Esa Tarde De Otoño

Capítulo 2

Nicholas

– ¡La número 7 va a la cabeza! – gritaba el narrador de la carrera – ¡La número 8 la está alcanzando! ¡la número 8! ¡la numero 8 ha ganado! – salté emocionado con una bandera del rostro de Selena celebrando su triunfo, primer lugar, como siempre.

Selena seguía corriendo celebrando su triunfo, avance entre la multitud hasta acercarme lo más posible al límite, ella me vio y empezó a correr hacia mi, sin pensarlo use mi altura para trepar y saltar la reja que nos dividía.

– Felicidades – dije, ya estando en frente de ella.

– Sabes que te pueden sacar del campo por hacer esto – dijo ella sonrojada.

– Siempre que se trate de ti no me importa, incluso sino es legal – dije abrazándola.

– Te amo. – dijo correspondiendo al abrazado – Gracias por venir.

– No importa si estoy ocupado, siempre tendré tiempo para ti, siempre serás tu primero – dije alejándola un poco para ver su rostro sonrojado.

– Lo haces a propósito – dijo ella volteando el rostro.

– Ups, me descubriste – la abracé por la cintura.

Sin pensarlo mucho le di un beso en la mejilla a lo cual ella se volvió más roja que un tomate.

– Estamos en público – dijo ocultando su rostro en sus manos.

– ¿Importa? Pero si quieres que no lo haga, no lo haré – me vio con una sonrisa tímida.

– Mejor uno aquí, – señaló su cabeza – luego aquí – señaló sus ojos – y el último aquí. – dijo señalando sus labios.

– ¿Por qué no los tres aquí? – señaló sus labios.

– Bueno – dijo tímida.

Sonreí, tome sus manos para entrelazarlas con las mías, me acerque levemente a su rostro y di 3 piquitos en sus labios.

– Te amo – dijo ella más sonrojada de lo que alguna vez la habías visto.

– Yo más mi pequeña – sonreí abrazándola.

Un "awww" se escuchó por todo el campo. Cuando escuchamos a la gente después de salir de nuestra burbuja nos dimos cuenta que todo había sido pasado por la pantalla más grande del campo, Selena se escondió en mi cuello.

– ¿Ven eso? – el narrador comenzó a hablar - Esa es una linda relación, nunca voy a conocer a alguien así. No quiero arruinar el momento, pero lastimosamente el joven tiene que volver a su asiento – me separe de Selena.

– Te veré cuando salgas – dije dándole un beso en la cabeza.

– Te veo después – respondió ella.

Después de que saliera la vi corriendo hacia mi con su premio en la mano, junto con una gran y hermosa sonrisa.

– ¡Gane! –  gritó dando un salto enrollado sus piernas en mi cintura, yo la abracé para que no cayera.

– Eres increíble princesa – empece a caminar en dirección a mi automóvil.

– Gracias por venir, aunque no vi a mi abuela – dijo preocupada.

– Grabe tu victoria, iremos a tu casa y se lo mostraré, ¿te parece bien? – Ella asintió.

Entre al auto con ella abrazada a mi. Se veía adormilada de camino, abrazando mi brazo como oso de felpa.

– Estoy cansada, me la he pasado corriendo mucho tiempo –  dijo en un susurro mientras inhalaba mi loción.

– Duerme, yo te avisaré cuando estemos con tu abuela – dije.

~

Llegamos a su casa, ella vive sola con su abuela ya que sus papás viajan muy seguido.

– Pequeña, ya llegamos – dije acariciando levemente su espalda.

– Otro rato – dijo acercándose más a mi, si es que eso era posible.

Sonreí al verla así. Salí del automóvil con ella en brazos, toque el timbre en espera de que su abuela abriera la puerta, y justo así fue.

– Ya llegaron – dijo ella con una sonrisa – Selena tuvo que estar muy cansada después de practicar tanto  para esa carrera – dijo viendo a su nieta – puedes acostarla en su habitación, dejémosla descansar.

Asentí y empecé a caminar en dirección a su habitación, la recosté en la cama, estaba apunto de irme cuando me sostuvo el brazo – Duerme aquí conmigo un rato. – dijo viéndome con ojitos de cachorrita.

– Bien – ¿Qué? Es imposible negarme.

Me recosté al lado de ella abrazándola por la cintura, ella se dio la vuelta para quedar frente a mi – ¿Puedo acostarme en tu pecho? – dijo adormilada, sin pensarlo la puse encima de mi.

– Duerme, pequeña – le acariciaba la cabeza viendo como ella respiraba tranquila. La brace y me dormí con ella, sabía que su abuela llegaría con nosotros a despertarnos cuando la comida estuviera lista, esa mujer cocina increíble.

~

Si tan solo no lo hubieras echo... si tan solo no hubieras corrido ese día...

– Nicho... te hice un postre de gelatina, come algo. – La abuela de Selena me ofreció un pastel de gelatina.

– Muchas gracias – No quería comer, pero no iba a rechazar su comida.

———En sueños y en vida———