let me taste you ✧ fem vm

addicted

Desde que su memoria les permitía recordar, Jimin siempre fue muy sensible a los olores. Le encantaban las esencias y olores naturales, pero su favorito siempre fue uno en particular. El de su hermana mayor. No sabía cómo lo hacía, pero ella siempre olía tan bien, era tan adictivo... Cada vez que Jimin tenía la oportunidad, se recostaba junto a ella para hundir la nariz en su cuello, su cabello, su pecho... tan dulce...

"Mía" decía la pequeña constantemente. "Eres mía, Tae"

"Sí, amor" respondía, dejándola olfatearle todo lo que quisiera.

Taehyung amaba a su hermana menor, más que a nada. La amaba como pocos seres humanos lograban amar en el mundo, de eso estaba segura. Ella era su mundo entero; daría su vida por cuidarla y protegerla de todo siempre. Mientras estuviera en sus manos, Tae siempre la guiaría y le enseñaría todo para que Jimin fuera feliz. A su lado, siempre estaría a salvo.

Como también a su lado descubriría el amor en absolutamente todas sus formas; el saber dar y recibir como era debido, cosa que no muchos entenderían.

La primera vez que tanto Tae como Minnie se dieron cuenta de que la menor no solo era adicta a su olor, sino también a su sabor, fue una ocasión en la que ambas estaban probando una mermelada de fresa nueva que su madre había comprado esa tarde, y al probarla, Jimin se ensució la comisura de los labios, por lo que Tae, sonriendo dulcemente, pasó un dedo por la pequeña mancha y lo llevó a su boca, haciendo que la menor limpiara completamente su dedo al chupar la mermelada restante de él. Los ojos de Minnie destellearon un momento, y Taehyung se quedó muy quieta, conteniendo la respiración.

"Otra vez, unnie" pidió. "Dame más"

Taehyung, algo confundida, puso un poco más de mermelada en dos de sus dedos, y Jimin no tardó en llevárselos a la boca ansiosamente, chupando y lamiendo a su mayor, asegurándose de no dejar ni un rastro de mermelada en su piel.

"Sabe diferente en ti" le confesó Jimin. "Me encanta, unnie"

Taehyung pensó que la chica debía estar exagerando. La mermelada era de una marca nueva, era obvio que supiera diferente...

Sin embargo, luego de unos días, decidió volver a intentarlo.

"Minnie" llamó. "Ven aquí, princesa"

La obediente chica llegó con ella al comedor luego de unos segundos. Su madre aún estaba en el trabajo, y ellas acababan de volver de la escuela. Taehyung, sin decir nada, tomó la dichosa mermelada y hundió los dedos en ella, para luego ofrecérselos a Jimin una vez más. La joven, sin molestarse en preguntar siquiera, empezó a lamer obedientemente, sosteniendo su muñeca para mejor estabilidad. Taehyung no pudo evitar sentir un cosquilleo recorrerle el vientre bajo al ver y sentir a su hermanita tan ansiosa y gustosa por lamerle de esa forma, como si fuera un cachorrito.

A Jimin de por sí le encantaba la mermelada, pero por alguna razón, en los dedos de su hermana sabía tan diferente, tan deliciosa...

Cuando sus dedos volvieron a estar limpios, Taehyung los hundió una vez más en la espesa sustancia (importándole poco quedar toda pegajosa), y esta vez, acercó los dedos a los labios de Minnie para atraerla poco a poco a sus propios labios. Jimin la miró fijamente cuando ella untó la mermelada en sus propios labios, haciendo que escurriera un poco por la comisura, invitándole a probar directamente de ahí. Jimin no tuvo que pensarlo mucho. Se inclinó hacia adelante, introduciéndose entre las piernas abiertas de la mayor (que estaba sentada en una silla alta en el comedor), y amablemente le pasó la lengua por los suaves labios, rodeando su cintura con las manos. Jimin atrapó la gota que escapaba de su comisura, sin tardar mucho en volver directamente a sus labios, donde la menor empezó a hacer un desastre entre ambas, tan ansiosa por probarlo todo que acababa embarrándolas todavía más. Taehyung se quedó muy quieta, dejando que su hermanita hiciera lo que quisiera con sus labios, mostrándose receptiva ante sus suaves succiones, lamidas y mordiscos.