La verdad salía a la luz. Sus destinos cambiarían. Sus futuros ahora eran borrosos.
Todos suplicaban "por otra oportunidad"
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📍 Los personajes NO me pertenecen, esta solo es una ficción creada por un fan.
📍 Los sucesos acá NO se relacionan co...
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La ligera brisa golpeaba el rostro de Takemichi. Su pelo mal peinado golpeaba su rostro y le provocaba un ligero sentimiento de incomodidad. El cuerpo inmóvil de Draken yacía en la ambulancia.
"Cuida a Mikey por mi"
¿Por qué? ¿Por que Draken había usando las mismas palabras que Baji?
Un sonido agudo comenzó a inundar los oídos del chico hasta que el silencio inundó su cuerpo dejándolo en un limbo de sentimientos agrios. Su mente se negaba a creer que frente a el estaba su amigo. Pero no era el futuro, era el pasado. No podría solucionarlo, no podría traerlo de vuelta con un simple apretón de manos. Se sentía irreal.
Las imágenes de él fallando una y otra vez comenzaban a reproducirse sin parar. El dolor de aquellas viejas heridas comenzaba a aparecer como si fuesen recientes. La culpabilidad renacía.
¿Por que había regresado?
Definitivamente culpaba a Mikey, pero a su vez se veía reflejado en el. Ambos querían salvar a todos sin importarles si debían cargar con aquel peso en su espalda solos. Temían que si involucraban a alguien este terminaría muerto.
Pero si ya estaban muertos todos.
Baji, Emma, Izana, Kisaki y ahora Draken.
—¿Takemichi? — resonó una voz.
Los ojos del chico rubio viajaron hasta la joven de pelo grisáceo que trataba de reprimir las lágrimas.
—¿Dijiste algo? — contestó Takemichi.
Los ojos de la chica se agrandaron ante el tono de voz que su amigo había adquirido, sin embargo lo entendía. El chico había perdido a su amigo.
La chica compadecida guardo silencio. Pero los problemas apenas comenzaban.
Los sonidos comenzaron a regresar progresivamente al sistema de Takemichi. El ruido del bullicio, los gritos, la gente, sus amigos, el sonido de una moto.
El sonido de una moto.
La moto de Mikey.
La mirada perdida de Takemichi rebuscó entre la gente hasta dar con su viejo amigo, sin embargo los mechones rosados que revoloteaban detrás suyo lo hicieron reaccionar.
En el segundo en que aquel sonido característico que producía aquel motor terminó la sangre de Takemichi comenzó a hervir.
La mente de Hanagaki había llegado a su límite.
Si Mikey se hubiera quedado no hubieran mandado a matarlo y por consiguiente Draken no hubiera muerto.
Si Mikey no hubiera hecho todo solo, todos serían felices doce años en el futuro.
