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Camí tomó su maleta y dirigió una última mirada a Juan Pablo .

-Puedes visitar a Mateo cuando quieras. Siempre y cuando sea en mi presencia. -fue lo último que dijo antes de salir de la habitación, su habitación.

El pelinegro se quedó en el cuarto, con su mirada fija en algún punto del lugar. Pensó en todas las veces que engañó a la menor. Dolía pensar que lo hizo concientemente, que en ningún momento se detuvo a pensar en el daño que le ocasionaba al castaño.

«Nunca sabes lo que tienes, hasta que lo pierdes»

El tenía a una familia que lo amaba demasiado. Y ahora, ya no está.

𝐍𝐨 𝐟𝐮𝐞 𝐭𝐮 𝐜𝐮𝐥𝐩𝐚 |𝐽𝑢𝑎𝑛 𝑃𝑎𝑏𝑙𝑜 𝑉𝑖𝑙𝑙𝑎𝑚𝑖𝑙|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora