Entró a su casa y vio todo completamente oscuro, pero no prendió ninguna luz. Se quedó así, caminando suavemente hasta llegar al sofá, en donde sacó su teléfono y lo tiró a un costado para que no le incomodara.
Se sentía muy débil en esos momentos, no quería hacer nada y mucho menos hablar con alguien que no sea él. Quería volver atrás, cuando solían salir cada fin de semana al cine y terminar recostados en su habitación hablando de lo que habían hecho en la semana. Cosas simples que cambiaban la vida del otro por completo.
Ahora ya no tenía nada, ya no había esa luz que alumbraba sus noches y hacía más brillantes sus días. ¿Cómo había llegado a la decisión de dar por acabada la relación?
Miró al techo y lo recordó.
Nada en especial.
Tan solo se había acabado sin previo aviso ni precaución.
Pero ¿Por qué no se negó él cuando le dijo que todo terminaba? ¿También se había cansado de hacer siempre lo mismo? ¿O tan solo se había dado cuenta de que ya no lo quería?
Llevó sus manos a sus ojos apretando fuerte logrando ver algunas luces en la oscuridad. Ojalá fueran más jóvenes para hacer todo de nuevo, y que la chispa de emoción siga viva dentro de sus almas.
Quitó sus manos y una luz diferente comenzó a alumbrar un poco de su rostro, aún veía un poco borroso pero agarró el teléfono cuando el tono de notificación que le había puesto a su amante sonó nuevamente.
"Te extraño"
"Demasiado que duele"
Tiró el teléfono y solo pudo ponerse de pie, eran las 10 de la noche. ¿Acaso estaba ebrio? ¿Por qué había hecho eso? ¿De verdad lo extrañaba?
Fue a su habitación y se cambió rápidamente para poder salir. Su cabeza daba vueltas y la emoción de volver a verlo le hacía cosquillas en la columna, no había pasado ni una semana pero ahí estaba, corriendo contra el tiempo solo para poder pasar un minuto más junto con él.
Agarró su teléfono y vio que él seguía en línea, quizá esperando su respuesta, pero prefería dársela en persona y no por un mensaje que le tomaría 10 segundos leer.
Volvió a subir en su auto y condujo lo más rápido que pudo y que la ley le permitía. Llegó en tan solo unos minutos pues no había nada que lo detuviera, tan solo unos semáforos que apresuraban los segundos para que pudiera llegar a tiempo.
Se estacionó en frente del edificio de donde vivía él, entró saludando al portero que ya lo conocía pero no estaba al tanto de la reciente ruptura. Subió por el ascensor sintiendo como si su corazón se fuera a salir de su lugar, sus manos comenzaban a temblar junto con todo su cuerpo.
Tenía miedo.
Mucho miedo.
Una sonrisa se formaba en sus labios pero su nerviosismo la convertía en una mueca difícil de leer. Tomó su teléfono y lo llamó, contestó a los 5 segundos pero nadie dijo nada, tan solo se escuchó el timbre del ascensor indicándole que ya había llegado al piso marcado.
— ¿Puedo... — se atrevió a dar el primero paso pero solo recibió un sí a su pregunta incompleta y seguidamente camino hasta la puerta que había visto muchas veces.
Ni siquiera tocó, la imagen del ser más hermoso apareció con su pijama y los ojos un poco hinchados.
No se dijeron nada. Se quedaron ahí, mirándose el uno al otro, recorriendo cada centímetro de la cara ajena para poder grabar como era el primer vistazo después de haber roto con su alma gemela.
— ¿Acaso esto terminó? — el otro negó mirándolo a los ojos rompiendo en llanto por quinta vez en el día.
— Te he extrañado demasiado — casi corrió hasta donde estaba parado para poder abrazarlo con fuerza, no quería dejarlo ir nuevamente.
— Lo siento mucho, cometí un error — se disculpó con toda la sinceridad del mundo, sintió como su respiración cada vez comenzaba a bajar su velocidad para luego separarse.
Se miraron a los ojos y en sus pupilas pudieron ver ese brillo especial, se amaban demasiado que habían olvidado cuidar la relación pero ahora todo estaría mejor.
Entraron y se acurrucaron en seguida en la cama del dueño del lugar, ya no estaba en oscuridad, su luz había vuelto a encender y ahora no dejaría que se apague nunca.
— Te amo — cada uno pronunció para después reír un poco y comenzar a contarse como les había ido en la semana.
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No Title
RomanceTe he extrañado tanto que duele. | Esta historia no tiene nombres asignados, los lectores pueden poner los nombres a los personajes como más se acomoden |