Capítulo 21

1 0 0
                                    

NIA

Hoy se cumplen tres semanas desde que estamos oficialmente de novios con Bruno. Aún no puedo creer que tenga novio y que sea alguien así de lindo como Bruno. Su pedida fue clásica pero el regalo que me hizo me dejo como tonta enamorada. Un zorro de peluche igual al Tarf de Lesath. Lo tengo en mi cama y duermo junto a él. Me recuerda a Bru, además su nombre también me recuerda al chico que ha ganado mi corazón: le puse Nibu. Estoy demasiado feliz con esto que nos pasa.

Estoy en el cuarto de Bru recostada sobre él leyendo un libro, él también lee un libro y amo compartir eso con él.

- Bru.

- ¿Si? - dice dejando el libro y mirándome.

- Me haces muy feliz.

- Y vos a mí- dice y me besa, es un beso dulce y corto.

- Bésame- digo subiéndome a su regazo rodeando su cintura con mis piernas.

- Nia- dice y yo deposito besos en su cuello. No sé por qué estoy haciendo esto pero me encanta ponerlo nervioso y excitado.

- Vamos Bru, has lo que deseas- digo y no sé cómo salió eso de mi boca. Él uno nuestros labios en un beso intenso, nuestras lenguas comienzan un juego pasional dentro de nuestras bocas. Estamos unos cuantos minutos así y paramos por aire.

- Nia- dice, está agitado y me encanta. Le quito la remera y vuelvo a besar sus labios metiendo mi lengua en su boca. Él me toma de la cintura aferrándome más a él. Separa un poco sus labios y deposita besos por mi cuello- Nia, ¿estás segura? No tiene que pasar si no... - lo callo elevando su rosto y dándole un beso intenso. Él mete su lengua en mi boca y hago lo mismo en la suya. Mis manos recorren su torso desnudo y una de sus manos empieza a subir por mi abdomen. No quito su mano porque estoy segura de querer esto. Separo nuestros labios y dejo que Bru me quite el vestido. Quedo en ropa interior y me siento un tanto nerviosa, es la primera vez que me muestro a alguien así. El besa cada parte de mi piel y me siento bien con sus caricias. Llega a mi pecho, eleva su rostro besándome el cuello mientras intenta desprender el brasier cuando justo tocan a la puerta.

Por instinto me alejo, me pongo mi vestido y me escondo debajo de las sabanas.

- Dijiste que no había nadie- reclamo a mi novio.

- No debería, quédate aquí. Ya vengo- me da un pico y sale del cuarto cerrando la puerta tras de sí.

A los minutos vuelve y cierra la puerta con llave.

- ¿Qué pasó?

- Sólo era Joaquín que se olvidó unas cosas pero ya se fue así que si quieres podemos continuar donde quedamos o sólo...- quito las sabanas y me quito el vestido- Me encantas.

- Me parece que lo justo sería que te quites el pantalón- digo y él lo hace. Aprecio la gran erección que tiene y se recuesta sobre mí con un brazo apoyado al costado. Comienza a besarme por todas partes y disfruto excitada. Va a mi boca, meto mi lengua en la suya y todo se vuelve más intenso. Sus manos desabrochan mi brasier y sus labios depositan besos por mi cuello hasta llegar a uno de mis pezones. El brasier ya no está y estoy un tanto nerviosa, comienza a acariciar uno con su mano mientras besa y lame el otro y yo no puedo ahogar el gemido que sale al sentirme tan excitada. Siento mi clítoris mojada y más gemidos salen de mí con sus movimientos. Vuelve a mis labios ahogando más gemidos pero sin dejar de tocar mi pezón. Lo separo y empiezo a besar todo su torso hasta llegar a su boxer. La verdad estoy nerviosa porque nunca llegue a nada con un chico, el pasado me influyo en que no quisiera tener novio hasta que apareció Bruno. Él toma mi rostro y me besa y termina mordiendo mi labio, excitándome muchísimo. Masajea mis pezones y luego una de sus manos baja hacia mis bragas. Una de sus manos lo acaricia y gimo de placer en su boca. Tira de ella para quitarla por completo, sigue acariciando y sólo sé que quiero más- Más, necesito más- digo y él sonríe pícaro. Empieza a meter sus dedos y me lleno de placer, lo hace despacio, sin mucha presión. Duele y es raro pero muy placentero- Dame todo- digo y él entiende a lo que me refiero. Quito sus dedos y me siento vacía pero luego de quitarse el boxer y ponerse un condón vuelve a mí y me embiste. Hago una mueca de dolor pero se pasa cuando empiezo a sentir el placer, otra embestida y otra. Empieza a masajear mis pezones y une nuestros labios en un beso desesperado. Gimo dentro de su boca, cada embestida es más fuerte y creo que pronto llegaré al orgasmo. Nos corremos al mismo tiempo, se acuesta a mi lado abrazándome y me da un pico.

Ojitos Verdes- Serie EncontrarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora