𝑷𝒓𝒐𝒍𝒐𝒈𝒐

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Había perdido la cuenta de cuantas copas su esposo había tomado. El punto era que en ese momento, no lo encontraba por ningún lado. Intentó marcar a su celular pero le fue imposible localizarlo, ya que este lo traía apagado.

Estaba desesperado, ya eran pasadas las tres de la mañana y no podía irse a casa por dos razones; no encontraba a Juan Pablo  y no tenía las llaves del auto.

Pronto pudo divisar una cabellera rizada , cerca de un callejón. Suspiro de alivio, pensando que su esposo se había perdido y por eso se encontraba ahí. Pero lo que vió, lo hizo darse media vuelta y regresarse.

Su esposo se estaba besando con alguien más.

Prefirió regresar caminando. En el camino, recordaba las palabras que isa  le menciono hacía unos meses atrás.

—Deberías divorciarte. Tu sabes la infinidad de veces que te ha engañado, borracho y sobrio. ¿Te recuerdo a Gabriela ? El pobre ni siquiera sabía que era casado por que él nunca se lo mencionó. ¡Hasta se quitaba el anillo que le regalaste! Eso no es amor, Camí .

»En mi opinión, él no te merece. Dice que te ama pero vuelve a hacer lo mismo una y otra vez. Aléjate, tienes que rehacer tu vida, tienes que pensar en ti y en tu hijo.

𝐍𝐨 𝐟𝐮𝐞 𝐭𝐮 𝐜𝐮𝐥𝐩𝐚 |𝐽𝑢𝑎𝑛 𝑃𝑎𝑏𝑙𝑜 𝑉𝑖𝑙𝑙𝑎𝑚𝑖𝑙|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora