Capítulo 26

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BRUNO

Ya ha pasado más de una semana que Nia me dejó, creo que hace unos días hubiéramos cumplido un mes de novios y dos de aquel beso pero nada de eso pasó porque ella me dejó y yo me he perdido nuevamente. Salgo de día, salgo de noche. Vuelvo casi al amanecer, he dejado de ir a la universidad. No tengo ganas de nada, sólo de dormir, tomar, salir y seguir tomando.

No debería volver a esto luego de lo que pasó hace años pero no le encuentro otra manera, además esta vez sé que puede pasarme y lo evitaré lo más posible. Tanto como evito ver a Nia desde esa última charla en el patio de la universidad.

Odio todo esto, ella era lo único bueno, lo único que me mantenía a raya y me dejó. Lo peor es que me dejó porque no confía en mí por una estúpida confusión de una fiesta sorpresa que nunca pedí. No volví a hablar con Luz y mucho menos con Antonia pero aún no se me va la bronca pues por su culpa perdí a mi novia.

Mi corazón está hecho añicos y por eso estoy aquí en un bar tomando tragos con ron, con vodka, algunos chupitos de tequila y no sé qué más. También tengo a una chica besando mi boca pero no se siente bien, ni me gusta. No besa ni remotamente parecido a Nia y al pensar en ella la aparto. Tomo otro trago y recuerdo que Nia me dejó pero ella a la vez me dijo que me quería. No sé ni qué pensar.

La chica habla pero la verdad no la escucho y termina yéndose. Viene otra y sin darme cuenta empieza a besarme y a tocarme. La detengo al recordar a Nia pero estoy demasiado borracho para pensar razonablemente y le sigo el beso a la chica. Paramos por aire y me toma la mano para llevarme fuera del bar y me doy cuenta de lo que estoy haciendo. Le suelto la mano, tomo un último trago y me voy a otro bar.

Sigo tomando y bailando y me siguen besando chicas que al estar tan en pedo no las detengo pero cuando quieren ir más allá me separo. La verdad no sé ni por qué lo hago ya que Nia jamás volverá conmigo.

Nia no confía en mí y yo la empecé a ignorar así que jamás recuperaré su confianza ni su amor. Pensando en eso, empiezo a enrollarme con una chica pero los ojos de Nia aparecen en mi mente y me detienen justo cuando estoy por meter mi miembro en el de la chica. Me alejo, veo que estoy en una habitación. Parece un motel, me visto y me disculpo con la chica y me salgo. Voy a un último bar que casi está cerrando, tomo unas copas y vuelvo a casa sólo para darme una ducha y volver a salir.

Llego, Joa está despierto y me mira mal.

- Bruno, ¿qué estás haciendo? Le prometiste a Nieves que...

- Sé bien lo que le prometí y no me importa incumplirlo si eso hace menos doloroso que Nia me ha dejado por culpa de mi familia- le grito y eso despierta a Martín.

- ¿Qué fue eso? - pregunta acercándose algo dormido- ¿Qué haces vestido aún? - me pregunta.

- Vive saliendo, eso pasa. Se emborracha y no sé qué otras cosas hará, pero no está bien- explica Joaquín.

- Por favor ni me hablen, no quiero oír quejas. Ustedes no lucharon casi dos meses para que la chica que les gusta confíe en uno y al ya estar juntos todo se arruine por una estúpida fiesta que nunca pedí - grito y sé que estoy llorando. Termino cayéndome al piso y Joa me abraza.

- Por dios amigo, esta no es la solución y lo sabes.

- Pero es mejor que saber que ella jamás volverá conmigo.

- Te das cuenta que te estás arruinando, ya sea que Nia vuelva o no contigo tienes que estar bien- dice Martín.

Entre ambos me ayudan a pararme y me dejan en mi cuarto con la puerta abierta y un balde por si vomito.

- Gracias y perdón.

- No agradezcas y deja de ser tan idiota- dice Joa.

- Te traeré agua y una aspirina para que no te mate la resaca.

Ojitos Verdes- Serie EncontrarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora