Capítulo 3

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Valerie.

Presente.

La tierra: Nashville, EEUU.

Lo último que recuerdo es como una especie de polvo caía en mi cara y eso hacía que me desmayará; sin embargo todo es muy confuso realmente no estoy segura de que eso haya pasado enrealidad o si fue un simple sueño.

Me pellizco tratando de averiguar si este es el mundo real y efectivamente lo es; tanteo un poco alrededor con mis dedos y me doy cuenta que estoy todavía en el bosque. Trato de abrir los ojos cuando lo hago todo se ve negro. Algo impide que vea dónde estoy ¿Una cinta?, estoy a punto de tratar de quitarmela pero ¿Mis manos están atadas?.

«Que inteligente ¿ahora te das cuenta? ».

Cállate conciencia.

Efectivamente tengo una venda en los ojos negra y mis manos están atadas con una cuerda. Por lo menos mis pies siguen libres, pero no son de mucha ayuda si no puedo ver ni usar las manos.

«Dime algo querida valerie, ¿por qué estás tan tranquila con esta situación ?. Que no ves que nos van a matar.»

¿Eh? ¿Matar? ¿Espera que?

Pronto empiezo a entrar en crisis, creo que no era muy consciente de la situación; en verdad pienso que es un sueño del cual debo despertar pero la verdad es que esto es muy real, pronto me falta la respiración, empiezo a hiperventilar, trato de visualizar algún lugar que pueda reconocer pero es inútil no puedo ver nada. Estoy a punto de llevarme las manos a la boca para tratar de quitarme la cuerda de alguna manera con mis dientes, cuando escucho una voz masculina decir.

—Yo no haría eso sí fuera tu.

Me asusto todavía más, no se de dónde proviene la voz, ¿Será mi asesino?.

«Genial nos van a matar y tú no haces nada para evitarlo.»

¡Que quieres que haga si estoy atada!

De todas formas es lógico que el hombre evitara que me quitara la cuerda de las manos, obviamente no quiere que escapé, pronto me llevo las manos nuevamente a mi boca y justo cuando mi boca roza la cuerda que tengo atada alrededor de mis muñecas. Está empieza a arderme a tal punto de quemarme.

Suelto un alarido de dolor y siendo una estúpida como siempre, intento nuevamente a quitarme la cuerda pero está me vuelve a quemar solo que está vez con más intensidad.

Gritó nuevamente estoy segura de que eso va a dejar una marca por un tiempo alrededor de mis muñecas; la cuerda me quema cada vez que intento quitarmela como un mecanismo de defensa al saber que será desatada y podrá dejar libre a quien ata, lo que no es normal definitivamente y eso hace que me ponga más nerviosa de lo que ya estoy. ¿Que demonios está pasando? ¿Y quien demonios me hizo esto?.

—Te dije que no lo hicieras-me dice esa voz nuevamente con calma y desinterés.

—¿Quién eres tú ?—trato de sonar firme, pero la verdad es que mi voz me salió un poco temblorosa y mis ojos poco a poco se vuelven aguados del miedo y el dolor de la quemadura.

—Siempre la misma pregunta cada vez que nos vemos querida valerie ¿Quién eres?, ¿Que es lo que quieres?.

—¿Cómo sabes mi nombre?.

—¿Sabes? esto ya me está aburriendo.—dice ignorándome totalmente.

—oh, discúlpame si no tengo la conversación más divertida; mientras estoy vendada en los ojos, con una cuerda que ata mis manos, en medio del bosque y con un desconocido.—suelo hablar con ironía cuando estoy nerviosa.

Más Allá De La Verdad: Destino Al Nuevo Mundo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora