Los tres si o si.

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Mario Borges se encontraba en el patio de Cierra grande, jugando a un partido de futbol. Los dos presos empezarn a elegir a quien querian en sus equipos.-¡Acá, papá!- Grita Mario para que lo escojan.

-Vení, dale, dale, Mario.- Habla el preso. Mario se acerca fesstejando.

Mira al resto de los presos.- A seguir participando. A chupar la poronga.- Se agarra la entre pierna. Se acerca al preso que lo elijio.- ¡Grande, papá!-Lo abraza. 

Un guardia pone la pelota en el medio de la cancha, pita y el partido empieza. Mario juega unos minutos, hasta que se para en medio de la cancha, se pone de cuclillas intentando recuperar el aire que le faltaba. -Estas en el horno, Mario.- Le habla un preso que pasaba a su lado. Mario mira a los presos que estaban sentados en el banco de suplentes y pidie cambio.- Cambio, cambio, paren.- Su suplente entra, Mario sale de la cancha y los presos lo aplauden. Se sento en el banco agotado.- ¿Estás bien, Mario?

-Tengo una puntada acá. - Responde.- Les estamos rompiendo el orto.- Dice como puede y se acuesta mientras rie. Empieza a quejarse.- Llamame al enfermero.- Habla con dificultad.

-¡Medico! ¡Medico!- Empiezan a gritar todos. El enfermero se acerca, lo examina y lo ssacan en una camilla.- Entre 45 y 55 años.- Habla por su radio.- Nombre: Mario Borges. Iban en laa ambulancia, el medico le iba tomando el pulso.

Mientras tanto sus dos hermanos lo esperaban en el puente, disfrazados de constructores.

-Respira tranquilo. Respira tranquilo. - Le habla el enfermero. Mario respira profundo y apunta con la mirada al policia que iba con ellos. El enfermero lo mira, agarra una nevaja que tenia en su bolso disimuladamente.

-¡Ahí viene, Dios! ¡Ahí viene!-Grito Barny, uno de la banda de lo Borges. Santos corrió en busca de la bazooka. Pone el arma en el suelo, Dios se acerca, espera a la llegada de el movil policial y dispara. Toda la banda corre en busca de arma. Los dos hermanos se acercan a la ambulacia. Mientras el resto disparaba a los oficiales. Dios  abre la puerta de la ambulacia, encontrandose con Mario sentado con sus zapatillas en la mano. Santos apuntaba al enfemero.- ¡Pará! ¡Pará acá!- Grito Mario alzando las manos.- Pará que es amigo, le tenes que pagar.- Santos asinte. Ayudaron a Mario a bajar de la ambulancia. 

La chica se le queda mirando al enfermero. -Gracias lindo por cuidar a mi hermano.- Dijo coqueta. El enfermero sonreia nervioso porque la chica seguia apuntando con el arma.- Llegas a buchonear y te voy a buscar.- Asintio rapido. 

Mario saludaba a Dios. Mira a su hermana y de acerco a ella repidamente.-¡Santos!, Santos ¿como estas?- Dijo Mario agarrándole la cara.

-Bien, bien. Vamos, Mario, dale.- Lo apuro mientras sacaba las manos de su hermano. Corrieron a la trafi y salieron rapidamente del lugar.

Apenas Santos llego al barrio se fue a la casa de Estefania, su amiga. El resto de la banda se quedo festejando la libertad de Mario. Dios estaba en el patio con la Mecha, su novia.
- Es que no sé si estoy más contento porque me rajé...o porque ganamos el partido.- Habla con dificultad gracias al alcohol. Todos rien.

-Dale, Marito. ya lo contaste.- Habla Gladys aburrida fumando un cigarro.

-No - Mario deja el vaso en la mesa.- Hubo una que fue genial. Se arma un quilombo ahí, qué sé yo. Se estan por pelear y digo: "Che, che, che, pará, pará, pará. Acá vinimos a jugar al fútbol, no a boxear". Agarré la pelota y dije:  "Y esto fue foul". "Pum, gol, adentro. ¡A cobrar!".- Todos se rien.

Marginada | El Marginal |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora