¡Bakugo! /Kiribaku Preparatoria/

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Los rumores que circulan sobre Kirishima Eijiro no son buenos.

La gente le aterra el pelirrojo, su apariencia asusta a los estudiantes de la preparatoria U.A y nadie que valore su vida desea acercarse al de pelos puntiagudos.
Han circulado tantos rumores falsos sobre Eijiro, que tienen por regla no acercarse a él si no desean estar muertos o perder toda su vida social.

Si tan solo supieran que Kirishima es un chico que desea tener amigos y mostrar su afecto a las personas que lleguen a apreciarlo.
Si tan solo le permitieran tener una vida escolar normal.

Él nunca asesino a nadie.
Tampoco se comió a sus padres.
Y por supuesto ¡no patea abuelitas!

Lo último se lo inventó Kaminari.

Él ayuda a las personas y se enfrenta a otros pandilleros que dañan a la gente, hacia tantas acciones buenas que no sabía por qué  empezaron a verlo como una amenaza.

¿Pero que podía hacer? Si intentaba acercarse a alguien, salían corriendo y gritando, como si Kirishima fuera un ex convicto.

Por esta razón le rogó a su madre el abandonar la preparatoria, no deseaba estar en un lugar donde lo vieran como un delincuente oh asesino (aunque tal vez ser un pandillero cuente como delincuente) su corazón era muy frágil aunque su apariencia resultaba ser todo lo contrario, nunca le desearía a nadie lo que esta viviendo ahora.

Su madre aceptó cuando su hijo llegó a casa llorando, con los ojos hinchados le rogó que lo cambiará de preparatoria oh que estudiara en casa, no soportaba las miradas de todos y sentirse tan solo solo por rumores falsos, no soportaba que todos lo ignoraran y lo trataran como un marginado.

Con el corazón destrozado, la señora Kirishima aceptó el pedido de su hijo, demoraría el sacarlo de la escuela, así que le pidió a Eijiro que soportara unos días más.
Tuvo que hacerlo.
Y por más dolido que sintiera el tener las miradas de todos cuando entró al comedor de la escuela, tuvo que caminar y sentarse de mala gana en una de las mesas que quedaban en las esquinas de la sala, dónde todos se callaron y el silencio parecía permanente.

Solo, como siempre.
Como una rata.

Kirishima cerró su corazón a las emociones nuevas, ya no deseaba entablar una amistad con nadie, solo quería largarse de ese lugar lo antes posible.

'Probablemente esconde un arma y va a balear a todos.... '

Un gruñido salió de los labios del pelirrojo al escuchar eso, tenía ganas de gritarles y llorar si era necesario, más nuevamente todos se asustaron y volvieron a permanecer en silencio.

Soltó un suspiro, le consolaba que ya no iba a estar ahí, así que agarró su bandeja de comida y la tiró en el tacho de basura que estaba al lado.

Caminó en dirección a la salida reprimiendo las ganas de llorar, podía sentir las miradas de todos en su espalda, se sentían como cuchillas afiladas y le hacían cicatrices muy profundas.
Estaban aliviados de que se fuera, ninguno lo quería.
Kirishima humedeció sus ojos.

'Entonces nadie lo extrañará.'

'Si se va, será mejor para todos ahí.'

'Solo era una pesadilla para la UA, nadie extrañaría su presencia'
.
.
.

Dejó de tocar el pomo de la puerta.

Sus palabras destruían el tierno corazón de Eijiro, parecía que los idiotas no se daban cuenta que los escuchaba.
Peor aún, algunos lo hacían a propósito y no les importaba, el pelirrojo se centró en la salida, en las voces y pensó en el único recuerdo que le dejó esta preparatoria.