CAP 1

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_Es la cuarta víctima en lo que va de año. La séptima desde que comenzaron estos asesinatos. No tiene sentido_ escuché la voz de mi compañero mientras observaba el cadáver perfectamente arreglado de la joven mujer, estaba sentada, con las piernas cruzadas en los tobillos y las manos sobre el regazo posadas delicadamente, un hermoso vestido azul y un collar de perlas falsas, su cabello inmaculado, se veía hermosa, como si estuviera a punto de ir a una fiesta de té.

_Es el mismo modus operandi, no hay duda de que es un trabajo de nuestro amigo. Además la víctima es igual a las demás, mujer de treinta y tanto, caucacica, cabello castaño. Este sujeto sabe lo que le gusta_ argumente mientras miraba al rededor en busca de algún recuerdo que nos haya dejado el bastardo. Pero como siempre, todo estaba limpio, era un experto. Nunca dejaba nada fuera de lugar. Un profesional en asesinatos.

_Con está victima pasa a ser un asesino en serie, debe estar feliz de subir de categoría el muy infeliz_ escupio Campbell con desden, mi compañero ha estado muy exaltado últimamente ¿Y quien no? Este asesino apareció hace tres años, y desde entonces solo a perfeccionado su técnica y el cuerpo de investigaciones del pueblo no tiene ni una sola pista.

Simplemente somos unos incompetentes, no sabemos absolutamente nada de quién es, ni de por qué lo hace.

Instruí a los oficiales que tomatan fotos de todo y recogieran cualquier cosa que pudiera darnos una pista. _vamos, no hacemos nada aquí. No vamos a encontrar nada_ dije sin mirar a mi compañero y avance al auto, él sabía que era con él. Me siguió silencioso y se montó al auto junto a mi. Nuestra relación era buena, nos conocíamos desde el instituto y siempre fuimos a fines uno con el otro.

Maneje en silencio hasta la oficina, encontrár una nueva víctima me ponía tan de malas como a todos, solo quería llegar a casa y hacerle el amor a mi mujer y olvidarme de todo lo sucedido, a veces pienso que sería de mi vida si no tuviera ese escape.

Pasamos las siguientes seis horas uniendo cabos, leyendo  y analizando, hay había algo. Este asesino infeliz nos estaba diciendo algo 

¿Pero que? 

Sus víctimas siempre debían cumplir el mismo estereotipo, le gustaban las mujeres castañas, treitonas, que fuesen delicadas, siempre que hallábamos un cuerpo estaban en perfectas condiciones, nunca las lastimabas, todo lo contrario, las dejaba impecables, las maquillaba, vestía con hermosos vestidos y les colocabas accesorios, como si fueran sus muñecas.

Estaba cansado, no progresabamos nada, respire hondo y luego exale sonoramente, Campbell levantó la mirada del papel que estaba leyendo, lo mire a los ojos y entendió sin que le dijera una sola palabra, coloco el papel en su escritorio, se giró, agarró su saco y se levantó de la silla, cuando llego a mi lado ya yo estaba listo, metí mis manos al bolsillo de mi pantalón verificando que tenía las llaves de mi auto.

Salimos en silencio del edificio, ya era tarde. No se veía ni un alma en las calles. Las personas estaban comenzando a espantarse. Ya nadie estaba solo, el rumor de un asesino en serie suelto aplaca las ansias de fiesta de más de uno.

Siempre lleve a Campbell a su departamento, era nuestra costumbre, lo pasaba recogiendo en las mañanas y lo dejaba por las noches, en ocaciones lo llevaba directo a mi casa y cenabamos junto con mi esposa.

Pero hoy no .

Hoy realmente necesitaba de mi esposa. Necesitaba sentir el calor de su cuerpo, lo suave de sus gemidos, necesitaba sentirme vivo, sentir que esta vida tenía sentido y que las cosas buenas son más que las mala en este mundo. Hoy necesitaba a mi mujer. Campbell podría esperar.

_Hasta mañana Morrison, que descanses bien. Saludame a Laura_  se despidió mi compañero agitando una mano y lo vi subir los escalones para entrar en su complejo de apartamentos, era una costumbre mía esperar a que encendiera la luz del tercer piso, para así asegurarme que mi compañero llegó bien a su hogar. Al ver que la luz fue encendida, arranque el auto y fui directo a mi casa.

A abrir la puerta el mágico olor de la cena me esperaba, Laura y yo no tenemos hijos, ella no puede, pero eso no nos quita la felicidad, e pensado en adoptar, aún no lo hemos hablado pero quiero saber qué piensa ella. Con lo maravillosa que es, estoy seguro que estará encantada.

La escuché tararear en la cocina, sonreí, siempre anda en las nubes. Es muy descuidada. No ha notado que llegue. Me le acerque lentamente por detras, sigiloso que no me descubriera y la abracé fuertemente, pego un salto en mis brazos acompañado de un chillido de sorpresa.

_¡Arnold! Me asustaste ¿Por qué haces eso?_ hizo un puchero como si de una niña se tratase.

_Lo siento mi amor. Pero te veías tan linda que no pude evitar querer hacerte maldades._ me miró enfurruñada, pero luego suavizo la mirada, tocó mi mejilla con esa calidad y suave mano.

Sus ojos, esos hermosos ojos café que miran los más oscuros secretos de mi alma me escudriñaron y encontraron aquello que tanto quería ocultar. _¿Sucedió algo en el trabajo?_ pregunto. Ya sabía la respuesta

_fue otra víctima.la encontraron esta mañana_ suspire._ el infeliz no dejó ni una pista. Estoy agotado, se me están acabando los recursos y no tengo nada. Ni un sospechoso, ni una pista. Nada. Esta jugando con mi mente. No sé qué hacer.

Sólo con Laura me puedo desquitar, ella me entiende y no me juzga. Me apoya en todo. _tranquilo amor. Estoy segura que encontraras algo. Sólo no dejes que juegue contigo. Eso es lo que quiere, ahogarte para que te dé por vencido.

_ya lo se_ le sonreí nuevamente y la bese, puse toda mi pasión y deseo en ese beso y ella me correspondió. Lo necesitaba. La necesitaba, poco a poco la fui llevando al sillón mientras le quitaba la ropa, expresando mi necesidad y deseo y ella solo se entregó como siempre, dándome todo el control que aquel malnacido me quitaba.

La hice mía una y otra vez y deje que mi angustia se marchara, mañana era otro día y podía entregarme completamente al asesino, pero esta noche soy completamente de mi esposa.



El asesino de Santa FeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora