Capítulo 1 - Amor

65 5 0
                                    

El día que lo transfirieron, yo lo ví desde que entré y enseguida supe lo que estaba pasando.

Era un chico bastante discreto, pero por algún motivo me pareció que era muy atractivo.

Tal vez fue mi instinto, una necesidad, las hormonas, no sé qué habrá sido, solo sabía que no podía ser normal y que me gustaba mucho.

Era lindo, de ojos grandes y mirada contemplativa, de caderas anchas y las puntas de su cabello negro tenían un ligero tono rojo, claramente se lo había pintado antes.

Pensándolo un poco mejor, tal vez no era tan discreto, simplemente era reservado.

No le gustaba llamar la atención y rara vez escuchabas su voz en clase, pero cuando la escuchabas, siempre tenía algo interesante y elocuente que decir.

Le pagué 100 dólares al chico que se sentaba a mi lado para que se moviera y el chico nuevo terminó al alcance de mi mano y de mi vista todo el día todos los días.

Yo lo amaba, estaba obsesionado con él, no había nada que ocupara mi mente mas que él y me encontré su nombre escrito en mis reportes corporativos y en los márgenes de mis cuadernos.

Nunca me había sentido así antes, incluso las acuarelas que usaba para desestresarme, formaban su rostro en mis lienzos.

Fue el día que me levanté con rasguños en la cara que me preocupé.

Soy portador de una maldición, un hechizo oscuro impuesto a mi cuerpo y mi corazón desde el día de mi nacimiento.

Nadie podía decirme quién o con qué fin se me había condenado con esta tortura, pero tampoco había nadie que pudiera quitármela, no me quedaba de otra más que vivir con ello.

Mi madre falleció cuando yo tenía cinco años, dando luz a mi hermanito.

Mi padre murió unos años después y yo me quedé a cargo del pequeño... y solo para lidiar con la maldición.

Mi animal espiritual, siempre lo digo, es un maldito gato callejero, en el más literal de los sentidos.

Los gatos tienen una manera muy extraña de demostrar afecto y esta varía de un gato a otro.

Mi maldición supone que soy el tipo que se vuelve posesivo, marco agresivamente mi territorio y termino dañando a la misma persona a la que amo en el proceso.

No lo puedo controlar.

Sucede.

Me ha pasado antes, por supuesto, esa primera vez, tenía 12 años, una niña que conocí en una fiesta a la que me llevó mi padrastro se me acercó después de que todos los niños me estuvieron evitando toda la noche.

La estuve visitando todos los días después de eso, la llamé, la invité a salir, hacía de todo pensando en ella.

Pero no dejaba que absolutamente nadie se metiera de ninguna manera.

Se suponía que éramos amigos, pero yo lo estaba llevando mucho más allá de lo que me hubiera gustado... o de lo que nadie hubiera pensado que lo haría.

Ella no me correspondía. Pero yo no lo sabía.

Y durante varios días noté que despertaba con rasguños en el cuerpo.

Mi padrastro también lo notó y llegó a pensar que me los hacía yo mismo, sin embargo, esto obviamente no era así.

El fatídico día que me enteré de mi maldición, estaba de visita en la casa de mi amada.

Nos encontrábamos platicando en el jardín, riendo y jugando, a ella le encantaba jugar diferentes juegos de manos, cantando y burlándose de mí cuando alguno no me salía.

Cat-like [Rivalshipping]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora