Perdidas en el Tren

Hambre

—¡Misi, corre! —gritó Víctor.

A Víctor se le ocurrió patear fuertemente las puertas del vagón para despertar a todos.

Misi seguía paralizada.

—¿Qué sucede? —preguntó Gaia.

Los demás se despiertan.

—¡Rápido, tomen todo lo que puedan y salgan de aquí! —gritó Víctor— ¡El fuego está cerca de nuestro vagón!

—¡Maldita sea! —dijo Annie molesta recogiendo sus cosas.

—¡Muévete Julián! —dijo Karla estresada.

—Lo hago lo más rápido que puedo, mamá —contestó Julián.

—Jovencita, ayúdeme, por favor. No puedo moverme bien por mi espalda -dijo Marvin.

—Annie ayúdame con el señor Marvin —dijo Gaia.

Víctor se bajó del vagón. Ayudó a bajarse primero a Karla y Julián.

—Ustedes vayan al último vagón lo más rápido que puedan —les dijo Víctor.

—¡Corre hijo!

—¡Voy Mamá!

Gaia y Annie terminaron de ayudar a Marvin a llegar a las puertas y Víctor lo bajó al suelo.

—Chicas, yo seguiré con Marvin, ustedes traigan a Misi y vayan al último vagón.

Las chicas fueron a donde estaba Misi.

—¡Vamos Misi, reacciona! —dijo Gaia agitando a Misi.

—¡Misi, tenemos que irnos ya! —gritó Annie.

El fuego ya estaba llegando a su vagón.

—P-pero, es que, no pudimos revisar esos vagones para ver si tienen comida —dijo en tono pesimista Misi.

—No importa, nos preocuparemos de eso luego —expresó Annie.

—Recuerda que para que se cumpla nuestra promesa, tenemos que salir de aquí para que no se rompa —dijo Gaia.

Tobey se frotó contra Misi y le ladró.

Misi volteó, las abrazó a ambas, sobó la cabeza de Tobey y se tomaron de las manos corriendo con el fuego detrás de ellas quemando todo a su paso.

Tobey saltó primero, luego saltaron las tres al suelo y siguieron corriendo hasta el último vagón.

Cuando se encontraron con el resto, Víctor les comentó rápidamente.

—Chicas, seguramente están asustadas y quieren que pare el fuego. Para eso, tenemos que volver por estos vagones.

—Aunque no queramos hacerlo, tenemos que hacerlo para sobrevivir -expresó Gaia en nombre de las tres.

—¿Cuál es tu idea? —preguntó Misi.

—Usar los extintores que haya por los vagones.

—Tienes razón —respondió Annie.

—Tobey, tú te tendrás que quedar —dijo Misi.

—Yo también ayudaré —dijo Karla.

—Julián, quédate con el señor Marvin.

—Pero, mamá...

—Sin peros. Mamá ya vuelve —le dio un beso en la frente.

—De acuerdo, rápido, síganme.

Fueron al primer vagón. Víctor rompió el vidrio de seguridad.

—Ya tenemos uno —dijo Víctor— Annie, este cárgalo tú.