Nota: Estimado lector, ten en cuenta que esta historia es FICCIÓN. No está escrita con el propósito de ofender a nadie, por lo tanto, te pido que tengas una buena comprensión lectora, que respetes y no te ofendas. Gracias.
Seoul High School. Un imperio educativo que tiene como objetivo el crear jóvenes talentosos para un buen futuro próspero para la nación. Un sitio que se encarga de pulir las habilidades y destrezas de aquellos considerados los mejores en todo el campo educativo.
Como institución era la mejor.
Pero para Park Jimin era todo lo contrario a una buena institución, más bien era el propio infierno en vida terrestre. No había otra definición más acertada que esa en su lógica, eso y más.
Su vida era una completa mierda en ese sitio del carajo, de que servía ser la institución más reconocida, prestigiosa y popular, cuando esta misma está formada de jóvenes con cerebro tan pequeño como el de un maní. Chicos inservibles que lo único que les importa es la belleza, popularidad y su maldito dinero.
No les importa estudiar nacieron en una maldita cuna de oro, donde antes de su nacimiento ya tienen el futuro completamente asegurado. Con una vida próspera y fructífera, entonces para que jodidos iban a una institución sino es más que a joder a aquellos que en realidad sí estudian.
Jimin ya estaba harto de esa puñetera vida, jamás deseo nacer en una cuna de oro para formar parte de esa estúpida escuela de niños ricos. Por que de que le servía el dinero si este no le protegería del maldito maltrato que recibe de sus compañeros todos los días que pone un pie en esa institución, por solo ser diferente.
¿Acaso era un pecado ser diferente?
Jimin es consciente de que no es la definición perfecta del hombre perfecto, ni el chico masculino deseado por chicas y chicos y que también él que no cumple con los requisitos estándares peculiares de belleza en un hombre.
¿Por qué? Por ser obeso, gordo.
Esa palabra era la bendición de cada día en la escuela que iba. En todas en realidad.
Absolutamente nadie quería estar respirando el mismo oxígeno que el obeso Jimin, ese que tenía llantas en ves de abdominales, ese que tenían más masa muscular en los muslos y piernas, ese que tenía las mejillas rellenas las cuales se abultan más al comer, ese que utiliza tallas especiales de ropa holgada confeccionada solo para su talla, y el mismo que se había presentado como Alfa aproximadamente cuatro meses atrás, el que portaba un olor a chocolate como las donas que ama degustar pero que a otros les causa repulsión.
Jimin era la decepción más grande de un Alfa, por que por su horrible físico no podía atraer la atención de ninguna hermosa Omega. No tenía un cuerpo ejercitado como los hombres del ejército de su nación ni mucho menos de un artista, no. El solo verle esos cachetes rechonchos les causaba asco a las omegas de la institución, considerándolo como el imperfecto esperpento de Alfa.
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Yummy || Jimsu
FanfictionPark Jimin no era el prototipo del Alfa perfecto, no cuando sus kilos de sobrepeso estaban presentes día a día recordándole la miserable vida que tenía. Así que resignado había aceptado que terminaría solo por el resto de su vida, por que ¿Quién que...