Prólogo

56 7 2
                                    

Pasado
»»»»»»»

10 de marzo del 2010

Consultorio del doctor John maxwell.

Mundo avonlex.

A veces quisiera escaparme de mi papá y toda esta vida de hijo del adalid.

A la que me han atado nunca me ha gustado la vida que tengo; es como si ya estuviese planeada.

¿Pero que estoy diciendo ? Si siempre ha estado planeada.

Por qué he nacido con un propósito tanto en el lado humano, como en el mundo avonlex.

Pero siempre me he revelado ante mi padre hago cosas que según las reglas avonleanienses; están prohibidas de hacer mucho mas para un hijo del adalid.

Pero claro me atrapan por qué no hay un segundo en el día, que no me tengan vigilado.

No puedo ni ir al baño en paz y ahora como me he pasado de la raya; mi papá no se le ocurrió otra cosa más que ponerme de niñero de una niña humana.

Y aquí estoy rodeado de paredes blancas, con estantes y equipos médicos con los que el doctor maxwell revisa a los del mundo humano y el mundo avonlex sean de la raza que sean.

Aunque muy pocas veces nos encontramos con casos que no sean humanos y avoleanos.

—Ella es una chica muy fuerte— es lo que dice el doctor Maxwell después de revisar sus signos vitales y comprobar que todo marcha bien. —Dentro de unos años estará lista—dice sumergiéndose en sus pensamientos.

Me levanto de la silla giratoria, que está a un lado del escritorio de john.

—¿Ya te vas ?—me dice antes de poner siquiera un pie fuera de la habitación.

Me detengo, volteo mis ojos y me giro hacia el con fastidio de que me impida estar a un paso de recibir una pizca de la poca libertad que me queda y finalmente digo.

—Maxwell no sé quién es la chica ¿si? La traje por qué si aceptaba este trabajo quedaba saldada mi deuda con mi padre.

Maxwell se quita las gafas que carga, las limpia con el borde de su bata médica y me mira pidiendo paciencia.

—Si, pero todavía no has terminado el trabajo apenas lo estás empezando pronto tu vida girará entorno a esta chica.—Dice colocándose las gafas nuevamente, una vez limpias.

Me giro hacia el abruptamente y con determinación, me acerco poco a poco como contando los pasos y exclamo —¿¡COMO DICES!?— mi cara seguro que es un poema que quiere decir maxwell con que mi vida girará entorno a esa niña; el trato era solo traerla ni siquiera se quién es, ni por qué mi papá tiene tanto interés en ella.

Suspiro con una mueca de indignación y hago un sonido con la boca que refleja la poca gracia que me hace sentir está situación, pensando que esto es una broma y mis oídos no escucharon el sonido de las palabras más estúpidas que me han dicho en mi vida provenientes de la boca de maxwell.

Con cara de confusión y desconcierto por mi actitud maxwell exclama —¿¡Que!? ¿Tu papá no te lo dijo?— me mira sorprendido como si de verdad no sé puede creer que mi padre no me haya dicho nada.

Sintiendo como la ira empieza a invadir las venas de mi sistema junto con las ganas de largarme de este lugar; a reclamarle a mi padre haciéndose cada vez más grandes respiro tratando de controlarme y miro a maxwell directamente a los ojos diciéndole.

—¿!Te parece que me lo dijo!?—hago un ademán con las manos— Por supuesto que no lo hizo, nunca me dice nada de lo que pasa y me utiliza como un títere.

El hunde un poco las cejas me mira con comprensión sin embargo le tiene un gran respeto a mi padre y conoce la relación que llevamos por lo que dice—Bueno chico tienes que tenerle paciencia, todo a su tiempo ya te dirá el porqué de todo.

Una razón más por la que odio mi vida es por este tipo de cosas por qué para Cristophe Evenson es muy fácil manejar mi vida como a él le plazca—No quiero ser la niñera de una humana maxwell.

Se sujeta el puente de la nariz y suspira —Hijo eso debes hablarlo con tu padre por ahora mi trabajo culminó, lleva a la chica al mundo humano—Es lo que dice organizando los papeles con los exámenes que le acaba de hacer a la chica.

Se gira hacia el escritorio y busca entre los cajones que se encuentran a un lado del mismo; un collar plateado con un diamante rojo como un rubí en el centro del mismo.

Lo cual llama mi atención.

Cierra el cajón del que salió ese hermoso collar y me mira—Por ahora terminaste con la chica, hasta que ella esté lista.— Dice tomando el collar entre sus manos.

Levanto mis manos con exasperación y las paso por las hebras de mi blanco cabello dejando salir un soplido con molestia de mi boca—¿Lista, para que? maxwell no entiendo nada.

El me mira como si yo tuviese todas las respuestas a mis interrogantes y no me diera cuenta. Hasta parece que quiere decirme algo sin embargo eso no pasa solo sacude su cabeza para sacar lo que sea que se le cruzaba por la mente.

Camina hacia mi, coloca sus manos sobre mis hombros como si eso ayudará a tranquilizarme y me entrega el collar; para luego mirarme a los ojos y decirme con seguridad—Confía en mi cuida el collar pronto encontrarás las respuestas a todas tus preguntas— Asiente con la cabeza hacia la chica para que la tome.

Luego quita sus manos de mis hombros para que pueda movilizarme y se retira a sus deberes como sanador de este mundo.

Por mi parte decido darme por vencido con este misterio de la chica guardo el collar en mi bolsillo, tomo mi pulsera que se extiende con cadenas por la parte de arriba de mi mano; que luego forman anillos alrededor de mis dedos.

La sumerjo en el líquido transparente y acuoso que todos cargamos para poder transportarnos a los dos mundos.

Abro el portal al mundo humano, me giro hacia ella la levanto con mis brazos y cruzo.

Estando frente a la puerta de su casa cierro los ojos y me imagino su habitación; desapareciendo de la entrada principal como una pequeña sombra convertida en humo que se deshace con la brisa.

Luego me materealizo frente a su cama donde la dejo con mucho cuidado de no despertarla.

Doy pasos hacia atrás cuando la chica está por abrir sus pequeños ojos y me desvanezco en la oscuridad de la habitación; abro el portal nuevamente para regresar a mi mundo.

Y en mi mente con un poco de resentimiento pienso

«nos veremos pronto chica humana.»

Más Allá De La Verdad: Destino Al Nuevo Mundo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora