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Porque en realidad, nadie nunca se imaginó que el mismísimo Shinazugawa Sanemi sería el padre de tres lindos angelitos; Tanjirou, Zenitsu e Inosuke.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀،،̲⠀𝖺𝗏𝗂𝘀𝗼𝗌 ⚠︎
﹗ manipulación de edad
﹗ capítulos cortos...
"Lo leas hoy o lo leas mañana, eso no cambiará lo que siento por ti, Sanemi"
⠀⠀⠀⠀ ─Kochō Kanae
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PROLOGUE — El alba de las flores。
El sonido de una puerta se escuchaba en la silenciosa habitación. Pisadas cortas y susurros inaudibles se hacían más presentes al paso del tiempo. Mientras más pasaba el tiempo, las pequeñas risitas se hacían presentes.
Todo era tranquilidad hasta que...
— ¡Ya es hora de levantarse, papá!
El niño de ojos dorados levantó su voz, solo un poquito de más.
— No grites tan alto, Zenitsu — regañó Tanjirō en un susurro mientras llevaba su dedo índice a sus labios.
— Perdón, Tanji. Es que luego no se levantará...
Ambos niños se miraron uno al otro para luego enfocar sus ojitos a la espalda de su padre. Un niño de ojos verde selva interrumpió el silencio momentáneo, que se había instalado en la habitación.
— Si no te levantas, te echaremos un vaso de agua.
— ¡Inosuke! — exclamaron Tanjirō y Zenitsu al unísono.
Un ligero gruñido adormilado detuvo los susurros y a los niños, que ahora miraban atentamente al adulto recostado en su cama.
Sanemi al parecer ya estaba despierto cuando sus hijos entraron a su habitación. Frotó su rostro con sus manos, tomó su celular y se fijó en la hora.
Dios santo, apenas eran las seis de la mañana de un perezoso domingo.
Dejó su aparato en la mesa de noche y, volteándose, observó aún con sueño a sus tres hijos encima suyo.
Tanjirō, quien en primera instancia fue el que mencionó erróneamente que era lunes, miraba vergonzoso sus dedos. Zenitsu tenía sus ojitos abiertos e Inosuke sostenía un vaso de agua en las manos, con toda la intención de derramarla encima de su papá.
El albino soltó una risa, tomó el vaso y lo dejó en la misma mesa de noche sin decir una sola palabra debido al sueño.
Suspiró mientras acomodaba a los niños en la cama y así abrazarlos.
— Pequeños, hoy es fin de semana. No hay clases.
— Yo te lo dije, Tanjirō — el pequeño Zenitsu reprendía en susurros a su hermano mientras se acurrucaba en el pecho de su padre.
— L-Lo siento, me confundí — respondió Tanjirō con un puchero en los labios, jugueteando con sus dedos. Se sentía un poco culpable de haber levantado a su padre con gritos y movimientos un tanto bruscos.
— Lo sentimos mucho, Nemi. Ya no te echaremos agua — se disculpó ahora Inosuke.
En realidad, no era de culpar a nadie. Aquellos tres pequeños recién estaban aprendiendo los días y meses.
El mayor se dedicó a abrazar con más fuerza a sus inocentes hijos. Depositó dulces y castos besos en sus frentes y los miró con una dulzura que nadie más podría presenciar en vida.
— No se tienen que disculpar, ¿sí?
A pesar del tono dulce y calmado de su padre, los tres se miraron apenados con pucheros uno a cada uno. Sanemi no se sentía convencido de la situación y pensó en algo que podría alegrar la mañana a sus hijos.
— Y ya que me acaban de levantar, de seguro querrán hacer un mega desayuno feliz conmigo, ¿no es así?
El dedo índice del mayor tocaba de manera fugaz pero tierna las diminutas narices de los niños. Ellos sabían lo que significaba hacer un desayuno feliz. Podían cocinar cualquier cosa, por más salada o dulce que sonara, ellos tres eran libres de elegir qué desayunar.
— ¿Podemos hacer panqueques, papá?
— ¿Le podemos poner mucho jarabe de chocolate y crema batida?
— ¿También podemos hacer milkshakes?
Tanjirō, Zenitsu e Inosuke tenían ahora brillo en sus ojos, acompañados de grandes y animadas sonrisas.
— Todo lo que ustedes deseen, pequeños~
Sanemi no podía estar más encantado de ser recibido por sus tres hijos, y a pesar de ser una familia relativamente pequeña, era todo el mundo y universo para el albino.
Oh, Kanae...
Sin tan solo estuvieras aquí con nuestros hijos.
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¡ hey ! zenxxo aquí (っ '-' c)
Vaya... No pensé cumplir mi deseo frustrado de escribir un fanfic de kny, pero aquí estoy.
En fin,, espero que les guste y apoyen esta fluffy historia que me lleva picando el qlo desde hace unos meses y que por fin podré escribir.
