Paradise

Feelings (Prólogo)

La jovialidad del inicio de un nuevo ciclo se ve opacada por un terrible susto, que me hace regresar en el tiempo y sentir el miedo en los huesos nuevamente.
El terror terminó frenado por una fatal sorpresa que trae de la mano a la angustia, la tristeza.
El fin de una historia llena de luz, de apoyo incondicional y de sacrificio. Fue breve, pero fue innegablemente bueno.
En solo un abrir y cerrar de ojos otra luz más se apaga, mi sol.
Ahora soy un planeta que conoció el amor gracias a su sol y ahora solo le quedan los recuerdos más dulces, que como saladas lágrimas caen en forma de lluvias.
De la tristeza no sale nada bueno, solo más tristeza, ansiedad, miedos, errores... Lamentablemente nunca estamos completamente bien, y es triste que turbarse sea la forma más absoluta de acabar con un enlace preciado, como el fuego que se come lo que hay a su paso y solo deja cenizas de lo que fue.
Intentaré restaurarme, empezar de nuevo, como en cada atardecer con la ilusión, la promesa de un nuevo amanecer. ¿Y cuantos atardeceres he sido obligada a ver? ¿Y cuantos amaneceres he sido forzada a tener?
Desgraciadamente no podemos quedar bien con todo el mundo, siempre habrá distancias que nos mataran lentamente, que nos aniquilarán despacio haciéndonos recordar lo que fue, a pensar como hubiera sido todo, a idear un universo paralelo en el que no pasa el tiempo, en el que el día a día no hace mella, en el que no nos separamos de aquellos que son parte de nuestra felicidad...
  Mis ojos arden del llanto de despedida y en medio de mi pecho hay un hueco... No paro de repetir que te extraño, pero no puedo volver el tiempo atrás... Si de algo nunca me lamentaré es del tiempo que compartimos.
Hoy caminé a la orilla del mar prometiendo mi nuevo amanecer, pensé en todo y ya no sé qué hacer. La desesperanza corroe lo que queda de mi alma y no pretendo luchar. Solo cerraré los ojos y soñaré con la creación de mi propio Paraíso.....