y pareció por un instante ser capaz de desvanecerse, pero como las ascuas sobre la yesca se volvió a prender de manera criminal, fulminante, ajeno a la pobre población que sería sin duda la que más sufriría por el conflicto, pero sin poder hacer nada para evitar ser peones en aquel juego de ajedrez, donde sólo importaba quién estaría a la cabeza del poder, sin reparar en cuántas fichas hubieran que perderse en el camino.

Caitlyn berreó desesperada, impotente y desgarrada al sentir cómo había perdido en su lucha, cómo pareció que todos sus esfuerzos fueron en vano, el cerebro le estallaba de agonía al pensar que los consejeros estarían reunidos en ese momento, Jayce... su madre... Vi la tenía sujeta, pero la herida en la pierna que le palpitaba como si salieran chispazos que en cualquier momento le rasgarían el muslo, la nariz también le latía con escozor por el porrazo que Jinx le propinó, la cabeza le daba vueltas, que por muy fuerte que fuera la pelirroja no podría sostenerla, ambas estaban agotadas, exhaustas, pero ella agonizaba, perdió el poco equilibrio que le quedaba, y la vista se le nubló por un segundo, lo que la hizo desmoronarse sobre el suelo.

"¡Ey! Caitlyn, ¡Caitlyn! ¡¿Qué te pasa?!"

"Vámonos... vámonos de aquí, por favor." - suplicó.

"Sí, tenemos que irnos, ahora no sé qué va a pasar, pero estoy segura que mandarán una horda de vigilantes a las líneas. Aquí no estamos seguras..." - Vi analizó a Cait, estaba algo pálida, sudorosa y hasta temblaba, le pasó la mano por la frente, frunció el ceño preocupada y miró cómo la sangre le traspasaba el tejido del pantalón. - "¿Qué tal la pierna?" - preguntó inquisitiva.

"Estoy bien, no es nada..." - formulaba mareada, intentando normalizar su respiración que la tenía desbocada.

"Estás ardiendo Cupcake. No podremos salir de las líneas así, primero tenemos que tratarte." - Vi comenzó a levantarla tirando de ella.

"Aquí las condiciones son insalubres, no hay médicos para tratar... ¡arg!..."

Caitlyn gritó al apoyarse, le flojeaban las piernas y sentía que pronto también serían los brazos. Vi la alzó, depositando todo su peso sobre ella, cogiéndola de la cintura, mientras la otra le rodeó el cuello con los brazos, por un momento estuvieron muy cerca, como aquella vez que Cait la calmó tras darle aquel brebaje magenta de Shimmer. La vigilante percibió el cálido aliento de la pelirroja, sintiendo un breve alivio pues empezaba a notar cierto frío, donde el sudor provocado por la fiebre no ayudaba.

Cait levantó el mentón, encarando a Vi. Sus miradas se cruzaron, quedando en silencio unos segundos, pero que para ellas fue algo más largo. Cait paseaba su visión por los extrañados orbes grisáceos que la hacían sentir protegida, se aventuraba por la cicatriz que casi le partía la ceja, también se fijó en restos de sangre, y golpes tatuados sobre su rostro, además del tatuaje que ya tenía con "VI", en un principio pensó que se refería a los números romanos, e intentó descifrar el porqué de ese número, pero no, y por último en sus labios... también dañados por la última pelea, un pequeño corte le coloreaba el labio inferior en contraste con la marca que le maquillaba el superior. Volvió a sentir lo que sintió aquella vez, aquella vez que la hipnotizó con sus jadeos sobre un lecho de madera podrida, y que se volvió a repetir cuando le contó la historia de cuando ella y su hermana eran pequeñas, quería volver a acariciarle como aquella vez.

Di mi nombre (Vi x Caitlyn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora