Prologo

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Un año tenia que una joven mujer rubia cambio totalmente.

Odia ser una vampiro, por lo que había salido a casar sola por el bosque su vida simplemente la veía como lo peor.

Iba caminado hasta que olió un olor algo curioso. 

Era un olor atrayente por lo que lo siguió hasta una chavo de alrededor de dieciséis años solo tenia un pantalón puesto.

Este volvió bruscamente haciendo que ambos estuvieran frente a frente.

Ambos pares de ojos se encontraron haciendo que la joven vampiro sintiera un como si su corazón volviera a latir.

 El joven callo de rodillas en el piso.


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La joven se sentía cómoda con el no lo amada pero disfrutada su compañía.

-Eres mi impronta- murmuro temiendo la respuesta de la joven.

Ella solo lo observo con curiosidad, aun que ella no lo admitiera el tener la compañía del joven era lo que mas la alegraba.

-La impronta es el mecanismo involuntario por el cual uno encuentran a sus almas gemelas es algo íntimo y profundo que solo personas como yo podemos hacer, la persona a la que imprimen se convierte en su todo, sintiendo un amor incondicional prácticamente soy tu protector- termino de decir esas palabras y se imagino lo peor ya que la joven no dijo nada-.

Pero ninguno de los dos conocía sus secretos.

-como que personas como tu- pronuncio finalmente-.

El joven se quedo callado.

Suspiro y hablo -Yo soy un hombre lodo- sabia que posiblemente aquella joven que alegraba su vida lo rechazaría por lo que temía lo peor-.

Pero ella sabia que si existía los vampiros y ella era uno de ellos, cabía la posibilidad que los hombres lodos existiera-.

 -Yo te creo, pero yo no quiero un amor ni una relación- esas palabras hicieron que el joven tragara duro-.

-Yo puedo ser lo que quieras- dijo parándose de donde estaban y que la joven se sorprendiera- Un amigo, un desconocido lo que necesites yo lo ser- hablo finalmente- pero debo de estar cerca tu yo, ya que si uno se separa del otro sufriremos - dijo mirando así otro lado aun que no le digiera ella era la mujer mas bella que allá conocido y tenerla observándolo lo hacia sentir un poco incomodo- siempre te protegeré y te seguiré hasta la muerte sin importar que-.

Ella se quedo callada.

Tenia que decir lo que era ella se odia por eso mismo.

-Yo quiero que seas un amigo - murmuro con una sonrisa- yo también tengo que decirte algo- su sonrisa desapareció si tuviera la capacidad de llorar lo estaría haciendo- soy un vampiro-

Espero una reacción negativa del joven pero no hubo nada ni un sonido por lo que volvió  verlo y lo vio con una juguetona sonrisa-.

-Lo supe desde que te conocí, Ros - aquel apodo era único - yo no escuche tu corazón latir- eso hizo que la joven se sorprendiera-.

-Tu me aceptas- murmuro ligeramente pero se sentía feliz por que alguien mas la aceptara que no fuera por aquellos que la cuidaban-.


Impronta//CrepúsculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora