Little cat. ‹𝟹 Sungsun

extra 1

Un suave ronroneo se escuchaba en aquel departamento, con esos sillones llenos de pelos y bolas de estambre por cada habitación, Sunghoon no cambiaría esas tardes por nada.

El llegar al departamento que compartía con su Little Cat era algo demasiado preciado para él y sabía que para Sunoo también.

Recogió unas cuantas bolas de estambre y las guardó en esa bolsa de tela que tenía bordado el nombre del menor, con cuidado de no hacer mucho ruido, Sunoo siempre se despertaba al mínimo ruido. Dejó su bolso en el sillón y se dirigió a la cocina para prepararse un té junto a una leche chocolatada.

Seguido, los dejó en la mesita que se encontraba frente el sillón y se giró para ir a la habitación principal del departamento.

Al abrir la puerta Sunghoon observó una cabellera castaña entre las frazadas y almohadas, seguido de unos lindos ronquidos disfrazados de ronroneos, sonrió ante la imagen y no demoró en sacar su celular y tomar unas cuantas fotos de lo tierno que se veía el menor, después de unos minutos muriendo de amor y ternura internamente se decidió acercarse al cuerpo que yacía recostado en la cama durmiendo de manera plácida.

Posó su mano en la cabellera castaña y comenzó a dar pequeñas caricias, apreciando la suavidad del cabello del mismo. La mirada de Sunghoon iba desde sus ojos cerrados, contando las pestañas de cada ojo, pensando que Sunoo no podía ser más que la perfección en persona, dió un pequeño apretón en su nariz haciendo que Sunoo frunciera su ceño a lo que Sunghoon sólo rió, dejó un beso en los labios del mismo, arrancándole un suspiro.

— Adoro tanto despertar así, Sunghoon. —susurró Sunoo tomando al nombrado entre sus brazos empujándolo hacia su pecho para volver a chocar sus labios en un beso.

— Buenos días, gato flojo. —Murmuró Sunghoon quitándose los zapatos y entrando a la calentita cama, presionando su cuerpo contra el de Sunoo en un cálido abrazo.

— ¿Con qué cara me dices eso? —ambos rieron, mientras que Sunghoon pasaba sus manos por las caderas del menor.— Hoy llegaste una hora tarde sólo para dormir más.

— Tú y la cama son una tentación. —respondió y besó el blanco cuello de su pareja, notando que las marcas que había hecho hace unos días ya estaban comenzando a desaparecer.

— ¿Ah sí? —la melodiosa risita de Sunoo se hizo presente a la vez que presionaba con suavidad sus belfos con los contrarios. Sunghoon paseaba sus manos por todo el cuerpo de Sunoo terminando por el cuello empujándolo más a sí mismo para intensificar el beso. Al separarse cruzando miradas sonrieron a más no poder.

Los pequeños ojos castaños de Sunoo desaparecieron con su eyesmile y Sunghoon mostraba sus hermosas y rosaditas encías, la felicidad que sentían era tan grande como el mar e incluso más.

Sunghoon dejó un besito en la frente del gatito y dirigió su mano hacia el abultado vientre de Sunoo, sabiendo que su otra razón de vivir vendría pronto a sus brazos y Sunghoon no podía esperar más para que ese momento llegara...