Todo comenzó cuando Yamazaki-kun, de Introducción a la Administración de Empresas, entró estrepitosamente en la sala de exámenes, diez minutos tarde para su examen parcial (que suponía el 20% de su nota final del semestre).
Miyano estaba garabateando sus respuestas en un papel cuando las puertas se abrieron de par en par. Todo el mundo se quedó mirando mientras Yamazaki-kun daba un espectáculo ante la sala, su cabello y ropa se encontraban completamente desordenados mientras el pobre chico pasaba entre los profesores supervisores luchando por encontrar su lugar entre más de 300 estudiantes universitarios muertos de sueño -que vieron días mejores-, antes del comienzo infernal de la semana de los exámenes parciales.
Yamazaki-kun tomó asiento junto a Miyano. El tipo apestaba a alcohol y... oh Dios, ¿qué son esos moretones rojos y llenos de ira en la base de su cuello? ¿Qué demonios estaba haciendo Yamazaki-kun antes de hacer acto de presencia (para colmo, ¡tarde!) en sus exámenes parciales?
Pero por desgracia, observar fijamente a Yamazaki-kun no le iba a servir a Miyano para sacar sus malditas notas perfectas. El tren de los chismes sin duda alguna se abrirá paso en cada círculo social después de las evaluaciones. Cuando los profesores aclararon sus gargantas, uno de ellos se dirigió hacia el pobre Yamazaki-kun con los labios apretados en una línea sombría, la sala de estudiantes universitarios somnolientos volvió tristemente a hablar sobre conceptos de negocios y teoría de la gestión.
Sólo después del examen, mientras guardaba sus pertenencias fuera del salón y comparaba las respuestas con sus amigos, fue que Miyano se enteró de lo que le ocurría a Yamazaki-kun, de su extraña forma de andar y de los diversos moratones rojos que sobresalían alrededor de su cuello.
—El bastardo realmente tuvo los huevos de coger antes de la evaluación y aparecer tarde, maldita sea.
—Apuesto a que el sexo fue genial.
—Je.
En ese momento, algo se encendió dentro de Miyano. Se sentó en silencio perdido en sus pensamientos, mientras que las señoras chismosas* que le rodeaban intercambiaban información sobre los asuntos sexuales de un pobre Yamazaki Kosuke (que probablemente a estas alturas ya había suspendido todas sus evaluaciones, deshonrado a su vaca y a su familia, y debería tomar su maleta e irse a casa).
No fue hasta que la torre del reloj de la Universidad de Tokio marcó las 12 del mediodía, que Miyano se dio cuenta de que Sasaki había estado detrás de él desde hacía cinco minutos con una sonrisa de oreja a oreja y listo para llevárselo a comer.
*****
—Hoy pareces perdido, Myaa-chan— Sasaki mencionó, sosteniendo pacientemente un trozo de tamagoyaki* frente a su adorable novio y chillando en voz baja con alegría cuando dicho novio se lo traga sin una palabra de protesta.
(Generalmente, las mejillas rosadas y las palabras confusas están implicadas, pero hoy no, nop. Sasaki está en racha para mimar a su novio y consentirlo como un tonto y está ganando).
—¿Tan malo ha sido el examen?— Toma un lindo pulpo con cejas de algas marinas, uno que tiene cejas hechas de algas enojadas, de la caja de bento y continúa alimentando a su corderito perdido.
Miyano se encoge de hombros distraídamente mientras hojea sus apuntes de clase para su último parcial de la semana, un poco -demasiado- rápido para que Sasaki sepa que no está captando realmente una palabra de lo que sea que esté garabateado sobre el papel. Miyano a veces se pierde en sus pensamientos, y Sasaki le ha amado lo suficiente como para saber las veces que debe sacarlo de sus profundos pensamientos y las veces que debe dejar que Miyano nade en su cabeza y esperar a que su novio suelte todos sus pensamientos para que el mundo los escuche.
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The Progression of Things || SasaMiya
Short Story"En su habitación empapada en tonos anaranjados del sol poniente, donde el resplandor que se desvanece y proyecta suaves sombras en el suelo. Miyano se deja amar y ser amado a cambio. O bien, una fanfic sobre la primera vez que Miyano y Sasaki explo...