Mentes Decadentes [Ransom Drysdale]

°Iceberg°

Boston Massachusetts- 16 de Diciembre del 2019.

La noche de ayer no a sido la mejor después de cómo me trató Ransom, es un completo bipolar, cambiante, frío e indestructibles como un iceberg.

-Doctora Jones, Drysdale está esperándolo para su terapia.

-Que pase por favor- hablé sin mostrar expresión alguna, Había olvidado como eran los días normal de una terapia, ya que después de tanto tiempo de que nuestras "terapias" solo terminaban en buenas cojidas.

Ransom entro e inmediatamente el ambiente se tenso, quizás por qué entre nosotros se interpuso un completo e incómodo silencio que no favorecía para nada la situación.

-Bueno si vas hablar tu lo haré yo- Hablo Ramson con demasiada seguridad.

-Has venido aquí por la terapia, así que si alguien tiene que hablar soy yo. Cómo a ido tu semana?- pregunté tratando de sonar normal.

-Ni mejor ni peor, me detuvieron por ir a buscar a mi musa del sexo, luego me trajeron a esta posilga de vuelta, volví a cojermela en el baño de mi habitación y con eso termino mi semana.

-Nada más que agregar?- Pregunté sin bajarle la mirada al ver la manera en la que hablaba como si nada hubiera pasado, como si nunca me hubiera gritado e insultado como lo hizo la noche anterior.

-No que yo lo recuerde- sonrio

-Veo que no te importa tratar mal a las personas, veo que disfrutas hacerlas sufrir quieres hablar sobre lo que pasó ayer.

-Enserio quieres hablar de eso April?Pues bien lo hablaremos resulta que ayer ví tu verdadero rostro despues de todo este tiempo al fin me di cuenta que no eres la tonta psiquiatra que se enamoro de su paciente. Me quisiste seducir por ser un Thorombeys me quisiste seducir por mi dinero no tienes nada de tonta April, Si querías que te mantenga junto a tu amante por qué mejor no fuiste mi puta hubieras obtenido mi dinero mucho más facil- sonrió cruzándose de brazos.

Traía el rostro rojo de furia y los ojos llenos de lágrimas sus palabras realmente me herian, eran como si de sus labios solo brotarán espinas punzantes que ingresaban duramente hacia mi corazón.