EN PAUSA. Te infiltras en la academia morimori, un internado masculino, fingiendo que eres un chico, simplemente porque preferías eso que ir a un internado femenino, pero al apuntarte al club de fotografía cosas raras comienzan a suceder, y puede qu...
Me desperté sobre las cuatro de la madrugada, quería volver a dormirme pero no podía, que raro no? En fin, abrí los ojos al darme cuenta que estaba pegada a algo, hasta que recordé la pijamada de ayer, joder es que recién despierta no me entero de nada. Levanté mi rostro encontrándome con la cara del pelirrosa, acaricié involuntariamente su rostro, se veía tan calmado, tan en paz, no parecía el Yuri que se la pasaba saltando de aquí para allá, el cual al hablar le salían más gallos que palabras, ese que parecía solo ser un adicto al sexo, pero que resultó siendo muy dulce y protector, ese que me abrazó tantas veces en el casi mes que llevo aquí, ese que me ayudó cuando me dió el ataque de ansiedad, ese que me besó...
Me besó...
¿Por qué me besó?
¿Por qué sobre pienso todo?
¿Por qué no me desagradó el beso?
Por qué...
Al final me dormí unos minutos después, acurrucada en el pecho del chico, su aroma me tranquilizaba, estaba en paz...
El pelirrosa despertó al notar el tacto de la fémina en su cara, él no abrió los ojos, comenzó a fingir que seguía durmiendo, su tacto se sentía bien, tranquilo, en calma... Mientras que la chica seguía acariciando su tez, esta soltó un leve suspiro, cuando el chico dejó de sentir sus caricias y la fémina se acurrucó de nuevo en su pecho, Yuri comprobó si estaba dormida, efectivamente, se durmió a los pocos minutos de colocarse en su antigua postura...
—Que es lo que tendrás que me trae loco...—susurré—no lo comprendo.
Cada vez estaba más seguro de mis sentimientos hacia Lilith, pero de lo que estaba cada vez más inseguro era de sus sentimientos hacia mí, puede ser que ella piense que soy un pervertido y ya, pero no soy solo eso, puedo cambiar por ella, puedo luchar por ella, puedo llegar a dar mi vida por ella, porque ella, ahora mismo, es mi todo...
Escuché la alarma que había puesto a las diez para no quedarme dormida hasta muy tarde, me levanté, o bueno, eso intenté, porque tenía la mano de Yuri agarrando mi cintura fuertemente, si que estaba dormido el cabrón. Como pude me liberé de su agarre y me dirigí a la cocina a hacer cualquier cosa para desayunar, no sabía que coño hacer, yo sé cocinar prácticamente de todo, lo malo es que soy muy indecisa para todo, ¿Debería hacer algo dulce o salado?
—Hmmm que podría hacer...—hablé para mí misma, al final me decidí por hacer tortitas, mientras intentaba alcanzar un cuenco de la parte alta del estante,escuché unos pasos provenientes de mi dormitorio y, seguido de eso, noté unas manos abrazando mi cintura y una barbilla apoyándose en mi hombro para seguidamente escuchar una voz.
—Buenos días..— él tenía la voz ronca, se ma hacia extraño escucharlo sin oír ningún gallo, pero a la vez su voz me atraía de una forma que no soy capaz de explicar.
—Buenos días dormilón, al fin despertaste bello durmiente— dije riendo.
Él escondió su cara en mi cuello haciéndome cosquillas.
—Joputa que me haces cosquillas— reí.
—Que haces~— mencionó volviendo a su tono divertido.
— Intentar alcanzar un puto cuenco para poder hacer tortitas, pero mi enanismo no me deja, a parte tampoco llegó a la comida de conejo y Lanita no tiene comida.
—¿Lanita~?
—Mi coneja, ostia cierto, que aún no te la he enseñado, bueno, ¿me alcanzas las cosas porfa?—le pedí.
El me hizo caso pero no me dejó apartarme de donde me encontraba, él alcanzó el cuenco pegándome a la encimera, yo me sonrojé inevitablemente, el bajó en recipiente del estante dejándolo a mi lado separándose de mi.
—Gracias...-dije.
—No hay de que~—será cabrón...
—¡Lo has hecho a propósito!
—El que~.
—¡¡Eso!!
—Que es eso~.
—¡Pegarme contra la jodida encimera!!
Me di cuenta de lo que había dicho en alto, noté mis orejas calentarse y en menos de un segundo me arrepentí de ser tan impulsiva.
—Mierda...— Yuri me miró con una sonrisa pícara en su cara, se acercó más a mi, y eso era un problema ya que para gritarle me había dado la vuelta quedando cara a cara, me puse demasiado nerviosa y no encontraba las fuerzas para apartarle, a parte sus ojos no ayudaban, esos hermosos ojos rosas...—Ahora no es momento de simpear Lilith—pensé.
—Ara~ ara~, ¿Te pongo nerviosa~? Lilith-chan~—dijo acercándose más, no sé de donde saqué fuerzas para apartarle— Sí, me pones muy jodidamente nerviosa— dije, gracias a Dios, en mi cabeza.
—V-voy a darle de comer a Lana- me libré de la situación como pude, agarré la comida de conejo que Yuri también había bajado y me acerqué a la jaula de Lanita, más que una jaula parecía una mansión, tenía un panel transparente el la parte de adelante y no tenía techo, las paredes de madera eran lo suficientemente altas como para que no pudiera salirse, le eché la comida en su recipiente y la acaricié un poco para calmarme, estaba tan sumergida en mis pensamientos que no me di cuenta que Yuri estaba a mi lado acariciando de la misma forma a Lana, en cierto modo me dió ternura.
Él al darse cuenta de mi mirada me habló.
—¿Que pasa~?
—Ne~ ne~ ¿es que no puedo mirarte?—pregunté jugando, a ver si así lograba ocultar mis nervios.
—Acabo de acordarme, ostias! ¡Que hoy venía René!— Grité la acordarme— ¡Ahhh! ¡Parezco subnormal pero me vale verga putos!
— Tengo ganas de conocer a tu amiga~ Por tu entusiasmo se ve que la quieres mucho~.
Yo asentí, René es maravillosa, me ayudó mucho, al igual que Ichi y Adam, son fantásticos la verdad, no se que habría hecho sin su ayuda...
— Bueno, ¿Desayunamos?— propuse, el hizo un sonido de afirmación, me dirigí a la cocina y comenzamos a hacer la tortitas, puse música y comenzó a sonar Talk too much, iba cantando pequeñas partes de la canción mientras "bailaba" como imbécil, Yuri se estaba encargando de darle la vuelta a las tortitas, cuando Yuri acabó con la masa de las tortitas estaba sonando So payaso de Extremoduro, canción la cual me recuerda a Pogo, bueno, que comenzó a sonar la canción y agarré a Yuri, el cual tenía sus gafas de sol puestas, comenzamos a bailar haciendo el tonto mientras yo cantaba algunas partes de la canción.
Terminó la canción y entre risas nos sentamos a desayunar.
—Dentro de poco va a acabar el mes... Tengo miedo la verdad...— confesé, lo cierto es que las escenas de los miembros del club corriéndose en la cara de otros ya era algo normal en mi día a día, pero pensar que me obligarian a participar en una orgía me producía escalofríos, a parte descubrirían mi género y podría meterme en un problema.
Yuri se dió cuenta de mi preocupación y puso su mano en mi cabeza.
—Tranquila, encontraremos una solución~.
—Arigatō Yuri.
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Se que es un poco de relleno but es necesario aunque no lo crean xd. Gracias por las 350 leídas, os amo <3 Se despide está española con alma de
