No podía creérmelo, el chico al que no conocía, al que solo había visto dos veces contadas, el que no dejaba de mirarme me había escrito una nota y lo había dejado en mi habitación. Seguramente estaba soñando, ¿por qué me había pedido quedar con él a media noche?
"Alicia no te emociones, a lo mejor se ha equivocado de persona o de habitación" me decía una y otra vez mi subconsciente, pero no sé porque por un lado estaba emocionada... y por otro lado no estaba preparada para hablar con él ni mi mucho menos.
Aunque le vería en el comedor a la hora de cenar, que es.......... ¡dentro de 30 min!
Dios mío, me he distraído con la nota, con mis pensamientos, con su mirada... SI , sus ojos que me miraban a MI.De repente, no me conocía a mi misma, me estaba ilusionando con algo y con una persona que seguramente se estaría riendo de mí. Me visto poniéndome un vestido de flores y me maquillo natural, lo que uso básicamente es rímel, colorete y un pintalabios rosa, y por último cojo todo lo necesario para salir pitando de la habitación e ir al comedor para poder ayudar al comensal con la comida de los demás. Una vez acabé con mi turno, veo a lo lejos en una mesa del comedor a Sandra, la cual me hace un gesto para que vaya a cenar con ella. La verdad es que estuve todo el tiempo pensando en él. Pensando en lo que me escribió, pensando en sus ojos hasta que...
—Oyeeee, ¿me escuchas?—Hasta que mi amiga me despertó de los pensamientos que rondaban por mi cabeza todo el tiempo.
—Ay lo siento pero es que...— Paré de hablar porque no sabía si contarla lo que había pasado con aquel chico, aunque decidí contárselo ya que ella me podía ayudar con toda la situación —... pues hay un chico en el grupo que no para de mirarme literalmente y antes de bajar, cuando me estaba duchando me ha dejado un papel escrito por él en mi habitación—.
Sandra me mira sorprendida, sorprendida porque nunca la habían contado nada parecido , ahora mismo estaba atónita por mis palabras aunque me dice:
— Ayyyy no te lo quería decir pero me he dado cuenta de que te miraba mucho, pero ¿de verdad que te ha dejado una nota?—.
—Si, espera que te la doy—.
Sandra lee la nota minuciosamente y exclama por todo lo alto un ¡LE GUSTAS! Ambas nos miramos y reímos, aunque fuera un grupo del que nos excluíamos, queríamos saber que quiere él de mí.
—A si que el chico está por ti ehh—me pregunta mi amiga con una mirada descarada.
—Que vaa, no creo que le guste. En fin, no creo que le pueda gustar alguien como yo—.
— Tia, qué vas a hacer al final, irás a verle?—
La verdad es que no sabía que hacer, se que si voy a verle será una pérdida de tiempo porque seguramente me dejará en ridículo, delante de todo el mundo. Aunque sentía la necesidad de ir, nunca nadie antes me había mirado de la forma en la que él me mira a mí. Basta Alicia,,, Basta. Me decía una y otra vez pues me estaba ilusionando y todavía no sabía las intenciones que traía conmigo.
— Creo que sí, me muero de curiosidad por saber que quiere de mí y por qué me ha escrito esa nota—.
—Bueno se llama Isaac, por si lo quieres saber y no se mucho nada más de él, solo que se ha criado en una familia rica y que al igual que tú vive en Barcelona—.
Su nombre Isaac. Cuando Sandra lo dijo, me produjo un escalofrío en todo el cuerpo. No se por qué, la verdad este chico hace que esté dudando de todo y que sienta inseguridad por todas las decisiones que tengo que tomar ahora mismo. Me sorprendí cuando me dijo que vivía en Barcelona, ya que nunca le he visto, tal vez se ha mudado hace poco o vive en otra parte en la cual yo no haya estado.
Se estaba acercando la hora más esperada creo que para ambas, pues Sandra también estaba emocionada por lo que podría pasar. Faltaban diez minutos y decidí ir al ala este para esperarle allí. Pasaba un minuto, luego otro y otro, hasta que cuando me quise dar cuenta eran las doce y cuarto de la noche. Estaba desilusionada porque una parte de mí se moría por verle, por ver esos ojos que siempre me seguían. Pero fui una ingenua, yo a él nunca le gustaría y encima a lo mejor todo era iuna broma para reírse de mí. Empezó a llover y acto seguido decidí irme. Con la cabeza agachada y los brazos cruzados decidí correr, salir de allí y así no mojarme aunque suaves lágrimas rondaban mis mejillas. Y de repente, me choqué con algo.
Algo no, mejor dicho alguien. Era él, no podía creérmelo. Al final, si tenía intención de venir. Mi cuerpo se llenó de algo parecido a lo que era la esperanza.
Al chocarnos, rápidamente nos miramos el uno al otro. Nuestras miradas lo decían todo, al menos la suya siempre me había mirado de esa manera. Con su mano, acarició la mejilla izquierda acercándose a mi labio inferior y un minuto después, sin más preámbulos, cambió su cara y adquirió un aspecto distante
—No puedo estar contigo.....
Antes de que yo pudiera articular palabra, dejó de acariciar mi labio y se fue corriendo hacia la entrada de las habitaciones. Me quedé allí, no creía lo que había pasado en menos de cinco minutos, no podía hablar, ni siquiera respirar. ¿Qué era eso de que no puede estar conmigo? ¿Pero entonces, por qué me acarició la cara? ¿Acaso es que yo le gustaba de verdad?
Al llegar a la habitación, me cambié y me tiré a la cama. No sabía como gestionar lo que había pasado. Solo recordaba una y otra vez, cómo nuestros ojos miraban a los del otro, sin importar nada. Parecía que el tiempo no pasaba y en ese momento nada importaba, solo estábamos él y yo. Aunque fue una noche mágica y con un final inesperado, estaba molesta. Él me había hecho ilusiones, o mejor dicho, me las había hecho yo con alguien que acababa de conocer. Con muchas preguntas en mi mente, cerré los ojos y caí en el sueño más profundo.
Los demás días fueron iguales, miradas y más miradas, aunque yo a veces no le daba ni la menor importancia. Tenía claro que no iba a sufrir por él. Esta tarde quedé con Sandra para darnos un chapuzón en la playa y luego más tarde irnos a la piscina. La verdad es que cuando fuimos a la playa me lo pasé genial con ella y apenas pensé en él. Ella sabía todo lo que había pasado y le guardaba rencor pero essta tarde lo olvidamos.
—Oye Ali, se nos hace tarde, ¿nos vamos ya a la pisci?— la verdad es que me encantaban las abreviaciones que hacía mi amiga—.
—Sii, venga vámonos— .
Al legar al hotel, nos duchamos para quitarnos la sal y así poder bañarnos en la piscina. Allí se encontraba mi hermana con unas amigas que había conocido, y se vino con nosotras. Estamos tan tranquilas las tres, cuando vi que el grupo de chicos se acercaban para meterse también en la piscina. Vi que se estaban riendo, cuando él empieza a mirarme según baja unas escalera para acceder a la piscina. No lo entiendo, primero me mira luego me dice que no puede estar conmigo y ahora vuelve otra vez a mirarme sin quitarme la mirada. Enfadada, me levanto y salgo de la piscina. Sandra nota mi cabreo e intenta decir algo, pero la corto con un
—No, no vengáis. Quiero estar sola—.
Me pongo la toalla y me subo corriendo a la habitación, y al pasar unos minutos veo a mi hermana entrar diciéndome lo que acababa de ocurrir. La chica rubia que los acompañaba, Paula, estaba encima de Isaac en la piscina y ella le retó a que se dieran un beso corto sin más, él no quería pero ella insistía así que se besaron. Madre mía y pensar que antes de que pasara eso yo estaba allí. Me alegro de no haberlo visto con mis propios ojos. No solo estaba enfadada con él, sino también conmigo misma, pues no esperaba que hiciera eso.
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¿CREÉIS QUE ISAAC LA HABLARÁ Y DEJARÁ QUE ENTRE EN SU VIDA?
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El verano que cambió mi vida
RomanceUn verano distinto. Un verano que lo puede cambiar todo. Suena muy bien, pero eso es lo que le pasó a Alicia sin apenas quererlo. Mira si ese verano era tan poderoso que hizo que perdiera su inocencia y se replanteara las cosas. ¿Qué hay en ese vera...