Tomate Un Mate

Adora Se Deja Llevar...

-Esto es la gloria -sentenció Adora en su mente-, no puedo creer que Perfuma tuviese razón, ¡El Mate con cáscara de mandarina si sabía bien!

En días como estos, oscuros y tormentosos, donde el sol no parecía más que un recuerdo lejano de amable luz y cálido refugio ante la oscuridad, Adora disfrutaba de sentarse junto a la ventana y ver el magnífico paisaje que Bright Moon ofrecía al ser cubierto por nubes y lluvia hasta donde la vista alcanza y mucho más allá de eso. Mate en mano, dejaba su imaginación fluir libre como el viento mientras imaginaba los escenarios más locos y divertidos que su cerebro pudiese concebir. Como Lonnie y Glimmer discutiendo por ver quién ideaba la estrategia más alocada o Kyle y Bow jugueteando y riendo por los pasillos mientras Rogelio escucha pacientemente uno de los relatos de Sea Hawk, fue entonces que tuvo la osadía de permitirse imaginarla a ella, la persona más importante de su vida, Catra, a ella la imaginaba ahí, a su lado, charlando y disfrutando de su compañía como siempre lo había hecho, podía ser quejándose de lo loca la volvía Glimmer, o cuán irritantes le resultaban las peleas de Netossa y Spinnerella o como le había jugado una broma a Mermista el otro día antes de molestar un poco a Frosta. No importaba un mejor lugar para ella que a su lado, y no importaba cuánto mal o dolor ésta le causara ella aún la querría... No, aún la necesitaría allí, a su lado, como siempre estuvo y como siempre creyó que estaría. Finalmente y no contenta con su anterior acto de osadía, se permitió no solo ser osada, si nó que también egoísta al no sólo permitir que un pensamiento se formara, si no también al dejar que se asentara en lo más profundo de su corazón: La vida no era tan buena sin Catra a su lado.