Exceso de vicio

Capítulo 10

Suena el teléfono de Natt.
-¿Qué quieres Hana?.
-¿Cómo has adivinado que soy yo tía?.
-Llámame rara pero en mi movil hay una aplicación que sirve para guardar contactos en la cual guardé tu nombre con tu numero y cada vez que me llamas me sale tu número en la pantalla.
-Aún no me acostumbro a este movil.
-Tanto iPhone y tanta mierda y luego no sabes usarlo. Bueno, ¿qué quieres?.¿Dónde estas?.
-Eso quería comentarte. Me voy con Arthur a su casa a ver una película y a comer algo.
-¿Cón el taxista? .
-Si, resulta que solo tiene 18 años,¿te das cuenta?,solo me lleva dos años.
-Bueno pues ahora mismo salgo, me dejáis en mi casa y os marcháis a donde os apetezca.
-No, ya nos hemos ido, losiento. Adios te quiero.
-No. Hana no.

Se cuelga la llamada mientras Natt grita enfadada. No sabía como volver a su casa desde esa estúpida fiesta.
-No te preocupes-dijo Matty-.
Yo te llevaré a casa.
-¿Tú?. Si pues como no me lleves a caballito.-contestó Natt irónicamente-
-No seas tan graciosa y ven, vamos a por el casco, te llevaré en mi moto.
-No, no, no y no -interrumpió Natt-.
Yo no monto contigo en una moto ni muerta.
-¿Qué pasa?.¿Ahora la niña valiente tiene miedo? .
-No es miedo gilipollas. No te conozco de nada y lo único que se de tí es que eres un creído y un prepotente que solo se preocupa por sí mismo y por su imagen. ¿Quién me dice que no quieras llevarme a un sitio oscuro a violarme? .
-Vamos Natt, no me hagas reir. No necesito violar a una chica, ellas mismas me piden desesperadas que las haga mías y no te confundas, siento decirte que no eres de mi estilo.
-¿De tu estilo?.
-No eres lo suficientemente guapa y ahora, si quieres irte andando te vas andando, no voy a insistirte,solo pretendía hacerte un favor.
-Mira bonito, no seré tan fea si te hs pasado toda la noche intentando ligar conmigo. Prefiero irme andando antes que montar en la moto de una persona tan estúpida.

Natt se da la vuelta mientras le mira con cara de desprecio. Cuando está en la calle, casi doblando la esquina siente que unas manos le agarran la cintura. Se da la vuelta y es el. Aquel chico prepotente y creído había ido detrás de ella una vez más.