En nuestra aventura por el cementerio vimos toda clase de tumbas, algunas muy viejas, otras ya casi sin existir solo se asomaban los restos de algunos esqueletos, mientras tanto miré algunas veladoras prendidas en una tumba pareciera que alguien fue a visitar ese lugar no hace mucho tiempo. Mis amigos me alcanzaron, los cinco me recordaron un suceso en el salón de clase, al mirar las veladoras recordaron cuando se incendió la escuela y tuvimos que salir de ese lugar lo más rápidamente posible, observé de nuevo esa luz que emitían las veladoras, recordando lo peligroso que es el fuego y el daño que puede causar. Pero mis amigos me hicieron olvidar el incidente en clase, haciéndome bromas de todo tipo, como siempre, diciéndome que soy apartado del salón, pero a pesar de sus bromas, yo conseguía tomar fotografías de aquella tumba con veladoras encendidas.
Mientras caminábamos contábamos toda clase de chistes, de pronto...una silueta se movió al fondo de una pared que daba a la otra sección del panteón, a esa hora, las 8 de la noche ya no se encontraba nadie más que nosotros...entonces, uno de mis amigos se animó a gritar: ¿Quién anda allí? la silueta se movía lentamente hacia nosotros, la poca luz de los faros del cementerio no dejaba ver con claridad lo que estaba sucediendo, yo sentí que fue un error entrar a ese lugar en aquella noche, mis compañeros gritaban asustados, la silueta se acercaba cada vez más, paralizado quedé por el susto, sin poder moverme observando aquello que se acercaba sin emitir palabra alguna...cuando llegó hasta donde nos encontrábamos saludó muy cortésmente... era el que cuidaba el panteón, realmente nos hizo sudar la gota gorda.
Ya un poco más tranquilos decidimos seguir nuestro recorrido por el cementerio. Entre charlas y bromas mis amigos y yo, nos disponíamos a tomar más fotografías, uno de ellos se acostó en una tumba y simuló su propio entierro haciéndonos creer que su nombre estaba grabado en la tumba, yo como siempre tomé una fotografía a aquella tumba en donde quedó guardado el nombre de aquella persona que yacía en ese lugar.
Mis otros amigos se pararon de reír cuando mi compañero se recostó en aquella tumba, dicha broma no les gustó del todo, por mí estaba bien, solo era una tumba, y la broma estaba acorde a la situación. Mientras caminábamos observamos algunas arañas caminando por los pasillo del cementerio, otras alimañas se escondían a nuestro paso, uno de mis amigos me mencionaba lo desagradable que se siente cuando una araña se aloja en tu cavidad nasal. Mientras decía que es horrible sentir las patas del arácnido tejiendo dentro de la cara de uno mismo, otro compañero mencionó lo desagradable que sería sentir como los gusanos comen sus carnes y quisieras moverte y no puedes solo estas quieto, tu cuerpo no responde a tal situación.
Por un rato nos sentamos cerca de unos arbustos, en donde nos apropiamos de nuestras historias, y más que historias de terror... cada quien decidió mencionar esas cosas tan extrañas, esas sensaciones de muerte, eso que solo las personas muertas podrían llegar a sentir...otro mencionaba lo lamentable que es no quedar en un cementerio, es torcida la idea de que tus cenizas sean tiradas en algún lago o calle, quizá en un absurdo bosque que nunca visitaste en vida, ese bosque podría ser el último lugar que puedes visitar ya muerto. Mientras cada uno de mis cinco amigos platicaban sus raras historias, yo los fotografié en ese lugar, debajo de los arbustos en donde descansaban. La fotografía quedó para el recuerdo en el rollo de mi cámara.
YOU ARE READING
Caminando solo
Mystery / ThrillerUn Enfermo mental mantiene el recuerdo de sus días de colegio, y cree tener a sus viejos amigos, a causa de su estado, sale a caminar a lugares solitarios como cementerios, siendo la madre de este la que intenta llevar a la realidad a su hijo.