Picnics en la luna.

2.

Sin embargo, es Francisco.

Hicimos contacto visual y sus ojos se ven vacíos. Bajo la mirada y me disculpo en voz baja.

Antes de poder irme tranquilamente y seguir mi camino.

"Julieta" dice mi nombre, pero se siente como si dijera el nombre de una extraña. No quiero voltearlo a ver. Le doy una sonrisa rápida y me retiro. No dice nada y solo me ve con el ceño fruncido.

Ya no quiero pensar en que Francisco es mi futuro, espero encontrarte antes, sea quien seas.

1 mes después.

Me encontraba en mi pequeño espacio en el campo, leyendo, siendo transportada en páginas, imaginando que estoy en un castillo, corriendo.

Corriendo.

Ojalá pudiera correr lejos de aquí, últimamente siento que mi alma es pesada y la peor parte de todo es que no te he visto, ya no he soñado. Me preocupa un poco que sea por Francisco, diario va a mi casa a verme, realmente es lindo, pero algo dentro de mi se siente incorrecto, como si estuviera rota o descompuesta.

Suspiro y al mirar al cielo, las nubes han traído lluvia entonces corro lejos, lo hago rápido, esperando no resbalar. Siento en mi rostro las gotas, tal vez sean lágrimas, a este punto no lo sé, solo sigo y llego a casa totalmente sin aliento.

Ya no es sorpresa, Francisco está en mi sala hablando muy alegremente con mis padres. Sus miradas pesan y critican mi aspecto sin decirlo.

"Julieta, ¿por qué no vas a retocarte un poco?" me dice mi madre.

Yo sólo asiento y subo a mi recamara. Al mirarme al espejo, me veía algo despeinada, reí un poco, me pregunto si así se ve el rostro de una persona libre.

Después de hacearme un poco, bajé pero no me acerqué a la sala, necesitaba tomar un suspiro más, necesitaba sentir que mis pulmones seguían funcionando, asesgurarme que seguía viva. Lo estaba, pero no me sentía.

Después de un largo respiro en la entrada de mi casa, decidí unirme a la plática que se estaba llevando en la sala, no he dicho palabra alguna, simplemente escuchaba ruido, no podía relacionar lo que decían con el español, hasta que escuché la palabra boda. Enfoqué la mirada a Francisco, que se encontraba arrodillado. Hay un anillo. Un anillo de compromiso. Algo está diciendo, preguntando, pero todo me da vueltas. Creo que tengo que responder, ¿pero tenía que ser ahora? ¿Cuánto tiempo llevo callada?

"Julieta"

Volteo a ver a Francisco, y vuelve a preguntar "Te casarías conmigo?"

Más tarde ese día, ya había fiesta en casa, celebrando que me casaría con Francisco, él viene de una familia con clase y lujos, por lo tanto todos me felicitaban, no por que fuera feliz, sino por que tendría mi "futuro" asegurado.

No sé que siento, palabras automáticas salen de mi boca y sólo sé sonreír. Francisco me toma por la cintura y besa mi mejilla. ¿Realmente estará enamorado de mi?

¿Cómo sabes que amas a alguien? Es algo que no sé, pero desde el fondo de mi corazón, espero con el paso del tiempo responder esa duda.

Ojalá aparezcas pronto en mi vida, por que no sé si sea capaz de sentir algo por Francisco. Lamentablemente es lo que tengo que hacer para asegurar mi futuro, o eso dicen. Algún día te reconoceré.

Recuerdo en donde me encuentro e intento integrarme a la gente, a partir de este día mi vida no será la misma y no sé como sentirme al respecto. 

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-C