Fue en el invierno del último año de la secundaria Seitaru. En esa escuela, estudiaban dos chicas: Misi y Gaia. Las dos eran las mejores amigas, se contaban todo lo que hacían durante el día, compartían comida, apuntes de las clases, estilo del peinado, maquillaje, se visitaban en sus casas constantemente y sus familias también eran amigos, con lo cual, ellas podían pasar más tiempo juntas.
Misi era una chica de cabello corto, rubia con un rostro amigable. Era sencilla. Le gustaba dibujar paisajes, ver películas de romance, y pasear por la playa. No era muy social. De todos sus compañeros de clase, solo hablaba con Gaia. Sin embargo, sacaba muy buenas notas, lo que la favorecía en el instituto.
Por otro lado, Gaia. Era de cabello largo negro, morena y con un rostro delicado. Ella sí se comunicaba con los demás de la clase. Por su forma de ser fue escogida para ser la representante del salón. Le gustaba hacer deportes, salir de fiesta y sacarse selfies.
Aquel día ellas habían salido de clases, se dirigieron a la estación del tren. Compraron un par de Onigiris y botellas de agua mientras esperaban el tren.
—Fue un largo día, ¿verdad? —dijo Gaia.
—Sí, fue un largo día, estoy cansada de tantos exámenes —dijo Misi.
—Igual yo, mi cerebro está a punto de explotar de tanta información —dijo Gaia riéndose.
—Por lo menos, esos fueron los últimos exámenes por este semestre —dijo Misi exhausta.
—¡Es verdad! Por fin podremos descansar un par de semanas por navidades —dijo Gaia alegre.
—Mañana iremos juntas a la pista de patinaje sobre hielo que inauguraron en la plaza y haremos compras de ropa, ¿sí? —preguntó Gaia.
—Claro que iremos. Necesito despejar la mente un rato. Pero antes de hacer eso, llevaré a Tobey al veterinario para su chequeo mensual —dijo Misi.
—Está bien. Yo tendré todo listo para que cuando llegues a mi casa, salgamos inmediatamente —dijo Gaia.
De la nada, el perro de Misi apareció en la estación del tren.
—¡Hey! ¿Qué haces aquí Tobey? ¿Te escapaste de la casa de nuevo y te perdiste? —dijo Misi acariciando a Tobey.
—¡Aww! Tan lindo tu perro, de seguro tenía ganas de verte y por casualidades de la vida te encontró aquí —dijo Gaia.
Se escucha que el tren está cerca de llegar.
—¿Qué hacemos? No quiero dejar a Tobey aquí pero no dejan pasar a animales a los vagones —dijo preocupada Misi.
—Ya sé. Aprovechando que hay pocas personas, entremos a un vagón dónde no haya nadie y si nadie nos ve, pues, no tendremos de qué preocuparnos —dijo Gaia.
—No veo otra mejor opción —dijo Misi— seguiremos tu plan.
Llegó el tren.
—Vamos, rápido, antes de que alguien nos vea —dijo Gaia.
—Ven Tobey, tenemos que irnos —dijo Misi.
Entraron al vagón sin que nadie las viera. Se acomodaron en los asientos y por lo cansadas que estaban, se quedaron dormidas...
Misi se despertó al sentir un gran golpe. Tobey le estaba lamiendo la cara.
—Hola, ¿eres tú Tobey? ¿Qué pasó? ¿Por qué estás tan agitado? —dijo Misi tratando de tranquilizar al perro— está todo oscuro.
—Gaia, ¿estás ahí? No te veo.
—¡Joder! Me duele mucho la cabeza.
—Intentaré con la linterna del teléfono para ver mejor.
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Perdidas en el Tren
Misterio / Suspenso"Un túnel oscuro sin salida". Misi con su mejor amiga Gaia después de clases viajan en tren hacia su hogar. En su trayecto de forma inesperada el tren se descarriló a la mitad del trayecto cuando pasaban por un túnel. Misi y Gaia investigan lo suced...