Para la elegante sociedad de Londres, todavía era demasiado temprano para para que una joven en edad casadera estuviera fuera de a cama.
Pero Kagome consideraba que las reglas que las reglas que debía seguir para ser considerada una mujer respetable eran absurdas, empezando por esa.
Mientras bajaba las escalera de camino a desayunar, se extraño al oír la voz de su hermano Sota_el conde de Blackwell_, junto a la de otro hombre que no logro reconocer.
Comiendo a moverse de manera sigilosa, tratando de no hacer ningún ruido que la dejase al descubierto. Esperaba que no fuese ningún nuevo pretendiente. La nueva temporada acababa de empezar y la noche anterior había asistido a la primera velada. sin duda, ningún caballero que se preciara podía tomarse el atrevimiento de ir visitarla tan pronto, pero, cómo avía aprendido el año anterior durante su primera temporada, había muchos crápulas en la sociedad que se daban el gusto de hacerse llamar Caballeros.
Cuando llegó a mitad de los escalones,
Pudo distinguir, que se trataba de un hombre joven con cabello castaño y una altura similar a la de Sota, estaba muy arreglado, con un frac gris y un pantalón del mismo tono, pero seguía sin resultarle familiar,Kagome, que era curiosa empedernida y no le gustaba perderse detalle, siguió acercándose, apesar de no estar del todo precentable. Llevaba un vestido de mañana, si, pero aún conservaba la trenza que su doncella le avía echo para dormir,
_Entonces, cuéntame, Miroku, qué...
_oyo que decía Sota.
¿Miroku?_ repito en voz baja, o eso creyo, porque los dos hombres se giraron asia ella, descubriendola.
Fue recién entonces cuando pudo ver su rostro. En efecto era el, era Miroku.
Miroku Miyatsu, actual duke de Egerton, era el mejor amigo de su hermano mayor desde que Kagome tenía memoria, y por esa misma razón, también era uno de los pocos amigos que le avían permitido tener en su niñez,
Cinco años atras, el duque se avía marchado de Inglaterra para recorrer el mundo y no avía vuelto a verlo, enterándose de sus aventuras solo atravez de correspondencia que intercambiaba con Sota,
Kagome termino de bajar las escaleras y se acercó a ellos con la manos atrás de la espalda.
_No puedo creer que estés aquí_ musitó, moviendo la cabeza a ambos lados sin poder de dejar de sonreír, y miro a su hermano solo por un segundo_.
No dijiste que volvería hoy.El conde se encogió de hombros.
_¿Kag?_ inquirio el duque.
Mirandola con expresión interrogante y asombrado.Ella río.
_¿Tanto he cambiado que ya no me reconoces?_ pregunto y enderezó los hombros, al mismo tiempo que alzaba la barbilla_. Y por cierto ya nadie me llama asi, ahora soy Lady kagome.
Miroku le devolvió la sonrisa.
Estoy impresionado, has crecido te has vuelto toda una dama estás preciosa_ y le tocó la cabeza como si fuera un perro o peor una niña pequeña además, ¿Realmente era una sorpresa que fuera tan hermosa? Nunca la avía considerado hermosa pero tampoco desagradable.
La sonrisa de kagome se borró y alzo una ceja para considerar ese punto,
Pero Sota intervino sin darle tiempo a replicar,_¿Ahora que la ves si puedes creerme cuando digo que es un constante dolor de cabeza? Quito mis ojos de ella por un segundo y está rodeada de vividores, cómo si no fuera suficiente evitar a las damitas solteras y sus madres, ahora también tengo que ocuparme de alejar a los calaveras de Londres de mí hermana menor.