it's always raining {parte única}

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- la lluvia, insistente, mojaba el cansado cuerpo del pelicastaño, tratando así de llevarse de manera inconsciente por todo lo que estaba pasando el pequeño hombre encogido en una esquina del callejón. Sucio, maltratado, desnutrido y por si fuera poco con una gripe que no hacía más que empeorar minuto a minuto. Kihyun creyó que moriría, que al fin había llegado su minuto y se iba apenas notando lo que ocurría a su alrededor, solo enfocándose en la lluvia que envolvía su cuerpo de tal forma que sentía que por fin estaba siendo escuchado y arrullado por la misma –

- creo que necesitas ayuda – habló una voz baja, y frente a él unos zapatos negros se posaban, dejando ver a un joven chico con pelo oscuro y sonrisa despampanante frente a él - y yo puedo dártela – le tendió la mano y Kihyun, asustado, retrocedió lo más que el frío muro de ladrillos le permitía, para luego cerrar los ojos y abrazarse a sí mismo, temblando –

- no te voy a hacer nada – se agachó a su altura y acercó una de sus manos hasta su cabeza, pero no alcanzó a tocarlo porque el pelicastaño ya estaba de pie –

- no me toques – habló con la voz ronca, la garganta le dolía al respirar y lo mojado de la lluvia no ayudaba mucho –

- bien, entonces sígueme – y comenzó a caminar, con un chico tiritando tras de sí, hizo que subiera a un auto junto con él y luego de unos cuantos minutos llegaron a un complejo de departamentos, en una zona un poco mejor que los callejones donde solía esconderse. Seúl podía tener muchos laberintos –

- se adentraron en la recepción y posándose frente al ascensor, el pelinegro lo hizo pasar primero. Se pararon algo distantes y después de apretar el botón con el número 14, el rectángulo de metal cerró sus puertas e hizo su corto viaje hasta el piso indicado. Caminaron por el pasillo hasta una puerta de color caoba que inscribía 5-14 sobre el timbre y entraron, dando lugar a un algo vacío piso, pero que tenía lo necesario para vivir –

- voy a prepararte un baño, espera aquí – y Kihyun sintió que sus piernas iban a ceder frente a tantas cosas nuevas. Nunca había estado dentro de un "hogar", nunca había visto una televisión tan grande, nunca había sido ayudado por nadie, ¿por qué ahora? El silencio penetraba su subconsciente y le estaba haciendo perder su cabeza, hasta que un carraspeo lo llevó de nuevo al espacio físico donde se encontraba – vamos, se enfriará el agua –

- caminaron por un estrecho pasillo hasta el fondo, donde una puerta dejó ver una tina con agua humeante, Kihyun casi lloró. Hacía casi dos años que había podido bañarse con agua tibia. Quitó de inmediato sus harapos mojados y se introdujo, casi gimiendo de gusto al sentir el agua caliente y limpia envolverlo. Para él, el agua lo era todo, lo limpiaba y despejaba tanto que a veces estaba seguro de haber sido un pez en alguna de sus vidas –

- aquí hay shampoo y jabón, te dejé toallas limpias sobre el escusado y un cepillo de dientes para que uses, traeré ropa para que te cambies. El secador de pelo está bajo el lavabo –

- gracias – apenas dijo susurrando –

- no hay por qué – le sonrió leve y Kihyun creyó ver un hoyuelo en una de sus mejillas, el chico era realmente apuesto. Lo dejó tranquilo para que se lavara y procedió a hacer todo de manera rápida y eficaz, aseándose profundamente. No sabía cuándo podría bañarse como correspondiera otra vez. Al mirarse al espejo, los huesos de sus mejillas eran prominentes, sus ojeras aún más y una palidez en su piel dejaba indicar que no se encontraba bien, ni física ni mentalmente –

- salió del baño y caminó lento hasta la sala, arrodillándose frente al chico que parecía mirar interesado su teléfono – muchas gracias por ayudarme –

- no tienes que hacerme reverencias, ahora ven que la comida se enfría – le indicó el sofá – hice ramen, espero te guste – su inexistente estómago rugió y casi se abalanzó sobre la comida, siendo interrumpido por una de las manos del chico - no comas tan apresurado, no haz comido en días y comer mucho de la nada solo te hará peor. Ten – le sirvió una pequeña porción – come despacio, aquí hay agua – se levantó por unas cosas y volvió a sentarse a su lado, quitando el papel de un parche para bajar la fiebre que se lo pegó en la frente para dejar a su lado un jarabe para la tos y una pastilla de paracetamol aún en su empaque – luego te tomas esto, y descansas, muchas emociones por hoy – le sonrió y Kihyun asintió – 

rain {changki}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora