El sol se alzaba pacífica y vigorosamente más allá de la interminable llanura de la montaña. Sus rayos de luz y calidez trayendo vida y alegría a animales y plantas que se regocijaban en su presencia. Era el aviso y notable inicio de un día más y uno menos.
La brisa, el aroma, las risas y bienvenidas expresadas en más de una forma eran el sello del positivismo para atraer un día perfecto con la ofrenda de una calmada mañana.
Parecía el indudable comienzo de una perfecta jornada que muchos Japoneses optaban por retrasar ligeramente para no separarse de sus cómodas y calientitas sábanas que los cobijaban como los brazos de Morfeo.
Para Edd, un castaño puberto y regordete de buen corazón, no era la excepción. Encontrándose tranquilamente dormido, disfrutando de sus sueños sin comienzo, ni fin, llenos de fantasía e ilusiones. Siendo su desgracia la alarma que lo traía de regreso a la realidad.
RIIIIIIING!
Sonó el despertador.
Edd, dando un gruñido en frustración, se forzó a abandonar el calor de su cama individual, teniendo que ir a estudiar.
Y muy en claro tenía, que llegar tarde no era una opción, o si no, su profesor y director en su grupo, Satō, se enojaría mucho.
— Mhg... Justo en la mejor parte... —Se quejó apagando la alarma y dándole fin al molesto sonido. Con desgano, obligó a sus piernas a llevarlo al cuarto de baño para poder cumplir encarecidamente con su higiene; cepillar su cabello, peinarse los dientes, poner su cuerpo y bañarse la ropa.
O algo así era, ni siquiera estaba en sus cuatro sentidos.
Al salir de la ducha, se aseguró de vestirse con la ropa de siempre: unos par de pantalones de mezclilla, una playera gris con la frase de "SMEG HEAD" impresa en ella, y por encima una sudadera color verde con su único par de zapatos cafés.
No es pobreza, amigos, es humildad.
Su escuela secundaria no tenía uniforme, ni siquiera era prestigiosa. Su padre apenas podía pagarle el club de arte debido al salario mínimo. Edd había sugerido colaborar con un trabajo de media tiempo pero su padre le había sugerido terminar de estudiar primero.
Tomó su mochila, y empacó su cena de arroz y sushi casero recalentado, sin haber desayunado al carecer de tiempo y con una sonrisa en su rostro para traer a la suerte.
Tomando la mitad del dinero en la alacena y guardando la otra mitad en su pequeña alcancía.
Salió del departamento en el que vivía junto a su padre de aquel desgastado edificio, tomando las escaleras y pasando frente al elevador que siempre mantenía el mismo letrero de 'Fuera de servicio' todos los días de la semana las 24 horas.
Estando en la terraza, se ajustó los zapatos y corrió con sus regordetas piernas a través de las calles de su pueblo para llegar al lugar.
Desde hacía tiempo trataba de ahorrar parte del dinero que su padre le daba en días de escuela y tomar el tranvía retrasaría su meta, irónicamente, el no hacerlo lo retrasaba de llegar a tiempo.
El imponente edificio lo saludó desde la entrada mientras el aire volvía a sus pulmones y andando junto a otros estudiantes, entró a su respectiva aula. Este era su segundo día de clases, así que debía sonreír para llamar a la buena suerte.
Saludó algunos compañeros de clases quienes optaron por ignorarlo y Edd prefirió no pensarlo demasiado mientras tomaba asiento en su pupitre.
Sacó sus materiales uno por uno, haciendo una lista del contenido de su mochila... Solo para notar que algo esencial le hacía falta.
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ෆNuestros 9844 latidos♡ (Mattxedd)
FanfictionCuenta una muy vieja leyenda poco conocida. Que dos almas viven sus vidas compartiendo latidos, conectadas, hechas para estar juntas. Pero muy pocas han logrado reunirse con sus almas gemelas, otros... Simplemente no lo lograron. Si uno ríe el otro...