HORAS DEL ALMA

I

—¿Qué fue lo que nos pasó? —pregunta mi conciencia.

—Ahora solo espero que la herida sane que un día provocaste. —me digo a mí misma.

Error.

La que yo provoqué.

—Abriste tu corazón a quien no debidas. Y terminaste rompiendo uno por entregar el tuyo a alguien más que no lo valoró. —me reprende

Lagrimas.

—Me hiciste tanto daño que no puedo olvidarlo.

—No te hizo daño, provocaste algo peor. —contradice.

Mira por la ventana.

—Aunque sigas siendo mi debilidad, y yo tu tentación.

—Aquello es tan cierto. —concuerda

La lluvia no deja de cesar.

—Me deje llevar por tus encantos y caí en la trampa, quede ilusionada.

—Te ideaste a alguien que esperabas que fuera, pero él no era así. No hubo ninguna trampa, tan solo jugaste con fuego donde sabias perfectamente que te quemarías y conllevarías a alguien más. ¿Ilusionada? Claro que sí, lo estabas demasiado por ello accediste a todo lo que él te proponía, estabas algo ciega y no de amor, sino de obsesión.

Toma una manta.

—Creí que ibas a ser diferente. —suspiro

—No, no lo era. Tiene cara de niño bueno e inocente, pero en el fondo es un diablillo que necesita de lo que ya sabemos.

Más lágrimas.

—Aquella forma de ser tuya me fascinó.

—¿Qué forma? Nadie tiene una forma, simplemente cada persona tiene su manera de ser con los demás y esta elije como ser ante cada una.

Sollozo.

—Y cuando me besaste, fue mi primer beso.

—Sin duda fue el mejor de la corta vida que vamos. Mágico e inigualable.

Se escucha un rayo.

—Hoy hace frío, y deseo tanto querer estar con él.

—Pero si te abrigas, el frio se irá. —me regaña

Se cubre con la manta.

—Ni siquiera puedo dormir.

—Deja de pensar tanto.

Se recuesta sobre la ventana.

—Me dejé llevar por su sonrisa, ay esa sonrisa es la culpa de este mal.

—No lo niego, fueron pocas las veces que lo vimos así, y la ilusión en su rostro de niño bueno.

Cada lagrima es como una gota de lluvia que caen al vacío.

—Hoy esto se acaba, ya no pensaré en ti, ni como te presentaste ante mí.

—Pasaremos página, aunque sabes que esto fue una experiencia y que para él también lo es, lo dijo alguna vez. Eres fuerte, a pesar que lo perdiste él no fue tan importante como lo fue, ya sabes, todo lo que viviste con otra persona, que a pesar de lo que hiciste, te perdonó, pero tu pequeña obsesión con este niño, hiciste que ya nada fuera igual y terminaste sola.

—Sola. —repetimos al unísono.

Me quedo dormida.

Recuérdalo una vez más que no todo es para siempre y que cada momento vivido es parte de la vida como una lección.

Ahora convive con la soledad que será nuestra gran amiga en este tiempo hasta que el destino presente cuales son sus intenciones hacia ti.

Cada persona que entra a tu vida, se convierte en alguien que desea darte una lección o llega de manera que tu seas quien la lección, siendo una bendición para ti.

♡♡♡

By: Gladys Beatriz
(28/02/2022)