Amor terminal (shadamy)

CAPITULO VIII

NARRA AMY:

Despierto gracias a un agradable olor a tierra mojada, me levanto inmediatamente del césped donde estaba acostada analizando a mi alrededor algo confundida,en donde estoy? Se supone que debería estar en mi casa. Con algo de temor comienzo a caminar mientras miro de forma curiosa toda la flora y es que esta es realmente hermosa, estar en este lugar de cierta forma me trae paz y tranquilidad, llevo alrededor de unos minutos caminando sin rumbo alguno y cada paso que avanzo de alguna forma voy sintiendo que he estado en este lugar antes, mis oídos escuchan unas leves risas de niños así que con el sentido de mi oído camino hacia donde provienen las risas,al llegar al lugar me sorprendo ya que las risas han desaparecido pero en frente de mi puedo observar una casa de tamaño mediana con un enorme jardín llena de rosas blancas, comienzo a caminar en dirección a la puerta de entrada.

Subo los dos escalones de madera con cada paso que doy esta cruje poniéndome algo nerviosa por el irritante sonido, al llegar toco un par de veces pero no recibo respuesta alguna, tomo la manija de la puerta girándola para poder abrirla. Esta cede y empujándola noto que no hay nadie adentro así que continuo caminando para poder observar mejor el interior todo esta muy limpio, así que supongo que alguien debe vivir en este lugar.

Amy: H-hola, hay alguien en casa?- elevo la voz titubeante esperando que alguien me escuche, perp al igual que antes no vuelvo a recibir respuesta alguna, volviendo a intentarlo- Lamento haber entrado pero toque varias veces y la puerta estaba abierta-

No recibo respuesta entonces opto por irme del lugar si tiene dueño y llega no creo que le agrade ver a alguien en su propiedad, doy media vuelta para dirigirme de nuevo hacia la entrada pasando por las escaleras que dan a la planta de arriba pero me detengo al escuchar una risa esta provenía de arriba. Con algo de miedo comienzo a subir las escaleras de forma lenta mientras me apoyo con el barandal que tenia al llegar arriba cuatro puertas de diferentes colores entran en mi capo de vision del lado izquierdo se encontraba una blanca y la otra era rosa mientras que del lado derecho estaban una roja y la ultima era de color azul cielo, camino a la puerta color azul ya estando enfrente de esta vuelvo a escuchar la misma risa de hace rato esta provenía del otro lado de la puerta, mi mano toca la manija dudando si debía abrir o no la puerta con algo de valor giro la perilla abriendo la puerta de golpe siendo recibida por una brillante luz que me hace cerrar los ojos por unos segundos.

Desea mas té señorita Ro- una voz conocida logro escuchar ya estando adentro de la habitación mientras pestañeo varias veces acostumbrándome a la luz, miro a la pequeña persona que había hablado hace unos segundos atrás sin poder creer a quien veía.

Amy:Rosselya- pronuncio en un susurro obteniendo la atención de la pequeña que tenia enfrente de mi-

Amelia hermana has venido, ven siéntate a tomar el té con nosotras- responde con alegria la pequeña eriza de color rosa y ojos azules, observándome mientras palmea la sillita que tenia al lado de ella esperando por mi.

Amy: Estoy soñando o ya estoy muerta?- le pregunto confundida, miro a mi alrededor la habitación es completamente blanca no hay muebles lo único que había era una pequeña mesa para niños junto con tres sillas una era ocupada por mi pequeña hermana, la otra por su oso favorito y la ultima estaba vacía esperando por mi.-

No seas tontita hermanita- suelta una risa, esta era suave y dulce- no estas muerta así que no tienes nada de que preocuparte pero lo de estar soñando puede que si o puede que no, todo esta en lo que este momento signifique para ti-encoje los hombros restándole importancia- Anda siéntate- vuelve a palmear la silla que tiene al lado

La miro con duda, si esto es un sueño no es sano para mi se supone que ella esta muerta, se supone que tenia que haberla olvidado sin embargo esta aquí observándome con esos ojos llenos de inocencia, alegría y amor que siempre amé, ella me regala una enorme sonrisa parándose de su asiento y caminando hacia mi. me hace una seña para que me agache a su altura y yo solo obedezco cuando estoy a su altura, me abraza con sus delgados brazos demostrándome que en verdad esta aquí conmigo yo con duda le respondo el abrazo, la brazo con fuerza y mis ojos comienzan a cristalizarse.