13.KIM

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La noche anterior no pude dormir nada de tanto pensar en todo el asunto que estaba sucediendo; Shannon, El maldito psicópata, por qué hacía todo esto, lo que supuestamente los chicos hicieron… Todo era tan exasperante, no entendía la situación, nada concordaba. Tenía que averiguar quien era este maldito y por que hacía todo esto antes de que volviera a querer matar a otro de mis amigos.
   Tenía que informarles sobre todo a los demás. Teníamos que hacer algo al respecto y, sobre todo, tenía que preguntarles que habían hecho como para que ese psicópata nos quisiera asesinar a todos.
   Esperé toda la noche a ver que me escribía, pero el imbécil no hizo nada, no me dijo nada. ¿Qué estaba planeando ahora? Me preguntaba una y otra vez en mi cabeza. No dejaba de revisar mi IPhone a cada segundo, esperando un mensaje de él, mientras caminaba por los pasillos del instituto, hacía mi taquilla.
   -Hola-me dijo una voz masculina a mi lado, que me provocó un susto al instante.
  Suspiré y sonreí al voltearlo a ver.
   Era Taylor; iba, como siempre, con esa ropa negra que le quedaba también y le daba un aire más a sexi.
    -Ah, hola-le respondí llevando mi teléfono a mi pequeño bolso.
    -¿Te asusté?-me preguntó.
    -Ah…, no…, yo solo, creí que eras alguien más.
    -¿Ah, si?... ¿Quién?, a ver.
    -Pues…-abrí mi taquilla y saqué un libro-Solo alguien-le dije cerrando mi taquilla.
   Sonrió de labios cerrado.
   Era imposible resistirse a esa sonrisa tan sexi que, aunque no lo crean, la mostraba poco. La verdad, casi no sonreía, aunque tampoco debo negar que la seriedad que cargaba te hacía verlo más sexi, ya que provocaba mucha curiosidad; querrías saber más sobre él.
    -Ok, solo alguien. ¿Me mostraras el resto del lugar?
   Iba a responder, pero me detuvo el sonido de mi teléfono, anunciando un mensaje.
   Lo tomé de inmediato y tragué saliva al observar quien era. Era el maldito de Hunter, lo había registrado así para no perder su numero.
   El mensaje decía lo siguiente:
   Hunter: Buenos días Kim.
   ¿Quién se creía este? Un día trata de matar a dos de mis amigos y al día siguiente me escribía como si nada buenos días. A que estaba jugando este imbécil.
    -¿Estás bien?-me preguntó Taylor, seguro al percatarse de mi semblante.
    -Ah, si-carraspeé-, claro.
    -¿Kim?-la voz de Liam, atrajo nuestra atención-te estaba buscando.
    -Ah, yo acabé de llegar-dije y miré a Taylor-. Liam, el es Taylor; Taylor, es el Liam… mi novio-no se, pero algo me detenía a decir la ultima frase.
   Ambos se dieron la mano y asintieron.
    -¿Podemos a hablar un momento?
    -Sí, claro.
   Hubo un momento de silencio incomodo.
    -A solas-corrigió Liam.
    -Oh, claro, claro-miré a Taylor un poco apenada.
    -Te espero por allá-dijo Taylor y se fue.
    -Bien, ¿de que quieres hablar?
    -Pues…
    -Yo también tengo que decirte algo-lo interrumpí.
    -Bueno, empieza tú-me dijo.
    -Pero, no solo contigo, sino con todos los chicos, ya sabes; Tavo, Amber, Lili…
    -Sí, sí, entiendo. ¿Pero de que quieres a hablar?
    -Lo haré cuando estemos todos, además, tengo que hacerles una pregunta.
    -Suena a que es muy serio.
    -Lo es-lo corregí-¿Podrías decirle a los demás que vallan a al café después de clases?
    -Ah…, no se va a poder-dijo y se pasó el dedo por el puente de la nariz.
    -Por?
    -Pues… el director nos castigo por una semana, por la pelea de ayer que te conté que tuvieron Tavo y Cole, así que.
    -Sí, de igual, quedé después de clases con Taylor.
   Liam, abrió los ojos como plato, ya sabía lo que pensaba, y no lo culpaba pues no me especifiqué bien.
    -Parece que te llevas muy bien con tu nuevo amiguito.
    -¿Estás celoso?-fruncí el seño.
    -No, por qué debería.
    -No es lo que piensas, solo es para hacer un taller, además, Amber también estará con nosotros.
    -Bien, bien, no tienes que darme explicación.
   Ya lo conocía, sabía que estaba celoso, por lo que decidí cambiar de tema.
    -Bueno, ¿de que querías a hablar?
    -Emm, mejor lo hablaremos después, tengo que entrar a clases.
    -Oye, pero por lo menos podrías decirme sobre que.
     -Te contaré todo después, te lo prometo.
    -Esta bien.
   Me dio un beso y se fue.
    -¿Todo bien?-me preguntó Taylor a al acercárseme-. Parece que no le agrade a tu novio.
    -Claro que no, le caíste súper.
   Él me tomó la mano con el seño fruncido.
    -¿Qué es esto? ¿Qué te paso?-inquirió confuso al ver mi herida en la mano.
   Me solté y volví esconder mi mano con la manga del buzo.
   No se como se había dado cuenta, lo tenía muy bien tapado, incluso Liam no se dio de cuenta. Aunque debo admitir que la herida era un poco grande; esta llegaba desde mi dedo gordo hasta el meñique y estaba cubierta con una venda que me pusieron en el hospital. Lo bueno es que mi madre estaba ocupada en el momento en que llegué al hospital y por tal motivo no se dio cuenta y me atendió otro doctor.
   Hice todo lo posible para que no me la vieran en la casa y funciono hasta que Taylor lo arruinó.
    -No es nada, me corte picando unas verduras en mi casa, nada más.
   Él no parecía convencido.
    -Eres un poco mala para mentir, pero ya me lo dirás en otro momento.
    -Ja, ja. No lo haré.

¿Alguna vez se habían sentido observado? Pues así me había estado sintiendo yo todo el día y debo admitir que me tenía con los pelos de punta de tan solo pensar que se podía tratar de Hunter. Ese imbécil podría estar en cualquier lugar, podría ser cualquiera de los que me rodeaban, me sentía un poco expuesta al respecto.
   Le había contestado el mensaje, pero el no contestaba. Estaba en el laboratorio, estábamos con nuestras batas y una rana muerta en nuestras mesas que teníamos que abrir a la mitad mientras el profesor Andrews explicaba no se que de estas mismas. Me daba asco así que decidí dejar que mi compañera, Ana, quien estaba sentada a mi lado, lo hiciera.
    -No creo tener la valentía de disecar a la podre ranita-me dijo Ana.
    -Pero si ya esta muerta-le dije.
    -Lo se, pero igual pobrecita. Mejor hazlo tú.
    -Olvídalo, no lo haré, que asco-me reí un poco.
    -Señoritas-nos llamó el profesor-. Parece que esta muy divertida mi clase, ¿No?-nos increpó.
    -Lo sentimos, no volverá a pasar-le dije.
   Él asintió y volvió a lo suyo, cuando mi IPhone anunció un mensaje.
   Lo abrí con cuidado de que el profesor no me viera. Era el maldito de Hunter y decía lo siguiente:
    Hunter: Presta atención a la clase Kim.
   Me quedé helada, él me estaba observando. Miré a mis alrededores con cautela, pero todos parecían estar prestando atención a lo que a hablaba el profesor Andrews.
    Yo: ¿Me estas observando imbécil?
    Él: Yo, claro que no, solo veo como se porta mi presa. Je, je.
    Yo: Eres un capullo, ¿dónde de escondes cobarde?
    Él: Si te lo digo, no sería divertido, ¿no crees?
   Volví a observar mi entorno y al profesor para asegurarme de que no se me diera cuenta.
    Yo: ¡Eres un cobarde, da la cara!
    Él: No, continuaremos como estamos. Por cierto, estas bien linda hoy, creo que me encantaría una noche contigo.
   ¡Quien se creía este imbécil para hablarme así!
    Yo: ¡Eres un pervertido, juro que descubriré quien eres y te pasaras toda tu vida en una puta cárcel!
    Él: Yo creo que te sacaré los ojos antes a ti y a cada uno de tus malditos amigos.
    Yo: Eso lo veremos.
    Él: ¿A quién crees que debería matar esta vez?
    Yo: Matar, si ni siquiera pudiste a hacerlo con Lili y no lo harás con nadie más. Te gané, acéptalo cobarde.
    Él: Fue suerte, pero a la próxima ni tú sobrevivirás…

¿Les está gustando la historia? Cuentenmelo en los comentarios. Se vienen mucho más misterios y sorpresas en HUNTER.
  





  

   














          

HUNTER [Vive o Muere]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora