Sonrisas rotas.

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-No traigas esos juguetes rotos.-dijo,

como cansada de ver todo eso.

Y yo, tal niño inocente al reto

Los escondí debajo de la cama.

Y todo quedó roto, sin arreglo.

En un cuarto pequeño, al fondo del alma.

Debajo de la cama.

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