¿Saben lo rápido, doloroso e inesperado que puede llegar a ser el impacto de una bala perdida? Yo tampoco lo sabía hasta que vi al "hombre que quería" cogiéndose a su prima.
Siento como nuestros momentos y sueños pasan frente a mí en cámara lenta con cada estocada que mi prometido le da a su amante. No sé por qué sigo mirándolos, presenciando como se consumen el uno al otro con una pasión que hasta ahora él no me había mostrado.
Las lágrimas empañan mi visión, pero las retiro con rabia, endureciendo cada facción de mi rostro. No es momento para derrumbarme y mostrar debilidad, pero cada maldito segundo que sigo escuchando sus gemidos y viendo como se revuelcan en esa cama, resulta ser una bala que da directamente al corazón.
Tengo dos opciones y una de ellas es entrar para acabar con toda esta farsa, pero no puedo darme ese lujo, no cuando he luchado tanto por estar donde estoy, esto me destroza y decepciona a partes iguales, pero debo fingir que no los descubrí, debo idear un plan en donde ellos caigan sin arrastrarme en el proceso.
Saco mi teléfono empezando a grabarlos, aunque esto me cause repulsión y dolor debo tener algo que me ayude a desenmascararlos después, me parece irónico que estén tan ensimismados que no notan mi presencia, veo como la espalda y piernas de mi prometido se le empiezan a contraer y sé que está cerca del orgasmo, levanta el rostro con los ojos apretados por el placer y ella lo mira embelesada desde abajo.
Mi teléfono empieza a vibrar por una llamada entrante y de golpe lo bloqueo. Empiezo a escuchar sonidos de satisfacción debido a que llegaron al clímax y me dirijo a la salida con el corazón ardiendo en llamas, al salir cautelosamente del apartamento me apoyo contra la pared tratando de recuperar el aire, pero el ardor en la garganta por las ganas de llorar acumuladas no me deja respirar.
Veo la llamada perdida que tengo y se trata del causante por la cual estoy aquí Jean Paul, el mejor amigo de mi prometido, no conozco las razones por las que traicionaría la confianza de Saúl que es como su hermano o eso quiero creer, que eso ya quedó en el pasado y...
Escucho voces en el interior del apartamento y me saca de mis cavilaciones, se están acercando a la puerta y ya no me da tiempo de correr hacia el ascensor sin ser vista, así que aliso mi falda, inhalando profundo obligándome a encontrar la calma que necesito y me dispongo a simular que iba a tocar la puerta cuando ésta se abre de golpe y me deja ver a la razón de mi dolor.
—Amor, ¿Qué... qué haces...? - tartamudea él debido al asombro de verme allí, pero se recompone en pocos segundos. - ¿Por qué no me avisaste que llegarías hoy del viaje?
—El viaje se acortó debido a que logramos conseguir las acciones, amor. – Siento como esa pequeña palabra me lastima la garganta al pronunciarla. – Quería darte una sorpresa, pero las llaves que me diste se quedaron en mi apartamento y por eso iba a tocar.
—Felicidades mi pequeña, sabía que lo lograrías y claro que me sorprendiste. -Me rodea la cintura pegándome a él en el acto y percibo el almizcle debido al sexo, lo que me causa un revoltijo en el estómago.
Se inclina para besarme, pero miro detrás de él porque lo menos que quiero son sus labios sobre los míos y es allí donde la veo entrar a la sala buscando algo en su bolso, recuerdo todas esas veces que me habló de su amor imposible y la adoración que mostraba al hablar de él.
Ahora por fin conozco el nombre de ese gran amor y es el de Saúl Ignacio Miller Ruiloba. Mi prometido. Siento como Saúl presiona sus labios con los míos y en un impulso rodeo mis brazos en su cuello para profundizar más el beso, percibiendo su sabor y el toque de su lengua, pero un carraspeo a su espalda provoca que nos detengamos de golpe y él se tense en el proceso.
—Faith querida, por fin volviste. – Dice ella acercándose a mí. Me da un abrazo en el cual percibo el aroma de Saúl y sé con qué intenciones lo hace, pero no permito que me saque de mis cabales.
—Alisson, que sorpresa – Digo con toda la emoción que pude imprimir en mi voz. - ¿Qué haces aquí?
—Bueno yo. – Saúl la interrumpe de manera nerviosa al decirme que vino a buscar unos papeles importantes de la compañía. – Sí eso, pero ya iba de salida.
—Fue un gusto Al, pero ¿no se te olvida algo? – Le digo al ver que no lleva ningún folder con los supuestos papeles. Se gira para mirarme sin entender. – Digo han dicho que has venido por algo y te vas con las manos vacía.
—Fue porque hizo el viaje en vano, ya que esos documentos están en la oficina amor. – dice Saúl causándome más rabia de la que albergo ya que venir por un revolcón no me parece en vano.
—Entiendo. Amor yo solo venía a darte una sorpresa y recordarte sobre la reunión familiar que tenemos por nuestro compromiso. – Veo de perfil como Alisson se tensa al escuchar aquello. – Estoy un poco cansada, me iré a mi apartamento a descansar y aprovecharé que Al va de salida para ir juntas hasta el estacionamiento.
Saúl me da un abrazo mientras acerca sus labios a mi oreja y siento como el cuerpo se me hiela al sentir su aliento mientras me habla.
—Claro que no se me olvidará nuestra cena de compromiso, si me caso con la mujer más bella que existe. – me susurra al oído y el pecho se me oprime por lo cínico que es. - Te extraño demasiado mi pequeña, quédate hoy conmigo quiero demostrarte lo mucho que me hiciste falta.
—Créeme no tengo dudas de eso. – Susurro de manera inentendible con los dientes apretados.
—¿Dijiste algo pequeña? – dice Saúl liberándome del abrazo.
—No amor, sólo estoy cansada en serio y prefiero dormir en mi lugar. – digo de manera calmada. – Nos vemos mañana.
—Llámame al llegar. Te amo. – No sé cómo soporto esta agonía, escucharlo mentir con tanta facilidad frente a su amante me provoca asco.
No puedo responder por más que obligo a mi garganta a que pronuncie algo, se me atoran las palabras, pero sólo soy capaz de empinarme y darle un beso en los labios para que omita mi falta de respuesta. Ese simple toque consigue que otra parte de mí vaya muriendo.
Al girar me topo con la mirada de dolor de Alisson y no logro sentir empatía por ella, porque ella no tiene ningún ápice de remordimiento por lo que hizo. Al final es igual de cínica que su primo.
Camino junto a ella al elevador, miro hacia el final del pasillo y veo a Saúl recargado en el marco de la puerta, no puedo creer que mi novio de la universidad que tanto me apoyó, me cuidaba y me ayudó a superar eso... sea el mismo que hace menos de una hora vi follandose a otra.
—¡Faith! ¿Sigues babeando a estas alturas por tu prometido? – Espeta con burla Allison.
—Si tuvieras un prometido que luciera como el mío también estuvieras babeando querida. – digo con sorna y veo como se incomoda, pero recupera su fachada rápidamente.
—No puedo negar de los buenos genes que tenemos los Ruiloba. – sonríe con suficiencia.
No es algo que pueda negar, Saúl mide más de 1.80 con un cuerpo atlético de muerte, cabello castaño, un par de ojos color miel, con una nariz perfilada, mandíbula cincelada y labios pequeños que están en perfecta proporción con su angelical rostro. Su físico fue el causante de que los notara en la universidad, pero fue su actitud amable y juguetona que me atrapó.
El sonido del ascensor me saca de golpe de mi fantasioso recuerdo y veo como Allison se adelanta a salir para caminar hacia su auto.
—Nos vemos en la cena de compromiso Al. – expreso con una falsa alegría antes que entre a su auto.
Se congela en su lugar y veo como solo asiente para entrar a su auto dando un portazo. Sonrío complacida porque este juego no empieza hasta que yo haga mi jugada.
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Y estoy aquí al final del primer capítulo de Inmarcesible y no puedo creer que ya lo puedas leer. Espero lo hayas disfrutado.
Saúl bebé les manda besos.
Con mucho amor, Nath.
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Inmarcesible
RomanceElla está comprometida. Él es el soltero más codiciado. Ella cree en el poder del amor. Él cree en el amor al poder. Ella no lo recuerda. Él intenta no recordarla. Son inevitables y sus caminos deberán encontrarse, aunque se hayan visto por primera...