Capítulo ∣

178 22 2
                                    

Seto Kaiba había adquirido el título de rey de los duelos una vez que el duelo en el recinto mortuorio había sido completado y el faraón regresó a su lugar de origen, la vida había vuelto a ser la de siempre y dado que Yugi rechazó a ese título Seto lo heredó sin poner alguna objeción.

Varios meses habían pasado de eso y Seto volvía a desarrollar nueva tecnología para el CGI más realista en los duelos, además de que eso le haría ganar más dinero, pero lo que más le afectaba en esos momentos era estar con la espinilla de no volver a tener un duelo con su más grande rival, ¿Por qué tenía que desaparecer? Necesitaba buscarlo y volver a tener ese duelo final que no selló del todo su rivalidad.

Así que haría todo lo posible para encontrar al faraón una vez más, con la facilidad que tenía para viajar, fue directamente a la cripta donde se había sellado todo y gracias a su tecnología logró encontrar los pedazos del rompecabezas del milenio, además de que investigó todas las costumbres y lecturas del antiguo Egipto y tras regresar a su mansión se dispuso a resolver el rompecabezas. Para su desfortuna no fue tan fácil como pensaba, a pesar de ser un sujeto bastante inteligente le tomó un mes en poder poner las piezas del rompecabezas en su lugar y aunque lo hizo, la magia no hizo su efecto esperado, el faraón no había aparecido.

Seto comenzaba a darse por vencido, parecía que realmente su más grande rival, aquel que le hacía sentir miles de emociones se había ido y sin tener un duelo final tan siquiera para cerrar aquel ciclo. Tan desesperado se encontraba que tuvo que recurrir a Yugi a quien confrontó para que le dijera como ver al faraón, por supuesto que Yugi no lo dijo, además de que sabía que no había manera. Pronto a Seto se le acababan las opciones, así que dejó su última carta en su tecnología que poco a poco y gracias a la ayuda de su hermano menor iba mejorando.

Una noche Mokuba había encontrado a Seto durmiendo sobre su escritorio después de un día de haber pasado todo su tiempo en aquel laboratorio, sintió lastima por él de despertarlo así que solo se acercó a cubrir su cuerpo con una frazada y contemplarlo un momento.

- Hermano... desearía que te quitarás esa obsesión que traes. -. Mokuba observó por unos segundos más a su hermano mayor y después decidió salir del despacho en silencio, aunque sin percatarse que alguien entre las sombras los estaba observando, pero sobretodo a Seto.

Aquel hombre de tunica larga y turbante blanco era Shadis, guardian de lo que una vez fue la llave del milenio, éste se acercó a donde se encontraba Seto durmiendo el cuál por el cansancio ni se inmutó de sentirlo cerca, Shadis en cambio observó los papeles que tenía en el escritorio y supo de inmediato que trataba de buscar al faraón, Shadis le dejó una nota con información y su respectiva llave del milenio, desapareciendo sin decir nada entre las mismas sombras que lo habían ocultado.

A la mañana siguiente Seto se despertó por si solo y todavía adormilado observó que se había quedado la noche en su oficina, pero al bajar la mirada y descubrir aquella llave milenaria de inmediato se levantó de su silla sorprendido, tomó la nota y leyó lo que contenía:

" Si deseas encontrar al faraón, regresa al lugar donde le dieron sepultura, solo aquellos que han sido portadores de un dios egipcio podrán encontrar el camino de regreso. "

El mensaje era confuso, pero de una cosa estaba seguro, debía de ir a Egipto nuevamente y visitar el lugar de descanso del faraón, así que tras arreglarse para el viaje, Seto dejó a Mokuba a cargo de la corporación mientras él no estaba, ya que a éste viaje no podría llevarlo, era algo que necesitaba hacer solo. Gracias a que tenía un jet privado súper equipado con la mejor tecnología, él mismo viajó solo hasta Egipto, fue un viaje de varias horas pero que sabría que valía la pena.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 20, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Amor en las arenas del tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora