Final Alternativo

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-RUBIUH, QUEDATE QUIETO -Lágrimas, las lágrimas más sinceras que había soltado en todo este tiempo se resbalaron por mi cara, ¿Por qué? El cabrón era tan bueno fingiendo que él le importaba mucho, pero ya era imposible, no daría marcha atrás.

 -Mangel -intenté decir en un susurro casi inaudible, las respiraciones de aquel al que tanto quiero se oían más desesperadas cada vez- ¿Podrías perdonarme?

-Rubiuh, no me hagas esto, ven, l- levantateh, dame la manoh, hablaremoh de esto, no me deje' solo... -Sus intentos eran tan en vano que hasta el haberse quedado callado hubiera hecho el mismo efecto.

-Por favor, Mangel... -sentía como poco a poco se intentaba acercar a mi inútilmente, pues cada paso suyo me llevaba más aún al filo- necesito tu perdón -cogí aire pesadamente, me costaba respirar- ¿...Seguiré en tu mente cuando tu vida esté hecha y yo no esté ahí?

-No seas idiota -¿...Como?- Rubius ¿recuerdas nuestrah promesa?

Mangel paró de andar, se quedó quieto esperando mi respuesta, la cual se atoraba en mi garganta y no me dejaba hablar.

-¿N- nuestra promesa? -miré al suelo, viendo como los coches pasaban a toda velocidad como si de una autopista se tratara.

-Si -los pasos de Mangel estaban casi a mi lado, creía que iba a levantarme a la fuerza o intentar convencerme aún más en vano, pero en su lugar, se sentó a mi lado con los pies colgando, como yo hacía mientras seguía sin atreverme a mirarle a la cara- El díah en el que me dijiste que tenías tendenciah suicidas ¿Que te dije?

-Que... esta-...

-Que estábamo' en esto juntoh -me interrumpió, parecía no querer forzarme a decir esas cosas, a decir recuerdos... otra lagrima cruzó por mi mejilla- yo decía que tu erah un ángel con las alas rota' mientras las mía aun seguían intactas -rió levemente- pero tu insistiah en deci' que eras un demonio.

-Lo soy -me giré por primera vez desde que Mangel empezó a hablarme en esa terraza, arriesgándome a que me diga cualquier cosa sobre lo destrozado que estaba.

-¿Por qué piensah eso? -sonaba tan tranquilo, como si mi vida no estuviera por acabar.

-Estoy haciendo y pensando cosas que no debería... Qué demonios, estoy a punto de suicidarme -Mangel se levantó en cuanto volví a dirigir mi mirada hacía el suelo que estaba tantos metros abajo y extendió su mano, lo cual hizo volver a girarme.

-Dije que estoh era un juego, nuestro juego -intenté sonreír lo máximo que podía, pero se me hacía imposible- si tu decideh acabar con tu vida, sea tarde o pronto, yo perdía contigo, así que si está' pensando en saltar der maldito edificio por cualquier motivo, lo haces conmigo -lo miré dudoso, el no sería capaz de hacer eso, ya tiene su vida echa... me acerqué más al bordillo, un empujón más y ya podría ver a la muerte en persona- y si por tu mente de psicópata estás pensando que si saltas solo solamente pierdes tú estás muy equivocado, porque saltaría después de ti.

-Tú no harías eso -suspiré pesadamente- tú... tú tienes a tu familia, vas a casarte con Alba, no puedes... no puedes hacerle eso -mi voz estaba ronca y agobiada pero tenía que decirlo, no podía hacer que Mangel se tirara conmigo, era una opción inmadura, una opción egoísta que no estaba en mis planes, era como hacer literalmente un "si no eres mío no eres de nadie" y yo no era así- además, yo no tengo a nadie.

-¿Estah de coña? ¿Cómo que no tieneh a nadie? ¿Acaso no me tieneh a mí?

-No lo entiendes Mangel.

-¿Queh no entiendoh?

-Yo no te tengo a ti... -me costaba, me costaba una mierda decir esas palabras, Mangel volvió a sentarse rápidamente a mi lado.

-¿Queh estás diciendo? Sí que me tienes a mí, yo nunca me eh separaó’ de tu lado.

-MALDITA SEA MANGEL –apreté los puños en el borde- YO NO TE TENGO COMO QUISIERA TENERTE –solté unas escasas lagrimas pero estas eran de impotencia.

-Ya entiendo –dijo acercándose a mí- era eso –agarró mi cara, forzándome a mirarle directamente.

-¿Ahora que coñ-…?

Me besó… ¿ME BESÓ? ¿ME ESTABA BESANDO? Sus labios eran tan finos… aquellos labios que solo había podido sentir por 2 segundos en toda mi vida ahora estaban rompiendo mi record al moverse lentamente sobre los míos. P- pero Mangel estaba prometido, yo no… yo no voy a entrometerme joder. Me separé inmediatamente de él, esto no era real, simplemente no lo era, solo quiere que no salte.

-No tienes que hacer estas mierdas por mí Mangel, esto no cambia nada, por… por mucho que me beses y me digas cualquier cosa no me vale si es solo una maldita ilusión.

-¿Quién te dijo que lo fuera?

-Estás comprometido, gilipollas.

-No me puedo creer que aún no te hayas dado cuenta -¿eh?- hacía toda esta mierda para alejarme de ti en modo sentimental pero ¡Joder! Solo sentimental, no es como para que te mueras, ¿DE ESTA’ DANDO CUENTA DE LO QUE YO SERÍAH SIN TI? NADA. Porque ereh muy importante para mí.

Me quedé un rato mirándole hasta finalmente reaccionar y darme cuenta de que volvió a estar levantado extendiendo su mano, a lo cual le sonreí dudando si agarrarla pero… ¿Por qué no lo haría? Estiré mi brazo para agarrar su mano y ayudarme a levantarme.

-¿Saltarás conmigo o me llevarás a casa?

-Haré lo que sea necesario para que nunca estéh solo –me dedicó una leve y tierna sonrisa.

-Entonces vayámonos a casa…

Caminamos dirección a la puerta de la terraza en silencio, el cual necesitaba romper urgentemente.

-… ¿Mangel?

-¿Si, Rubiuh?

-…Te amo.

-Yo también… y nunca te dejaréh solo.

-¿Es una promesa?

-Eh una promesa

One-shot RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora