Oh... Versalles. Hermosa ciudad de Francia. Llena de gente rica, muy adinerada y elegante. Que maravillas ocultas que no están a simple vista, oh, dulce ciudad.
Eres un ejemplar que la gente parece olvidar fácilmente, pero serás recordada en el momento presente, porque dar tu acogida a nuestro querido chico zanahoria.
Así como las olorosas petunias de su madre, los nervios de Matt afloraban para darle la bienvenida a un inicio oficial de su día. Dejando su diario a un lado, se miró en su gran espejo con las manos entrelazadas en frente de sí. La experiencia de esa madrugada aún lo acechaba, siendo algo nuevo a lo usual.
Por ahora, era algo que podía sobrellevar con calma. Solía usar su diario, un diario no lo juzgaría, las páginas no borrarían la información para ignorar sus problemas como si estos pudieran desaparecer mágicamente. El diario no se cerraría ante él para que evitará desahogarse.
El diario no le llamaría loco, porque él creía... No, él sabía. Él sabía que no lo estaba.
El diario tampoco le prohibiría usar la cocina solo por quemarla al intentar preparar cereal. Esas cosas eran inflamables... ¡De alguna forma!
Se pasó las manos por el cabello, solo dándose más trabajo a sí mismo, teniendo que cepillarlo nuevamente. Se puso de pie frente a su espejo, mirándose sus ojos azules en el reflejo, los que había heredado de su padre. Y su cabello naranja y sedoso, cortesía de su madre. Probablemente sus pecas eran una variante diferente.
Matt se consideraba guapo, y no le molestaba que la gente se lo recordará, pero no quería ser vanidoso, así que siempre recordaba sus modales y respondía de forma cortez. Un 'Gracias' en vez de un 'Ya lo sé, soy perfecto' que solo demostraría soberbia y vanidez.
Lo había aprendido después de unos cuantos errores, y aún solía sucederle si no estaba conciente de si mismo.
Claro, eso no le impedía juguetear consigo mismo. Es decir, hay que tener autoestima.
Dándose valor a sí mismo, de que la secundaria no era tan mala—incluso cuando había pedido a sus padres faltar los primeros días debido a sus nervios—, tomó unas respiraciones profundas, se sonrió a si mismo y relajó sus cejas.
— Eso está mucho mejor. Luces muy guapo hoy Matthew. —Cambió su tono de voz ligeramente y volteó la mirada a la derecha— Oh gracias, Matthew. Tu también luces tan bien como siempre, pero mucho más guapo que de costumbre. —Cambio el tono de voz nuevamente, mirando hacia su izquierda— ¿Quién, yo? Mírate, luces espléndido, eres una belleza E-JEM-PLAR.
Dejó salir una risita confiada, pero una voz desde el umbral lo sorprendió.
— ¿Qué haces? —Su padre lo miraba con una ceja alzada. A Matt se le escapó un gritito.
— ¡AH-ah! -Empezó a sudar en vergüenza y aclaró su garganta— Eh-- Na--..nada, estoy... Ehm... —Posó su mirada en sus libros y en su mochila. Mirando a su padre, comenzó a guardar algunas cosas apresuradamente— ¡Guardaba todo! Y... estaba practicando para... Ya sabes, presentarme, ya sabes una buena primera impresión es lo que hay que dar. —Habló nervioso mientras una sonrisa incomoda se posaba en su rostro.
— Entiendo... —El mayor lucía desconfiado al ver qué Matt guardaba su secadora de cabello y algunas cremas costosas debido a los nervios, dejando los libros en la mesa. Suspiró y negó con la cabeza, cambiando su cara seria por una sonrisa más amigable— Es mejor que bajes, tu madre dice que debes desayunar.
— ¡Claro! Voy en un momento. —Dió una pequeña sonrisa y su padre se marchó— Está bien... Será mejor apurarme si quiero comer algo... —Miró el contenido de su bolso escolar con una mueca y suspiró con desgano- Después de guardar cosas realmente útiles...
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ෆNuestros 9844 latidos♡ (Mattxedd)
FanfictionCuenta una muy vieja leyenda poco conocida. Que dos almas viven sus vidas compartiendo latidos, conectadas, hechas para estar juntas. Pero muy pocas han logrado reunirse con sus almas gemelas, otros... Simplemente no lo lograron. Si uno ríe el otro...