creo que ya te sabes el comienzo de esta historia eh? donde una pequeña niña campesina se convierte en princesa y cada una de sus aventuras siendo parte de la realeza con su amuleto mágico no?
que te digo que esto no termino aun y su pequeña hist...
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Con suficiente con todo Miranda estaba harta de la situación y lo peor de todo, aún tendría que decírselo a su hija, ¿pero como?
estaba en su estudio sin hacer nada realmente y solo sollozaba en silencio mientras se peinaba con frustración el cabello hacia atrás.
la puerta se abrió lentamente dejando ver a un Roland con semblante frágil entrando con una taza de té, Miranda en respuesta solo lo miro con algo de fastidio.
-Miranda...- Habló en un tono bajo con un semblante triste.
-¿Que quieres?- pregunto fastidiada por su mera presencia, ¿Por qué no entendía que no lo quería cerca?
-Por favor, ¿podemos hablar?-
-¿De que? ¡oh! ¿Qué te parece de como nos mentiste a tu propia familia haciendo algo tan vil?- Estaba en serio mas que enojada, y no paraba de pensar en que hubiera echo el primer amor de su vida, seguramente jamás hubiera pasado todo esto.
-Miranda, por favor- se veía realmente cabizbajo
-Bien- le dio un poco la espalda en su asiento mientras se resignaba a escuchar lo que fuera que tuviera por decirle.
-Perdón- se sentó frente a ella dejándole el té en frente- Toma un poco por favor-
-¿Es todo lo que tienes para decir? Roland, si vienes a tratar de-
-¿Cómo llegamos a todo esto?- la interrumpió un poco desesperado y con voz quebradiza
-Fue por tus propias decisiones Roland-
-No me refiero a eso Miranda-
-¿Entonces?-
-¿Aún recuerdas como nos conocimos?-
-Si...
-Extraño esa época sabes-
-¿Cuando no nos conocíamos?-
-No... cuando ellos eran pequeños y lo único que hacían era romper sorpresas- recordó con cierta nostalgia a sus tres hijos hace años- Se reían y hacían sus tareas, Sofía solo era ella y hacía a todos felices y...- Roland no contuvo mas su sufrimiento reprimido todo este tiempo, quería mostrar una postura no interesada a su esposa y familia para dar a entender que tenía todo bajo control, pero no podía mas, simplemente se quebraba cual cristal ante la situación tan desfavorable y se tiro al suelo a llorar frente a su esposa - No debí hacerlo Miranda, Perdóname por favor, sentí tanto miedo ante una situación así, que se me salió de las manos-
Miranda permaneció en silencio mientras miraba desmoronarse al hombre del que alguna vez se enamoro perdidamente, sentía ira, una enorme, la impotencia de ser madre y no poder hacer nada por su hija, la consumía horriblemente, y solo con ojos de desprecio hacía Roland esperaba que al menos él sintiera una fracción de lo que ella sentía en ese momento.
